Fotos: REAL MURCIA
MURCIA. La junta general de accionistas del Real Murcia ha autorizado al consejo de administración del club para abrir una campaña de préstamos convertibles por valor de diez millones de euros, lo cual permitiría finalmente a Felipe Moreno, quien fue dueño del Club Deportivo Leganés, entrar en el accionariado de la entidad.
Moreno, figura que se antoja fundamental en el futuro de la entidad grana, una sociedad anónima endeudada y con la disolución como constante amenaza, rechazó el domingo por la noche dar un paso que estaba previsto, del de ser parte importante del Murcia, y a través de de un comunicado argumentó su decisión por "nuevas discrepancias" con el actual presidente, Agustín Ramos.
Sin embargo, la junta de este martes, que ha transcurrido con tensión y cruce de reproches y descalificaciones entre varios de los accionistas durante las tres horas y unos minutos que ha durado en el estadio Enrique Roca, se ha firmado la paz y a ello ha contribuido la conversación telefónica que unos minutos antes de su inicio han mantenido Ramos y Moreno, quienes seguramente reconducirán la situación y serán socios al frente de una institución centenaria, con gran arraigo social y que tiene una deuda auditada a 30 de junio de este año de 29,2 millones de euros, que son casi 15 menos de los que acumulaba en 2018.
Con el primer equipo murcianista militando en la Primera RFEF, tercera categoría nacional, sigue siendo absolutamente necesario seguir reduciendo el déficit arrastrado y pagar a las administraciones -Hacienda y Seguridad Social- es preciso para poder acceder al fútbol profesional en caso de lograr el ascenso deportivo.
"Tras la tempestad viene la calma y estoy contento por seguir todos juntos con este proyecto. Vamos a poner al Murcia en el lugar que le corresponde y, aunque podamos alterarnos, todo lo que se hace es por beneficio del club", ha declarado Ramos como conclusión.
Esas palabras invitan al optimismo cuando minutos antes parecía que todo se iba al traste. Ramos y Francisco Tornel, el anterior presidente y quien encabezaba un grupo que podía ser una alternativa, acabaron fundidos en un abrazo que escenifica un final feliz.
"El bien del Murcia está por encima de todo y la unión hace la fuerza", ha apuntado Tornel.
El paso de que se puedan convertir nuevos préstamos en acciones hasta por diez millones de euros ha recibido el visto bueno unánime y es clave para encarar la viabilidad del Murcia y ahora el consejo de administración determinará la forma en la que se lleve a cabo.
Así pues, tras varios meses de negociaciones de los actuales gestores con Felipe Moreno, las mismas proseguirán en los próximos días y se prevé que en breve se formalice la llegada del empresario cordobés a la cúpula murcianista tras este nuevo giro de timón.