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COMO AYER / OPINIÓN

La larga gestación de la Estación de Autobuses de Murcia

31/03/2022 - 

MURCIA. En estos últimos días nos han contado en Murcia Plaza que el Ayuntamiento quiere llevarse la Estación de Autobuses a la zona norte (o muy norte) de la ciudad, en el entorno del Centro Comercial Thader, según dicen, porque el proyecto de hacer de la Estación del Carmen un gran centro intermodal no resulta viable por falta de terrenos, cuando creíamos que ahora, una vez soterradas las vías, lo que había allí de sobra era, precisamente, terreno.

Esas noticias son una invitación a recordar la historia de la actual Estación de San Andrés y de los antecedentes que condujeron a su construcción en el lugar que viene ocupando.

"la obra, la adjudicación de la explotación, los accesos… dilataron la puesta en servicio de la Estación de San Andrés hasta 1975"

Digamos, ante todo, que allá por los años de la II República ya se hablaba en Murcia de la conveniencia de construir unas dependencias destinadas a servir de punto de salida y destino de las líneas interurbanas, que empezaban a proliferar y que durante mucho tiempo tuvieron sus paradas en distintos puntos de la ciudad.

En marzo de 1933 tuvo entrada en el Ayuntamiento la oferta de una empresa madrileña de construir una Estación de Autobuses, que pasó a consideración de la Comisión de Policía Urbana sin mayores consecuencias.

Luego llegaron la guerra y las estrecheces de una posguerra. Pero en 1946, un cronista local se lamentaba en Línea de que Murcia careciera de unas instalaciones de las que iba a gozar Alicante, carencia que daba lugar a ruidos a todas horas y en los más diversos puntos de la ciudad, y al desembarco en cualquier acera, como si de un andén ferroviario se tratara, de bultos y cajas.

Y en enero de 1948, un articulista veinteañero llamado Jaime Campmany le pedía a los Reyes Magos, entre otras cosas, "una estación de autobuses, pero con autobuses, y no con coches de La Alberca".

En marzo de 1949 ese mismo año, Luis Ayuso apuntaba desde las páginas de Línea un posible emplazamiento: "Sí se conoce, por bastantes elementos, un propósito de nuestro alcalde de levantar ese edificio en el vastísimo solar, propiedad del Ayuntamiento, de lo que fue convento de Isabelas, en el Plano de San Francisco”. Y añadía: "Estimamos conveniente al interés general el emplazamiento de la estación de autobuses en ese punto céntrico y por completo urbanizado del solar del convento de Isabelas, y con la superficie necesaria para dicha construcción. Además, en ese sitio, equidistante de las diversas entradas a la población, hay una moderna y amplia ruta urbana con perspectiva de ensanche inmediato".

La cuestión, que se asomaba de forma recurrente a las páginas de los periódicos, pareció cuajar cuando allá por el mes de diciembre de 1954 se anunció con grandes caracteres gráficos que se destinarían 14 millones de pesetas a la construcción de la Estación de Autobuses, que ocuparía 16.000 metros cuadrados, con 200 metros lineales de fachada, y que se construiría frente al viejo Cuartel de Garay, en la orilla del río, sobre el espacio que se ganaría con el relleno de los terrenos donde se emplazaba el Parque de Ruiz Hidalgo, destinado a desaparecer debido al nuevo encauzamiento del tramo urbano del Segura.

"En 1964, apuntaban unos terrenos entre la avenida de La Fama y la Plaza de Toros, que tampoco fueron los definitivos"

Pero pasó el tiempo, y en 1961 a lo más que se llegaba era a mantener el presupuesto de siete años antes y señalar como emplazamiento el cuartel, y no la orilla del río. Además, había que desalojar a las familias que habitaban el antiguo edificio militar. En 1964, desde el Ayuntamiento se apuntaba a unos terrenos sitos entre la avenida llamada hoy de La Fama y la Plaza de Toros, que tampoco resultaron ser los definitivos. Lo cierto es que más de 30 años después, el proyecto, cada vez más necesario, seguía sin ver la luz. Y mientras, se hablaba ya de 19 ó 20 millones de pesetas, y de terrenos en la carretera de Espinardo, o en el antiguo Jardín Botánico, junto al Malecón.

Para el año 1965, las paradas de autobuses interurbanos seguían dispersas por la ciudad, y un ejemplo patente del alcance de la cuestión era, en el Carmen, la plaza de Camachos, de la que, debido al amontonamiento de vehículos, algunos habían tenido que desplazar su estacionamiento a la vecina calle de Proclamación, cuya acera del jardín de Floridablanca sigue desde entonces ocupada en estos menesteres, y a la plaza de la Paja

Finalmente, en sesión celebrada el 14 de junio de 1967 se acordó la compra de los terrenos precisos para la construcción de la Estación de Autobuses y la de Mercancías, la primera en el barrio de San Andrés, a la espalda de las Iglesias de San Andrés y de Jesús, y la segunda, llamada luego Ciudad del Transporte, y hoy abandonada tras su traslado al Polígono Industrial Oeste, en el inicio de la carretera de Beniaján. El coste del primer solar fue de casi 16,5 millones, y el del segundo de 7 millones y la superficie de 23.500 metros cuadrados el uno y 27.500 el otro. El terreno de la estación de autobuses se pagó en tres anualidades y el de la de mercancías al contado.

Ni una semana había transcurrido cuando ya salieron a la luz las inconveniencias del emplazamiento escogido, pues por entonces los accesos a San Andrés desde el sur pasaban necesariamente por las calles de Sagasta y Vidrieros. Pero eso no impidió que las gestiones siguieran adelante y que se sacaran las obras a subasta, por casi 20 millones de pesetas, a primeros del año 1971, nada menos. Otro paso adelante, aunque a costa de meses y meses de demoras. Existían en aquellos momentos 46 líneas de autobuses entre Murcia y el resto de localidades, incluidas Alicante, Almería, Granada y Valencia.

Los detalles: ocuparía una superficie de 9.600 metros cuadrados, con entrada y salida de los autobuses por la calle de Bolos de 15 metros de anchura. La previsión era que contara con servicios de correos y telégrafos y oficina de Turismo. Y que fuera capaz para 42 vehículos. Los trabajos serían dirigidos por el arquitecto Daniel Carbonell y el ingeniero José Bautista.

Lo crea o no el lector, la obra (y alguna grieta sobrevenida), la adjudicación de la explotación, los accesos… dilataron aún en el tiempo la puesta en servicio de la Estación de San Andrés hasta el mes de mayo del año 1975. Para entonces, la vecina Alicante contaba con la suya desde 1947

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