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EL PASICO DEL APARECIDO / OPINIÓN

La contribución izquierdista a Juanma y Espadas

2/07/2022 - 

CARTAGENA. En un Pasico anterior anunciaba el Aparecido que el pepero Moreno Bonilla, que prefiere que lo llamen Juanma, iba a ganar las elecciones andaluzas. De hecho, el pronóstico del Aparecido se había quedado corto: previó, como la mayoría de los analistas, la victoria de Juanma, pero no adivinó que alcanzaría 58 diputados (mayoría absoluta, 55). Los especialistas han detectado, y publicitado, que a esa mayoría absoluta han contribuido gran parte de los votos que antes habían ido a Ciudadanos (Cs), algunos votos provenientes de Vox e incluso ciertos votantes antes socialistas. Más desapercibidas, sin embargo, han sido las involuntarias colaboraciones del mundillo pericomunista andaluz al triunfo de Juanma y a la pervivencia del socialista Espadas.

Es ilustrativo repasar la singular historia de esas formaciones. En las primeras elecciones andaluzas, celebradas en 1982, el Partido Comunista de Andalucía (PCA) obtuvo 8 diputados. Considerando que ese resultado había sido muy insuficiente, varios dirigentes del PCA promovieron la creación de un movimiento sociopolítico, al que llamaron Convocatoria por Andalucía (CA). Como al poco varios partidos acordaron en Madrid crear Izquierda Unida (IU), ese movimiento, CA, se transformó en Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía (IUCA) antes de las elecciones de 1986. Con esas siglas los izquierdistas obtuvieron 19 diputados. En las sucesivas elecciones ese espacio, ya capitaneado por IU, estuvo oscilando entre 5 y 20 diputados según la legislatura de que se tratase. Pasados los años de IU nació Podemos, pero concurrieron juntos las elecciones, obteniendo 15 escaños primero y 17 después en el Parlamento Andaluz. Entonces de Podemos se escindió Más País y, en paralelo, Teresa Rodríguez y otros varios diputados fueron expulsados del grupo parlamentario de IU y Podemos en Andalucía. Por todo eso en esta convocatoria de 2022 han concurrido dos listas izquierdistas: Adelante Andalucía (AA), formación neoandalucista liderada por Teresa Rodríguez, junto con los anticapitalistas y otros partiditos, y Por Andalucía (PA), liderada por Inma Nieto, donde estaban IU, PCE y Más País, añadiéndose a ese conjunto varios candidatos sueltos de Podemos. Esa curiosa adición se debió a que los organizadores no llegaron a tiempo para inscribir a Podemos en la coalición, entretenidos, como estaban, en discutir sobre el candidato a presidir la Junta y sobre las cuotas de poder de cada uno de los partidos y partiditos coaligados. Como se ve, desde 1986 la izquierda andaluza (y la española) viene jugando a originar escisiones del grupo mayoritario en cada momento para, a continuación, concurrir en coalición el grupo original y el escindido. El notable resultado de ese curioso proceder de disgregarse para coaligarse ha sido, en esta ocasión, que haya más partidos coaligados que escaños que los representen en el Parlamento Andaluz. Es decir, varios de los partidos coaligados no han obtenido ningún escaño. Un exitazo. Y más llamativo aún: uno de los partidos que no han obtenido ningún diputado es el PCA. Repetimos: por primera vez desde las primeras elecciones andaluzas, no habrá ningún diputado del PCA en el Parlamento Andaluz. Y eso que en casi todas las elecciones anteriores el candidato a presidir la Junta de Andalucía estaba afiliado al PCA. He aquí sus nombres: Felipe Alcaraz, Julio Anguita, Luis Carlos Rejón, Antonio Romero, Diego Valderas y Antonio Maíllo. Todos ellos varones y todos ellos comunistas. Pues bien, ahora hay dos mujeres izquierdistas, Teresa e Inma, a la cabeza de sus grupos, pero en ellos no hay ningún diputado del PCA. Ese vacío ha provocado un inmenso cabreo de ese partido con Podemos y con IU, cuyas peleítas están en el origen de ese desastre. Asombroso: el partido del que todo este conglomerado nació, el único que poseía una organización digna de tal nombre, el que siempre financió las campañas conjuntas, fuera del Parlamento. Cría cuervas y...

