Jimbee Cartagena quiere comer en la mesa de los grandes. Foto: Jimbee Cartagena.CARTAGENA. Habrá que confiar en este Jimbee de nuevo cuño, ahora ya con el sello de Duda, solo una derrota en este 2020 en la Liga (además del duelo perdido por la mínima en la Copa ante el Jaén). Pese a algunos patinazos, como el cometido ante O'Parrulo , el equipo ha interiorizado la presión alta, el robo rápido y la celeridad en las transiciones. Transitan a todo trapo por la pista los muchachos del técnico brasileño, que ha tenido que ver desde la grada el fruto de su trabajo durante este mes y medio por la sanción de cinco partidos tras su expulsión ante Santa Coloma.
A tres puntos del octavo (Jaén) y a cuatro del séptimo (Levante), con un partido menos, tiene en su mano el volver a unos playoff 13 años después de perder por segundo año consecutivo ante ElPozo Murcia, en otra serie para la historia tras la final disputada entre los dos equipos de la Región solo un año antes.
Con Duda al frente, Jimbee Cartagena ha dado un paso adelante que parece ya irreversible. Lejos de aquel equipo opaco y sin alma de principios de curso, ahora se presenta un equipo machote, capaz de no bajarse del partido incluso en circunstancias donde muchos bajan la mano, como sucedió en el Palau Blaugrana (1-1) o tras encajar el 2-1 ante el Jaén en Copa cuando había sido superior en el global del encuentro. Hay un cambio de mentalidad en la entidad que se traslada a la afición, enchufada como el equipo desde el calentamiento. No aspira ya Cartagena a verlas venir sino que ansía como pocos volver a sentarse entre los grandes. Es el Jimbee de Duda un equipo entusiasmado.
A ello ha contribuido la declaración de intenciones desde la directiva. No es un mensaje cualquiera fichajes como el del propio Duda o el de Solano y Bebe, este último para la próxima temporada. Indica todo ello que la aspiración del equipo no es sólo asentar su posición en la Liga, sino aspirar a cotas más altas desde ya, empezando por meterse entre los ocho mejores de la Liga, obligación entre los suyos como señaló ya en diciembre el técnico cartagenerista.
Tiene algo de reivindicativo este Jimbee de Duda, característica que le vincula con el pasado de la entidad, siempre por detrás de ElPozo por músculo económico y tradición, pero dispuesta a rebelarse contra su destino. Hay jugadores como Franklin, Batería o Solano que sienten que el primer tren de la élite se les fue y han encontrado en Cartagena el mismo hambre que ellos para volver a ese primer vagón de la Liga. No ha movido cielo y tierra Duda para nada. Sabe que el proyecto de Cartagena es serio y tras su salida de Murcia quiere demostrar sus dotes de técnico con otros mimbres.
No anda sobrado Jimbee de virtudes. Le falta gol al equipo y sus despistes en defensa penalizan demasiado para el esfuerzo que realiza el equipo, con el corazón en la boca del minuto 1 al 40, rema que rema para morir demasiadas veces en la orilla cuando enfila la portería rival. Espera Duda que la llegada de Solano, ahora de baja por un esguince, le permita llegar al playoff y ahí pelear de tú a tú con los grandes, seguramente ante un ‘coco’ como Inter o Barça si logra certificar esa “obligación” que ha marcado el técnico sudamericano a los suyos.
Las sensaciones que emite el equipo remiten inevitablemente al pasado más glorioso de la entidad, aquel Polaris rutilante, repleto de estrellas que miro de frente a los colosos de la Liga. Ahora, 15 años después de aquel Polaris de 2005, aspiran Duda y los suyos a alcanzar las mismas cotas que los Lenisio, Simi o Cristian. No es cuestión de soñar y ensimismarse en el sueño, sino que toca apretar los dientes para hacer realidad ese gran objetivo. Cartagena quiere volver a vibrar con el fútbol sala. Duda y los suyos ya divisan el Dorado.
