MURCIA. "No se lo he dicho nunca, pero mamá sabe que, si no existiesen los libros, yo no podía vivir o no sabría vivir o no querría vivir, por eso me mira tan preocupada". Así, con esta fuerza y con esta promesa de embarcarse en una lectura por un mar lleno de emociones, arranca el libro Te llamaré Tristeza, del escritor caravaqueño Miguel Sánchez Robles, novela con la que ha sumado más galardones a los que ya atesoraba. Esta personal y arriesgada novela que aborda el tema de la prostitución, de gran dureza y lenguaje directo, ha sido la fuente de inspiración de una veintena de artistas, españoles y mexicanos, para una exposición colectiva que se inaugura este sábado, a las 19.00 horas, en el claustro del Monasterio de las Madres Carmelitas en Caravaca de la Cruz (Calle Mayor). La muestra, junto con las palabras de Sánchez Robles, viajará después a México.
El artista de Caravaca Pascual Adolfo López Salueña ha sido quien ha organizado esta exposición interdisciplinar, junto a la también artista mexicana Carolina Viñamata. Entre los participantes se encuentran Tomy Ceballos, Pepe Yagüe, Sam 3, Víctor Ortega, Paco Cantó, Chuso Ordi, Adrián Herrera, Alice Tuysinge, Mateo López, Arturo López, Jaime Quezadas, Paco Fernández, Jesús Martínez, Eva María Vidal, Teresa de Aranda, Antonio Cabau y Laura Cantó. Un total de 19 creadores, incluidos los comisarios, que mostrarán, cada uno con su personal estilo, una interpretación artística de Te llamaré Tristeza.
La mayoría de piezas expuestas hacen referencia al tema de la prostitución, sobre el que gira la novela, según señala Pepe Yagües, quien presenta ocho obras que tratan ese asunto. En una de ellas, señala, "me he basado en la canción Zorra que nos representará en Eurovisión, y que he titulado Zorra con chulo. En ella, parodio en clave de metáfora putera la situación del presidente Pedro Sánchez y el maltrato que sufre de su chulo Carles Puigdemont".
La historia de esta exposición tiene detrás una serie de hechos que el azar se encargó de hilvanar. Pascual Adolfo López intentó contactar, sin mucha suerte con "un impresionante escultor mexicano, llamado Javier Marín, para ir a trabajar a los estudios de su fundación". Un día, por Caravaca, Miguel Sánchez Robles le presentó a la artista mexicana Carolina Viñamata, quien había ido a visitar al escritor al que admira mucho. Casualidades, ella conocía al escultor y se encargaría de ponerles en contacto. Además, quedaron en llevar a cabo un proyecto artístico juntos.
"Mi mente no descansaba y le propuse por correo que Miguel siguiera siendo nuestro nexo e hiciéramos la exposición sobre su último libro. Ella estuvo encantada", recuerda Pascual Adolfo. Tan entusiasmado estaba con el proyecto, que invitaron a otros artistas. "La premisa era leer el libro y realizar una o más obras en la técnica que quisieran", apunta. Tanto es así, que en esta "exposición plástico literaria" hay grabado, pintura, escultura, música, aceites esenciales, fotografía, multimedia, proyecciones, instalaciones, dibujo, poesía... El cartel, por otro lado, es obra de Teresa de Aranda.
Miguel Sánchez Robles es catedrático de Geografía e Historia y escritor. Su trayectoria poética está jalonada de galardones y reconocimientos literarios de primer orden como el Gabriel Celaya, José Zorrila, Leonor, Esquío, Bienal de León o el Ciudad de Zaragoza. En novela ha obtenido el Premio Internacional Javier Tomeo, el Fray Luis de León por La tristeza del barro, y ha sido finalista del Ateneo de Valladolid y del Torrente Ballester.
La novela que inspira esta exposición está protagonizada por Tristeza, nombre de una muchacha recién salida de la adolescencia. Así la llaman, y así la reconocen quienes conviven con ella. Y será Tristeza quien dé voz a su propia historia, a su propio desgarro, una voz única, intensa, fresca y poética. En instantes deshilvanados en tiempo y en espacio, la historia de Tristeza subyuga y conmueve. Miguel Sánchez Robles borda una historia narrada como un caudal incesante, en mil pedazos rotos, como es la vida de su protagonista, con una prosa vibrante, moderna y enérgica, de recuerdo en recuerdo.
La exposición, incluida en la programación del Año Jubilar 2024, podrá visitarse en el Claustro del antiguo Convento de San José hasta el 29 de febrero. Horario: de lunes a viernes, de 17.30 a 20.30 horas; sábados y domingos, de 10.00 a 14.00h y de 17.30 a 20.30 horas.