CARTAGENA. Hace cosa de un año, un gato descarado quiso posar con el Mar Menor de fondo ante la cámara del ciezano Pascual Ballesteros. Como si supiera que no iba a ser una foto cualquiera, adoptó una postura elegante, miró de frente al objetivo con sus ojos verdes y dejó que la belleza del paisaje y el fotógrafo hicieran el resto Esta imagen -que refleja a la perfección la paz y la tranquilidad que transmite la laguna salada- es la que ha elegido su autor para el cartel de la exposición Pasión por el Mar Menor, que se inaugura este miércoles en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy de Cartagena, donde se podrá ver hasta el 31 de octubre.
Cuenta Pascual Ballesteros -periodista, técnico de radiodifusión, productor de TV y fotógrafo amateur- que para esta muestra (la primera que realiza en sala) ha seleccionado 25 fotografías entre las más de cuatrocientas que ha captado durante los últimos treinta años, que expone en gran formato y con las que quiere realzar la belleza de la laguna salada, "un paraíso aunque esté herido".
Se trata de fotografías realizadas desde tierra con una cámara reflex o con el móvil, sin tratar y sin filtros, que han capturado "el instante"; esos momentos únicos que ofrece el Mar Menor, en los que el sol se tiñe de rojo, el cielo se abre sobre el mar, un barco se refleja en la calma, un flamenco camina elegante o un gato hace de modelo. Son estampas por las que parece que no pasa el tiempo, aunque sí que ha cambiado el estado de la laguna, la de aguas cristalinas y llena de vida que conoció Pascual Ballesteros en los años setenta.
En palabras del propio autor: "Me gusta referirme a nuestro Mar Menor como la laguna salada; una de las maravillas y paraíso surgido hace, creo, veinte millones de años. No puedo hablar de geología, pero sí de la pasión que siente una persona venida de tierra adentro. Una vez que descubre esa especie de gran pantano de agua salada, queda prendada de lo maravilloso que es y enamorada para el resto de su vida de este regalo: amaneceres, atardeceres, días de lluvia o de tormentas, azules imposibles o rojos increíbles. El ir y venir de aves marinas y otros seres vivos que habitan en sus aguas e islas. Puedes deleitarte y observar desde Cartagena, Los Alcázares, San Javier o San Pedro del Pinatar. Verás caer el sol, el mar agitado cuando soplan los vientos, o la calma total y sus aguas cristalinas".
Y añade: "El destino, por amor, como casi sin querer, me arribó a la ribera sur de la laguna y, tras cuarenta años de encuentros casi a diario y vivencias cotidianas en todos los sentidos, hizo que sintiera una pasión por nuestro Mar Menor que apenas puede describirse, si acaso intentar acercarse a su belleza a través de imágenes. Y eso es lo que he hecho: a diario he tratado de captar con mi cámara de fotos o con el móvil la magia que se me ofrecía, el instante diferente, el instante que es único, el instante que me da vida".