pero retira el pago de la indemnización

La Audiencia Provincial confirma la culpabilidad de la empresa responsable del vertedero de Abanilla 

1/07/2021 - 

MURCIA (EFE). El concurso de acreedores de la empresa explotadora del vertedero de Abanilla, Proambiente, S.L., ha visto confirmada su condición de culpable por la Audiencia Provincial de Murcia. De esta forma, se ratifica la sentencia de culpabilidad establecida en diciembre de 2019 por el juzgado de lo Mercantil número Dos de Murcia. 

La sentencia desestima así el recurso que presentó la empresa en el que alegaba su inocencia. En concreto, afirmaba que el juzgado había incurrido en un error a la hora de valorar las pruebas aportadas al juicio y defendía que el concurso no era culpable.

El juzgado de lo Mercantil no solo hizo esa declaración de culpabilidad, sino que también inhabilitó a los cuatro responsables de la empresa para administrar bienes ajenos por tiempo de tres años y les privó del derecho que pudieran tener frente a la masa del concurso.

Igualmente, fueron condenados a indemnizar de forma solidaria a la masa con 575.495 euros y a afrontar, junto con la sociedad, el pago de las costas judiciales.

Ahora, la Audiencia Provincial de Murcia ha desestimado el recurso de la empresa al mantener la declaración de culpable del concurso, pero, por otra parte, estima la apelación planteada por uno de los cuatro responsables y deja sin efecto el pago de la indemnización y la condena en costas.

Dice el tribunal que la documentación presentada junto con la solicitud del concurso presentaba un "importante déficit informativo", pues reflejaba un pasivo de 4,1 millones de euros, cuando el omitido superaba esa cifra, lo que suponía una desviación superior al cien por cien del mismo.

"Unas inexactitudes de ese calibre merecen un reproche, no es necesario averiguar si ello se debió a una consciente o deliberada ocultación, podrá haber una irregular contabilidad, pero ello no puede servir para exonerar el reproche", comenta la sala.

Finalmente, la sentencia dice que la omisión de la presentación del concurso en tiempo no fue lo que generó las pérdidas que arrastró la empresa, sino que su origen estuvo en continuar con una actividad en la que los ingresos eran inferiores a los gastos.

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