Otro aspecto muy notable de esta vaina es la ayuda que, sin quererlo, los izquierdistas han prestado a Juanma y al socialista Espadas. En efecto, AA ha obtenido 2 escaños y PA ha obtenido 5 escaños, lo que da un total de 7, pero, con los mismos votos, habrían obtenido unos 13 de haber concurrido en una lista común. En ese supuesto, habrían logrado 6 escaños más de los reales, restando 4 al PP y 2 al PSOE. Consecuencias primarias: Juanma no habría obtenido mayoría absoluta y Espadas habría quedado por debajo de los 30 escaños. Consecuencias secundarias: se habría abierto una crisis en el PP, obligado a pactar con Vox, y otra en el PSOE, con posible remodelación del gobierno español y sustitución de Espadas, porque los mismos socialistas habían fijado en 30 el umbral crítico por debajo del cual se moverían las sillas. Estas conclusiones distan de ser seguras, puesto que quizás algunos de los votantes que eligieron AA o PA no habrían dado su apoyo a la lista única, pero son bastante probables. Aunque muchas veces las listas unificadas no logran captar la suma de las dos listas por separado, es razonable pensar que algo habrían restado al PP y al PSOE, ya que algunos escaños se han logrado gracias muy pequeñas diferencias de votos. Así, la división del espacio que nació del PCE, del que surgió IU, de la que surgió Podemos, de los que surgieron Más País y Adelante Andalucía, ha traído tres espectaculares efectos: dejar al PCA sin diputados, prestar un servicio impagable Juanma como presidente andaluz y ayudar a Espadas a persistir como líder del socialismo andaluz.

¿Y quiénes son los responsables del desaguisado? Las opiniones difieren. Según Podemos, la culpa es de IU por no haberlos inscrito a tiempo en la coalición y haber tratado invisibilizarlos durante la campaña: según IU la culpa es de Podemos por haber intentado nombrar por su cuenta al candidato a presidir la Junta, pero, sobre todo, de Teresa, por haberse empeñado en presentar una lista diferente; según Teresa, de Podemos e IU por haberlos expulsado del grupo parlamentario en la pasada legislatura y procurado que no interviniesen en los debates televisados. En resumen: la culpa es de los otros.

Teniendo en cuenta que todos ellos tendrían que formar parte de Sumar, mal empieza ese proyecto de Yolanda Díaz. Seamos justos. El número de diputados que obtuvo primero el PCE y luego IU en las elecciones nacionales no sobrepasó nunca los 21 diputados. Ahora las encuestas dan para el espacio conformado por IU, Podemos y Más País entre 27 y 30 diputados. Se trata de un resultado agridulce: supondría un tercio adicional de diputados respecto del espacio izquierdista clásico, pero un tercio menos que el obtenido por Podemos en su mejor momento. Más significativo sería que, si los resultados fuesen los que ahora dicen las encuestas, la aportación de Sumar no bastaría para otorgar al mermado PSOE de Sánchez la mayoría suficiente para gobernar. El resultado de Sumar contribuiría así a que gobernase el PP de Feijóo, solo o en compañía de otros (Vox, principalmente).

En nuestra región lo dicho implica que o bien se entienden los de IU con los de Podemos y ambos con Más País, o se estancarán en sus típicos 2 o 3 escaños en las próximas regionales, con beneficio del PP. La peña espera ansiosa averiguar a qué tipos de acuerdos serán capaces de llegar en Murcia las innumerables escisiones nacidas del tronco común del PCE, siendo el más interesado, por motivos obvios, el presidente Miras.

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