EL PASICO DEL APARECIDO / OPINIÓN

La nación de naciones

12/06/2021 - 

CARTAGENA. Empezará el Aparecido este pasico con un dato tan sencillo como revelador: todos los miembros del Gobierno presidido por Pere Aragonés, digno separatista de IRC, exhiben un apellido de origen catatán, y en doce de esos catorce próceres ambos apellidos son catalanes. En corto: ningún miembro de ese Gobierno tiene los dos apellidos de origen de alguna otra región española, y ese es también el caso de la Laura que preside el parlamento catalán. Habida cuenta de que ninguno de los cinco apellidos más corrientes en Cataluña es de origen catalán, y que más de nueve de cada diez catalanes tienen al menos un apellido que no es de ese origen, queda claro que la élite gobernante catalana no representa sociológicamente a la mayoría de los catalanes, sino que está formada por un grupito muy minoritario de fuerte raigambre catalana. 

Se trata de una elite, perteneciente por lo general al estrato más adinerado, y que practica, sin proclamarlo, pero de forma inequívoca, una política excluyente, supremacista y que roza el racismo. Aparte del ideal separatista que, al menos de boquilla, sus miembros comparten, el llamado proceso se ha convertido en un rentable negocio del que viven centenares de familias de esa elite supremacista, con los sueldos públicos más altos de España y que practican una continua desviación de fondos del erario para apoyarse unos a otros. Es discutible si los condenados por el Supremo cometieron sedición o rebelión, como mantuvo el gran Edmundo Bal, pero no hay duda de que malversaron cantidades notables de dinero. Se cree que los ingresos anuales de Pilar Rahola, la infatigable propagandista, superan las seis cifras, y que la fortuna de la familia de Jordi Pujol, capo de tutti capi, se acerca a los 3.000 millones de euros, lo que deja a los socialistas de los Ere y a los peperos del Gurtel en unos meros aprendices, acreditando a Cataluña como "la región más corrupta de España" según el organismo supervisor de la UE.

"Rajoy ha sido, hasta ahora, el único presidente español con arrestos para negarse a dar una prebenda más a los separatistas"

¿Cómo ha sido posible que ese grupito elitista y bastante corrupto reciba la mitad de los votos emitidos en Cataluña? Las gentes de izquierda suelen echarle la culpa al PP por denunciar la inconstitucionalidad del estatuto de autonomía catalán de 2006 y porque Rajoy, el presidente supuestamente débil, denegó a Arturo Mas la posibilidad de implantar en Cataluña un sistema fiscal como el vasco. Por el contrario, opina el Aparecido que Rajoy ha sido, hasta ahora, el único presidente español con arrestos para negarse a dar una prebenda más a los separatistas, que lo importante era la inconstitucionalidad del estatuto, y que el privilegio fiscal del que gozan los vascos constituye un escarnio para nuestra región y otras similares. Así pues, el PP se limitó a defender la igualdad de los españoles, como luego hizo Cs, al margen del territorio en que viviesen (lo que debería ser una bandera de la izquierda).

La actual predominancia del tándem IRC y Juntos se debe más bien al impagable servicio que el PSC, defensor hasta 2014 de la autodeterminación catalana, ha prestado al separatismo. Han sido los dirigentes del PSC los que han adoctrinado a las legiones de inmigrantes provenientes de otras regiones en las bondades del catalanismo, y los que implantaron la inmersión en catalán en todas las etapas de la enseñanza, negando a los niños provenientes de familias hispanoparlantes la posibilidad de estudiar en castellano. Y fueron ellos, los líderes del PSC, los que promovieron un estatuto de autonomía separatista y los que difundieron la idea de que España explotaba fiscalmente a Cataluña. 

"Son Iceta e Illa -dos apellidos catalanes por barba- los que han aconsejado al gobierno no oponerse al infame informe contra el sistema judicial español"

El mero hecho de que no haya una federación catalana del PSOE, sino un partido diferente, implica que sus líderes tienen tendencia a considerar que Cataluña es muy distinta al resto de España. De hecho, fue Miguel Iceta el primero en reclamar el indulto para los golpistas de 2017 (y lo hizo antes de que los hubiesen condenado) y es ahora Salvador Illa quien pide un referéndum para "abordar el encaje de Cataluña en el resto de España". Son ambos, Iceta e Illa, curiosamente con dos apellidos catalanes por barba, los que han aconsejado al Gobierno español no oponerse frontalmente al infame informe de la Asamblea Parlamentaria del Consejo Europeo contra el sistema judicial español, y quienes andan proclamando que Cataluña es una nación y que, en consecuencia, España es una nación de naciones.

Al respecto, la Constitución dice que España en una nación con diferentes regiones y nacionalidades, palabra que ya fue utilizada por el socialista Anselmo Carretero en el título de su primer libro, Las nacionalidades españolas. Como también debemos al segoviano la primera ambigua definición de España como "nación de naciones", una nacionalidad es, para los dirigentes del PSC, de Podemos, de IRC y de Juntos, simplemente una nación; en cambio, para los demás, una nacionalidad no es otra cosa que una región bilingüe, en la que se habla español y alguna lengua cooficial.

El origen de la duda reside en que la expresión "nación de naciones" admite dos interpretaciones, según que se vea como una relación jerárquica o, alternativamente, horizontal. Antes mencionamos a Pujol como capo di tutti capi, lo que indica su primacía sobre los demás jefecillos separatistas; análogamente, al decir "Rey de reyes" o "Maestro de maestros" estamos admitiendo la primacía del Rey o del Maestro sobre los demás reyes y maestros. En esa línea, lo de nación de naciones podría implicar que España está por encima de cada una de sus posibles nacionalidades. Equivaldría a un superlativo de la soberanía de España, como si fuese más nación que cualquiera de sus partes o la única "supernación" del conjunto. En ese caso, más claro quedaría decir que España es una nación con varias regiones, unas monolingües y otras bilingües, relegando el término nacionalidades al baúl de los recuerdos de la jiennense Karina, cuyo primer apellido, Llaudés, de origen netamente catalán, podría servir de coartada para facilitar el tránsito léxico de nacionalidad a región.

Al cartagenero Serrano Suñer, casado con una hermana de la esposa de Franco, lo llamaban burlonamente "cuñadísimo", pero a nadie se le habría ocurrido adularlo como "cuñado de cuñados"; en cambio, cuando llamaban "generalísimo" a Franco querían decir algo así como "general de generales", lo que, según otros generales, como el prematuramente finado Mola, lo ponía en un plano de igualdad. Imitando el espíritu de Francisco de Vinatea, primer jurado de la ciudad de Valencia, cuando le dijo al rey Alfonso IV de Aragón, "cada uno de nos somos tanto como vos, pero todos juntos mucho más que vos", los del PSC, junto con los podemitas y los separatistas, interpretan lo de nación de naciones sin jerarquía alguna, de modo que España, cuyo territorio habría entonces que delimitar, solo sería una de las varias naciones de la península, junto a otras, como Cataluña o Galicia. Por supuesto, esas naciones serían soberanas por igual y podrían independizarse unas de otras (opción de los separatistas), confederarse (opción de Podemos), o federarse de forma asimétrica, es decir con privilegios para Cataluña (opción del PSC).

Llegados a este punto, para decidir si España es la única nación soberana o varias de sus regiones constituyen otras tantas naciones soberanas habría que responder a la pregunta que el socialista vasco Patxi López le planteó, estérilmente, a Sánchez: ¿Pedro, pero tú sabes qué es una nación? Apasionante tema para el siguiente pasico.

JR Medina Precioso

jrmedinaprecioso@gmail.com

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