MURCIA. Aprender y renovarse, o morir. Esa máxima se la han grabado a fuego la mayoría de los propietarios de los restaurantes y bares de la Región de Murcia, quienes se han convertido en auténticos luchadores para sacar adelante sus negocios. Y lo peor es que cuando parecía que se empezaba a salir del túnel, de repente han estallado de nuevo preocupantes cifras de contagios por la pandemia y el toque de queda les puede asestar otro golpe del que puede ser difícil reponerse.
Pero para mantenerse a flote los propietarios de bares y restaurantes de la Región han sabido sobreponerse a la situación que se inició el 4 de marzo con la declaración del estado de alarma y han ido vadeando las dificultades con ingeniosas o simplemente útiles soluciones.
Entre estas han aflorado las de poner turnos para que lo clientes coman, con el objetivo de aprovechar al máximo las restricciones de aforo (que han variado entre un 40% y un 75% en el interior y las terrazas). En las últimas horas los hosteleros han lanzado una campaña para pedir a sus clientes que adelanten sus 'cenas a las ocho de la tarde', con el objetivo de vadear las consecuencias de un toque de queda que les obligaría a cerrar a las diez de la noche.
Pero adaptase a lo digital (códigos QR o aceptar pagos con Bizum e incluso Paypal, además de facilitar más si cabe el uso de las tarjetas bancarias) y pensar en nuevas formas de negocio, como la alternativa de comidas para llevar, han sido clave para su heroica supervivencia.
Entre los principales cambios que se han producido en el funcionamiento de los locales derivados de la crisis sanitaria destaca la sustitución de la tradicional carta impresa por un sistema con códigos QR, que permite que los clientes puedan ver a través del móvil lo que ofrece cada establecimiento con "total seguridad y sin tener que tocar el papel", como explicaba a Murcia Plaza Xavi Paredes, propietario de La Tasquita, quien ha implementado el sistema digital en su local y cree que los clientes "se están adaptando muy bien a los cambios".
La revolución digital en la hostelería se ha acelerado en tiempos de coronavirus y efectivamente ha llegado para quedarse. Todos estos cambios no solo son más seguros para la clientela, sino que también optimizan el trabajo y el tiempo de los equipos, que no tendrán que desinfectar continuamente las cartas tras cada uno de sus usos. Lo que está claro es que las novedades en esta nueva era de la tecnología se irán sucediendo.
Otro cambio que han desarrollado muchos establecimientos ha sido el de apostar por el reparto de comida a domicilio para poder mantener el negocio. Durante el tiempo que duró el confinamiento, esta actividad fue la única forma de conseguir ingresos, por lo que muchos locales tuvieron que reconvertir su modelo de negocio, al fin y al cabo, el reparto a domicilio pasó de suponer un pequeño porcentaje de la facturación a ser su base para subsistir.
José María Rubiales, propietario del restaurante El Palco del Parlamento Andaluz, afirmaba que potenciar el reparto a domicilio fue "una decisión tomada para sobrevivir, para poder mover la economía y sacar algunas personas del erte".
El dueño de este local murciano indicaba que el reparto a domicilio gestionado por las empresas externas no siempre sale rentable para el negocio, pues un 35% de la facturación en cada pedido es una gran cantidad de dinero que no alcanza a ver la empresa, pues el cliente no asume costes adicionales. En consecuencia, ha habido casos en los que el restaurante ha perdido dinero con los pedidos.
Otro cambio importante para optimizar los servicios es poner turnos para comer o cenar. Esta medida, que se ha implementado en muchos locales de la Región, ha sido bien vista por los clientes. "Es una buena medida y te hace tener la tranquilidad de que sabes que cuando te toca comer estará todo listo y con las máximas medidas higiénicas", asegura Rafael Cano, quien es comercial y lo ha vivido en varios locales por los que se mueve en la Región.
Esto se hace por ejemplo en La Tapeoteca de Murcia, donde se puede reservar en dos turnos de algo más de una hora, con lo que el cliente ya sabe el tiempo que tiene para comer y los camareros optimizan sus recursos.
Por otra parte, el presidente de Hostemur, Jesús Jiménez, ha sealado que la decisión del Gobierno regional de comenzar el plazo de las restricciones por el toque de queda a las 23 horas supondría que los locales deberían cerrar a las 22 horas, "lo que se llevará por delante muchísimas cenas y con ellas cerca del 40% de la facturación diaria".
Una medida que arrastrará, según los cálculos de la patronal, a la pérdida de más 12.000 puestos de trabajo en las empresas del sector que, ha añadido Jiménez, si con las actuales condiciones "no tienen actividad suficiente para poder mantener sus plantillas, ese escenario será imposible".
Los hosteleros de la Región cruzan los dedos y esperan que las restricciones de horarios con el toque de queda no sean la puntilla para sus negocios y poder respirar por fin, sin olvidar que deben seguir reinventándose y siendo muy conscientes de que han de aprender a vivir con la incertidumbre, al menos hasta que la deseada vacuna abra una puerta a que la 'nueva normalidad' deja paso otra vez a la realidad por todos deseada.