CARAVACA. El yacimiento caravaqueño de la Cueva Negra, situado en el Sitio Histórico Estrecho de La Encarnación, continúa arrojando importantes datos sobre los primeros homínidos y su modo de subsistencia a través de restos de fuego, herramientas y abundantes fósiles de fauna que habitaba en el lugar hace cerca de un millón de años.
Así lo atestiguan los resultados de la 22 campaña de excavaciones arqueológicas que este mes de julio reúne en el lugar a expertos procedentes de distintos países, según informaron fuentes municipales en un comunicado.
El alcalde de Caravaca de la Cruz, José Francisco García, ha visitado este lunes este yacimiento, donde ha puesto de manifiesto su relevancia para estudio de la evolución humana, "siendo foco de atención para expertos y estudiantes llegados de algunas de las mejores universidades del mundo".
García ha ensalzado "la riqueza patrimonial y natural del Sitio Histórico Estrecho de la Encarnación, enclave, junto al río Quípar, habitado prácticamente de forma ininterrumpida desde la prehistoria hasta nuestros días, con distintas civilizaciones que nos han dejado su valiosa huella".
A diferencia de los últimos años -cuando las labores se centraron en la capa situada junto a la roca madre-, los trabajos de la campaña de excavaciones paleontológicas y arqueológicas de 2023 se han desarrollado en los niveles superiores de las cuadrículas situadas al fondo de la cueva, muy cercanas a la pared de la misma.
"En estos niveles superiores también hemos podido corroborar cómo en la cueva se alternó la ocupación humana con la de grandes carnívoros, como hienas, mamut o rinocerontes, pues en capas sucesivas hemos hallado tanto huesos fósiles como herramientas fabricadas en sílex y caliza y huesos de fauna quemados con marcas realizadas por dichos utensilios", según ha indicado el profesor Michael J. Walker que, junto a los arqueólogos Mariano López y María Haber, dirige los trabajos de excavación.
La campaña de excavación ha estado, una vez más, promovida por la Asociación Murciana para el Estudio de la Paleoantropología y el Cuaternario (Mupantquat), que mantiene un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Caravaca. Hasta el lugar se han desplazado voluntarios procedes de universidades estadounidenses y británicas (New York, Brown University (Rhode Island), Macalester College (Minnesota), Newcastle y Trinity College de Dublín).
Las excavaciones realizadas en los últimos treinta años han aportado valiosa información sobre los primeros homínidos. La gama de técnicas de talla de la piedra, junto con el dominio del fuego y el aprovechamiento de recursos minerales y biológicos presentes en el Alto Quípar y Rambla de Tarragoya, ofrecen una visión importante sobre la destreza manual, la aptitud técnica, y sobre todo, la versatilidad cognitiva de los habitantes de este yacimiento hace casi un millón de años.
La cueva fue frecuentada por seres humanos que dejaron huella de su presencia en forma de restos del fuego y un hacha de mano, siendo ambos los más antiguos de Europa. Este yacimiento del Paleolítico tiene entre 900.000 y 800.000 años de antigüedad, lo que corresponde al final del Pleistoceno Antiguo (o Inferior).
Los seres humanos probablemente pertenecieron a la especie extinta del Homo heidelbergensis, que habitaba Europa hace entre 900.000 y 150.000 años en el Pleistoceno y fue especie ancestral del 'Hombre de Neandertal' u 'Homo neanderthalensis', que vivió entre 150.000 y 40.000 años en Europa.
Hasta la excavación de la Cueva Negra no habían sido hallados en Europa ni restos del fuego ni tampoco un conjunto paleolítico con un hacha de mano "achelense" en sedimentos del Pleistoceno Antiguo. Por otra parte, el conjunto de elementos paleolíticos de sílex, caliza y cuarcita se da en todas las capas excavadas de los sedimentos, que alcanzan 5 metros de profundidad. Estos ofrecen una amplia gama de formas que reflejan diferentes técnicas de la talla practicada en la cueva.