CARTAGENA. En política, los líderes quieren marcar los tiempos siempre, pero no siempre las circunstancias les ayudan a controlar los tiempos, por lo que hay que adaptarse conforme les vienen y, de forma acertada o no, continuar la carrera sin mirar atrás. La salida de María Casajús y el ascenso al Gobierno regional, auspiciada por el cese del anterior director general de Carreteras por un presunto delito de corrupción, ha supuesto una crisis no prevista ni preparada en el Gobierno municipal de Cartagena.
Las quince personas que formaban parte de este equipo y que firmaron sus actas como concejales en el verano de 2019 debían permanecer -así lo sellaron en su pacto- asumiendo sus mismas funciones hasta el final de legislatura. No cabía, por tanto, poner en marcha una crisis en el gobierno e introducir cambios cuando Arroyo asumió la Alcaldía en verano de 2021, recogiendo el bastón de mando de manos de Ana Belén Castejón.
Pero con Casajús ya en San Esteban, Arroyo recoge su tablero y recompone sus piezas cuando las circunstancias le llegan sobrevenidas. En este movimiento, el que saldrá mejor parado es Diego Ortega, concejal de Descentralización y Participación Ciudadana. Todo apunta a que será Ortega quien asuma Infraestructuras, aunque desde su partido mantengan el silencio como respuesta en este asunto. Durante toda la jornada de este viernes los funcionarios de las diferentes áreas hacían sus apuestas y en la mayoría de ellas, Ortega encabezaba el ranking.
Desde su partido valoran su perfil de exigencia máxima, operatividad, talante negociador y persuasivo. Es, además, una persona de la máxima confianza de Noelia Arroyo, con la que mantiene una magnífica relación personal y profesional y que además goza de una experiencia de diez años en las diferentes lides municipales, unas asumiendo las labores de la concejalía de Deportes y otras en la trinchera de la oposición. Precisamente son los funcionarios del área de Deportes los que manifestaban más desasosiego ante los rumores de marcha de Ortega. Ha conseguido generar una buena sintonía entre los trabajadores, con un equipo de joven que afronta un 2022 en el que desplegará un amplio y detallado programa repleto de actividades -Cartagena es Ciudad Europea del Deporte- para lucir el área. Ortega, después de toda la planificación para alcanzar la meta, se quedará sin disfrutar esa guinda del pastel.
Además, otro punto a su favor es la buena sintonía con Juan Pedro Torralba, concejal de Vía Pública, ya que sus áreas han tenido que coincidir en un sinfín de ocasiones para poner en marcha proyectos comunes.
En pacto a tres bandas que gobierna los destinos de Cartagena, Noelia Arroyo mantenía cuatro grandes áreas hasta ahora: Descentralización, Infraestructuras, Servicios Sociales y Hacienda y Personal. Una vez que Ortega asume dos de estos pesos pesados -Descentralización e Infraestructuras en una misma área-, queda por conocer qué área nueva creará Arroyo, algo que deberá ser consensuado con sus socios de Gobierno.
El PP sumó siete concejales en las últimas elecciones, por lo que la salida de Casajús supone que el octavo en la lista, Ana Maruenda, suba, pero la incógnita a este problema se mantiene abierta. Sigue sin estar confirmada. Tiene ante sí una decisión difícil, porque, aunque fuentes cercanas al PP aseguran que le apetece mucho aceptar un puesto como concejala, como trabajadora interina en el Ayuntamiento de Cartagena que es, y en proceso de consolidación de su plaza, podría perderla si da el sí a la concejalía. Se está tomando su tiempo pero nadie la descarta todavía.
En el caso de que Maruenda, a la que califican como "muy leal" al partido, diera un paso atrás, será Álvaro Valdés el que vuelva al ruedo político municipal tras unos años apartado de éste. No obstante, sea Ana Maruenda o Alvaro Valdés, ocuparía una delegación especial, nunca una concejalía de área.