PERFIL

Jerónimo Moya: de la cancha de Cehegín a pilotar la transición de Ciudadanos

El nuevo portavoz de la gestora naranja goza de buen cartel en el partido por su perfil centrista. Los críticos, no obstante, le examinarán con lupa

19/01/2020 - 

MURCIA. Carretera y manta con rumbo diario Cehegín-Murcia. Así es la nueva vida para Jerónimo Moya desde que sus responsabilidades políticas se dispararan esta semana. La gestora nacional de Ciudadanos le encomendó la tarea de dirigir el órgano provisional que conducirá el partido en la Región hasta su renovación en el congreso extraordinario de marzo. El puesto de la Portavocía y Acción Institucional recae en el actual teniente de alcalde y futuro regidor de Cehegín, cuyo bastón de mando tomará en mayo de 2021 tras el acuerdo que firmaron PP y Ciudadanos. Moya, que asegura que no se esperaba la llamada de Madrid, ejercerá en la gestora acompañado por la diputada autonómica y secretaria de Organización, Valle Miguélez, y el militante David Sánchez.

Padre de dos niñas pequeñas y separado, Jerónimo Moya asevera que el lado negativo de la vida política "es el coste familiar" que acarrea. "A mis hijas no le dedico el tiempo que me gustaría", cuenta a Murcia Plaza este funcionario que nació en 1975 en Barcelona y que vive en Cehegín desde los cinco años, cuando su padre, policía nacional, fue trasladado a Murcia. Diplomado en Gestión y Administración Pública, en 2004 comenzó a trabajar en la Agencia de Desarrollo Local del ayuntamiento de Mula, un empleo que ha desarrollado hasta 2019, cuando pidió la excedencia para dedicarse a las tareas del Gobierno local. 

Amante del cine y aficionado a perderse por los montes del Noroeste, su gran pasión, no obstante, es el baloncesto. Casi toda su vida ha girado alrededor de la canasta. Con nueve años dio sus primeros pasos en una cancha de básquet y colgó las botas con 34 años. Siempre jugó en el club de sus amores, el de su pueblo: el CB Cehegín. Un equipo del que también llegó a ser presidente durante doce años; incluso compatibilizó el parquet con los despachos. Moya, que jugaba de base -entre bromas reconoce que le acusaban de 'chupón'-, vivió los mejores tiempos del equipo, que logró competir en Primera Autonómica. Moya recibió ofertas de clubes que militaban en categorías superiores, pero le pudo "el amor a los colores". "Yo creía en mi equipo de Cehegín; era mi club, el que me crio y me lo enseñó todo...".

Esa es una de las forjas de su carácter: su compromiso. "No soy de abandonar los proyectos a la primera. Mi compromiso en el deporte se traslada a la política. No me gusta andar con medias tintas; por eso, si me comprometo, tengo que dar el 100%", indica, recalcando que no le gusta "buscar la foto". Tiene claro que la política es circunstancial en su vida: "No comparto esa práctica del PP y de PSOE de crear políticos de cuna". Por eso vaticina que su carrera no será muy larga. "No me veo yo ejerciendo muy de mayor", dice, convencido de que la política "es un ámbito que necesita renovación y savia nueva". En su opinión, ese es uno de los males endémicos de la política española: "La falta de frescura y la presencia de figuras que se eternizan".

El ceheginero se involucró en política por primera vez en 2015. Se afilió a Ciudadanos y ese mismo año ya fue candidato a la Alcaldía de Cehegín. La formación naranja, recuerda, "era un soplo de aire fresco con una idea centrada y moderada, alejada de los extremos". Más allá del tirón del líder, Albert Rivera, le llamó la atención el "discurso directo y sensato" del partido, con el que se sintió identificado tras "cuarenta años de gobiernos socialistas y populares en Cehegín".

En sus primeras elecciones, Ciudadanos cosechó dos ediles y desde 2015 hasta 2019 ejerció en la oposición. "Fueron cuatro años de constante aprendizaje; me sirvió para conocer los entresijos de la política". El gran salto llegó en mayo de 2019. Ciudadanos duplicaba su representación en la Corporación municipal, al pasar a cuatro concejales, y comenzó una negociación con el PP que fructificó en un acuerdo de gobernabilidad: pactaron compartir el Gobierno local; primero con una Alcaldía popular, después bajo designio naranja. 

Ahora asume un gran desafío: ser la voz e imagen del partido en la Región durante la transición hacia una nueva estructura interna. Su único cargo orgánico hasta ahora era la Secretaría de Acción Institucional del Comité Territorial 1 (Comarca del Noroeste). "El reto es dar un vuelco a la situación de nuestro partido. Pero creo en la utilidad de Ciudadanos, hoy más que nunca, habida cuenta de la crispación y de la fragmentación del voto que hay", expone. Admite que se han cometido errores en el partido, aunque no detalla cuáles han sido. "El centro político es el espacio que más desgaste sufre", sostiene. 

Moya goza de buen cartel dentro de un partido que no destaca precisamente por su cohesión en la militancia ni en la ejecutiva regional. Voces autorizadas y críticas con el devenir de Ciudadanos señalan a Murcia Plaza que el nuevo portavoz tiene "buen talante y es inteligente". "Es el único de los tres que nos gusta", apuntan, en alusión al trío que conforma la gestora. Valoran su nivel intelectual, "que supera al de los actuales representantes", aunque dan por hecho que será un hombre del aparato. "Madrid no pone a disidentes", recalcan. Otras fuentes internas le sitúan cercano al entorno de Mario Gómez, el concejal que gobierna Murcia en coalición con el PP de José Ballesta, y se muestran más escépticas debido a que "es un político desconocido" para parte de la militancia.

"Me llevo bien con prácticamente todo el mundo", considera Moya. "Conozco las dificultades de una pequeña agrupación y también conozco muy bien la realidad del partido". Aboga por que Ciudadanos se sitúe en el centro, con sus valores liberales, que "sea capaz de mirar a ambos lados y que imponga la sensatez, tan necesaria". Su perfil, dice, es dialogante y centrista, partidario de buscar consensos y de que las discrepancias se diriman en una mesa. Para él, los partidos se tienen que construir "desde la afiliación", que "son sus cimientos". Dicho queda: la militancia será precisamente quien más atenta estará a sus pasos.

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