Foto: AIRFOCUS (UNSPLASH)En la Región de Murcia, hemos sido testigos de una transformación sin precedentes en el tejido empresarial. El proceso de concentración y el crecimiento del tamaño medio de nuestras empresas avanzan de manera imparable. Un claro indicativo de esta tendencia es la creciente participación de fondos de inversión y grupos empresariales multinacionales en el capital de nuestras compañías.
Sin embargo, también celebramos los éxitos de aquellas empresas que, manteniendo su accionariado íntegramente murciano, continúan expandiéndose y fortaleciéndose.
Frente a este panorama, una de las grandes preocupaciones de los directivos es la escasez de talento cualificado. Encontrar profesionales motivados, comprometidos, disciplinados y con capacidad de esfuerzo y sacrificio se ha convertido en un reto crucial. Esta carencia de personal cualificado pone de manifiesto que la función directiva adquiere, cada vez más, un rol determinante en la supervivencia y éxito de las organizaciones.
"la figura del directivo evoluciona de manera acelerada"
Por tanto, la figura del directivo está evolucionando de manera acelerada. No basta con tomar decisiones estratégicas; el liderazgo moderno exige la capacidad de inspirar, motivar y dirigir a los equipos hacia la consecución de objetivos comunes.
En este contexto, la creciente tasa de absentismo, junto con la "pandemia silenciosa" de desmotivación y agotamiento en los empleados, supone una amenaza directa a la productividad y rentabilidad de las empresas. Aquellos directivos capaces de gestionar eficazmente sus equipos, atrayendo y reteniendo talento comprometido, no solo garantizan la estabilidad de sus organizaciones, sino que también generan una ventaja competitiva vital, especialmente en sectores maduros con márgenes de beneficio ajustados.
Un buen directivo, además, debe tener una visión clara y estratégica del futuro de su empresa. Es fácil dejarse arrastrar por la urgencia del día a día pero, en un mundo donde los cambios son cada vez más rápidos y profundos, es fundamental dedicar tiempo a la reflexión y la planificación a largo plazo. Solo así se pueden anticipar tendencias, identificar nuevas oportunidades y trazar el camino hacia la innovación y el crecimiento sostenible. Los directivos visionarios no solo lideran en el presente, sino que también preparan a sus empresas para los desafíos y oportunidades del mañana.
Sin embargo, la técnica y la capacidad de gestión no lo son todo. La ética, la sostenibilidad y la responsabilidad son valores fundamentales que deben guiar la actuación de cualquier directivo. En un entorno donde la transparencia y la integridad son cada vez más demandadas por los consumidores, proveedores y la sociedad en general, los directivos que actúan con principios sólidos no solo fortalecen la confianza dentro de sus organizaciones, sino que también mejoran la reputación corporativa.
Desde ADIMUR, promovemos estos valores con un firme compromiso. El buen directivo debe ser, ante todo, humilde, liderando desde el respeto y la sencillez, consciente de que su responsabilidad principal es para con los accionistas, a quienes debe reportar con transparencia, lealtad y respeto. Estos son los principios que defendemos en nuestra asociación, y estamos convencidos de que son los que deben marcar el camino hacia el éxito empresarial.
En conclusión, el papel del directivo ha evolucionado para convertirse en un pilar esencial dentro de cualquier organización. Su capacidad para liderar con visión, adaptabilidad, ética y habilidad en la gestión de equipos es lo que determinará el éxito o fracaso de las empresas en el futuro. En ADIMUR seguiremos trabajando para que los directivos de nuestra región encarnen estos valores y conduzcan a sus empresas hacia un futuro más competitivo, justo y sostenible.
Antonio López Noguera
Presidente de la Asociación de Directivos de la Región de Murcia (ADIMUR)
*Artículo publicado en la revista Región de Murcia Tierra de Empresas
