MURCIA. Cáritas ha vuelto a radiografiar la realidad social de los murcianos y su conclusión es demoledora: la exclusión social se ha enquistado en la estructura social de la Región; la desigualdad se ha incrementado, incluso en los años de recuperación económica; y el empleo ha tomado una tendencia hacia la precarización. Son tres de las conclusiones del informe de la Fundación Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social, que ha sido desglosado en la Región de Murcia y se ha presentado este miércoles.
El informe advierte de que 273.000 murcianos viven en riesgo de exclusión social. Es decir, conforman la denominada sociedad estancada, porque están "estancados en el pantano de la exclusión social". Se trata de personas para las que el llamado 'ascensor de la movilidad social' no funciona, avisa Cáritas. La mitad (unos 138.000) sufre exclusión social severa, aquejada por "la acumulación" de problemas diarios.
Estos problemas pasan por incumplir las necesidades fundamentales del ser humano, como el trabajo, la vivienda, la educación y la sanidad. En la categoría de murcianos con una exclusión severa, existe un grupo de habitantes especialmente sensible, que abarca a 37.000 murcianos que luchan por sobrevivir cada día. Se le denomina la sociedad expulsada.
Fuera del eslabón de la exclusión social se encuentra un grupo de personas que están en riesgo de empeorar su calidad de vida. Son 180.000 murcianos que forman la sociedad insegura y, según Cáritas, serían los primeros en ser excluidos si llega una crisis de la economía.
Si sumamos estos dos estratos, obtenemos que 453.000 habitantes de la Región -cuya población es de 1,4 millones- están al borde de la exclusión social. Es decir, prácticamente uno de cada tres murcianos. No en vano, la diferencia entre ricos y pobres ha aumentado en la última década. La distancia entre las rentas más altas y las más bajas ha crecido un 8%, según detalla el estudio.
El informe dedica un gran apartado a la vivienda, cuyo derecho se ha convertido en "inaccesible para muchas familias". Así, Cáritas pone de manifiesto que 38.000 familias y 100.000 murcianos tienen la incertidumbre de quedarse sin hogar. También recoge que 47.000 casas y 168.000 vecinos de la Región habitan en viviendas inadecuadas.
Asimismo, el documento cifra en 195.000 murcianos el número de personas que viven bajo el umbral de la pobreza severa al descontar los gastos del pago de la vivienda y los suministros de la misma. Es decir, el 13% de la población. Y también señala que el 12% de la población ha recibido avisos de cortes de los suministros básicos.
"Cada vez es más difícil hacernos cargo de los que se quedan atrás", manifestaba Raúl Flores, secretario de Foessa y jefe de estudios de Cáritas España. Flores que junto con el obispo de la Diócesis ha presentado el estudio en Murcia ante la presencia de autoridades políticas, reclama a las administraciones públicas que pongan en marcha iniciativas ciudadanas para paliar esta situación.
En empleo, el escenario es igualmente preocupante. En la Región, el 38% de las personas excluidas trabajan. Esta exclusión se agrava en quienes trabajan a jornada parcial. Y el desempleo de larga duración de 2018 "alcanza el 36% y multiplica por 2,5 la cifra del año 2007", justo antes de la crisis
Otros datos revelan que 128.000 murcianos (el 9%) ha dejado de comprar medicinas, seguir tratamientos o dietas por problemas económicos.