MURCIA. El Museo Barón de Benifayó de San Pedro del Pinatar se ha llenado de ventanas a las que asomarse, que invitan a mirar más allá de lo que resulta obvio. Son los símbolos a los que ha recurrido el joven artista murciano J. Carpe (Murcia, 1998) en su exposición Perspectivas Lúcidas: Ventanas a lo Surreal, que busca entablar un diálogo con el espectador a través de los paisajes. El objetivo de la muestra, abierta hasta el 5 de noviembr, es el de generar una reflexión sobre diferentes temas que afectan a la sociedad, como puede ser la salud mental. Para ello, el pintor de estilo postcubista funde realidad e imaginación en las obras expuestas.
Francisco Javier Carpe Gómez -quien llega al Museo Barón de Benifayó tras el gran éxito de la exposición sobre Tutankhamon- se plantea un doble reto con estas obras: por un lado, cuestionar lo que creemos que sabemos de nuestra propia realidad y, por otra, confiar en el poder transformador (y sanador) del arte, que en este sentido se convierte en un espejo en el que mirarnos.
Cuenta el propio artista, que "esta exposición parte del resultado de una introspección personal, que me ha llevado en cierta manera a plasmar varios aspectos generalizados; éstos me han dirigido inexorablemente hacia diversos y actuales temas sociales e, incluso, a adentrarme en el ámbito interno de cada persona, que he tratado de expresar y concienciar a través de las obras".
La imposibilidad de independizarse de momento, el no poder cumplir de inmediato con las expectativas de unos sueños o el no poder hacer lo que te apasiona... son situaciones de impotencia que muchos jóvenes padecen, sean o no artistas, señala Carpe. Este sentimiento lo ha reflejado en obras como El caos inevitable, La parálisis del caos, Tristeza en tres actos y El grito interno.
También aborda Javier Carpe el futuro de los artistas -algo que le afecta ditectamente- a la hora de crear ante las novedades de los avances tecnológicos y su relación con el mercado del arte. "Con la creación de la Inteligencia Artificial en el ámbito artístico, este se ve previsiblemente alterado, en positivo y en negativo, y especialmente, nos surge el temor a la desaparición del arte como lo conocemos, a encontrarnos de pronto con la producción de obras inmediatas y vacías hasta tal punto que desaparezca el artista como persona y a que solo importe el valor de la obra", reflexiona. Esta temática se encuentra en las obras La desaparición del creador y ¿El arte por el arte?
El tema de la salud mental cobra un especial protagonismo en Perspectivas Lúcidas: Ventanas a lo Surreal, tanto en lo que se refiere a la parte creativa del autor como a los ojos con los que mira el espectador. La depresión, la manipulación, las heridas internas e, incluso, el cuidado y reconstrucción de uno mismo o la resiliencia son los temas que caracterizan -según explica su autor- a las obras La falsa crisálida, La sangre y el llanto en un único charco, La mano invisible, El laberinto, La reparación del templo, Cicatriz y Añoro los días de campo y solecito.
Por último, el tema que engloba las últimas tres obras Paso a paso, Lo que se deja (y lo que queda) y Cero a la izquierda tratan "el tema de seguir avanzando, aunque a veces se ponga todo cuesta arriba, te sientas mal contigo mismo o tengas que dejar atrás ciertas cosas o personas. Que no hay prisa, que se llegará a donde haya que llegar, pero paso a paso y que no hace falta correr, que nos merecemos disfrutar del trayecto", asegura J. Carpe.