La inminente crisis demográfica en la Región: la diferencia entre muertes y nacimientos se estrecha

MURCIA. La Región de Murcia ha sufrido un notable decrecimiento en su saldo vegetativo. Este saldo, que comprende la diferencia entre nacimientos y defunciones, habría descendido desde el 6,28% que tenía en 2008 hasta un 0,15% en el año 2022. Una más que perceptible reducción que supondría una bajada de, aproximadamente, el 4200% de la tasa. La principal causa de estos datos es la evolución inversamente proporcional de los nacimientos y las defunciones dentro de la Región. 

Por una parte, los índices de natalidad también han menguado considerablemente durante los últimos años. Como referencia, en el año 2009 se registraron un total de 18.571 nacimientos, mientras que en 2022 la cifra tuvo una caída hasta los 13.387. Esta horquilla de más de 5.000 niños representa el 28% de los alumbramientos en la Región de Murcia. Si esta tendencia decreciente mantuviese estos mismos valores en los años venideros, para 2035 el número de partos se situaría en 9.639, bajando de los 10.000 y representando un descenso del 48% respecto a las cifras de 2009.

Por otro lado, las defunciones también han evolucionado al alza. Si bien entre 2008 y 2016 los primeros valores se mantenían estables entre las 10.000 y 10.500 defunciones, de 2017 en adelante comenzaron a elevarse. Esto es especialmente destacable a partir de 2020, y es que la pandemia por Covid-19 supuso un punto de inflexión a causa de la crisis sanitaria a la que se enfrentaron los servicios médicos. 

Por el momento, la Región aún puede presumir de cifras optimistas. Si bien los primeros números de 2023 ya adelantaban un ritmo similar, el recuento se mantiene favorable. Restando las defunciones, 2022 se saldó en positivo con 226 recién nacidos más. No obstante, de continuar así las defunciones podrían sobrepasar los nacimientos. Si bien la Región aún puede presumir del crecimiento de su población, los efectos pueden estar ya pasando factura. Son varios los municipios afectados por una acrecentada despoblación, que podrían poner en peligro de abandono el futuro de las localidades.