MURCIA. Se han convertido en arma imprescindible en la guerra que libra Ucrania contra Rusia; se utilizan también para acciones de salvamento marítimo; para extinguir incendios forestales; en agricultura de precisión; para la gestión del agua; para vigilar volcanes; inspeccionar infraestructuras… Los drones se han revelado en nuestro siglo como uno de los inventos más versátiles y útiles gracias a su capacidad para desplazarse sobre terrenos irregulares y captar datos e imágenes a vista de pájaro sin poner en riesgo la vida de personas.
Ello ha propiciado la aparición de más de un centenar de startups españolas -según datos de Tracxn- especializadas en el uso y manejo de estos vehículos aéreos no tripulados, sector al que se le augura un movimiento de más de 35.000 millones de euros en 2026.
Pero ahora también pueden verse drones surcar los cielos con el único propósito de ofrecer un show espectacular en el que miles de vehículos se mueven de forma sincronizada hasta formar una coreografía perfecta con luces que crean imágenes y lanzan mensajes desde lo alto. Son, para algunos, los nuevos fuegos artificiales, pero con menos contaminación y ruido.
La empresa española de sistemas aéreos no tripulados UMILES Group está especializada en la fabricación y uso de drones con distinta finalidad. Ofrecen soluciones que van desde la movilidad sostenible hasta el transporte de órganos y pasajeros para la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Pero en el origen de esta compañía global se encuentran los hermanos Rafols, pioneros en el rodaje cinematográfico con drones, inquietud que les llevó a crear , en 2005, Skycam con el primer dron para filmaciones aéreas. Luego se asociaron al piloto de aviación Carlos Poveda y fundaron UMILES Group en 2016.
Una de las divisiones de esta compañía es Drone Light Show con la que han ofrecido ya más de 150 espectáculos mundiales en eventos, festivales, conciertos, bodas, fiestas, acciones de branding, presentaciones o cualquier acontecimiento, público o privado, que busque sorprender con efectos inéditos y rompedores. "Las coreografías con drones redefinen el concepto de fuegos artificiales, ampliando las posibilidades de forma casi infinita…Mediante la tecnología, generamos sensaciones y emociones que permanecen en el recuerdo", sostienen.
En nuestra Comunidad nos encontramos con VFV Producciones, la empresa que puso a bailar en el cielo de la Marina de Valencia a 150 drones para poner el fin de fiesta de la última edición del festival de Homenaje a la Ruta 90s & 2mil, show que contó también con la participación de la pirotecnia Vulcano.
También en el mundo de la fotografía y el vídeo los drones se han convertido en grandes aliados de empresas como Aerofoto que se posicionan en este mercado.
Asimismo, su proliferación ha traído el nacimiento de un nuevo deporte en el que se mezclan destreza, velocidad, aeromodelismo y tecnología. Con los dueños de la Fórmula 1 como inversores y patrocinadores de la talla de Google, la Drone Racing League se ha convertido en la principal liga profesional de carreras de drones del mundo. Consiste en un evento que algunos comparan con la Fórmula 1 y audiencias que han llegado a superar los 20 millones de espectadores. Aquí compite el barcelonés Marc Espuña bajo el seudónimo de Singu, un mundo en el que se adentró a raíz de su afición por la fotografía aunque ahora esté estudiando ingeniería informática.
Otro popular piloto de drones es Ivan Merino, piloto FPV (First Person View) profesional y considerado el mejor piloto de drones de España. Nacido en la localidad gaditana de Jimena de la Frontera, Merino se declara amante de la velocidad de la Fórmula 1 y los drones. “Tras unas pocas carreras en las que hice, conseguí alcanzar el podio en una competición de la Copa del Mundo, seguí creciendo como piloto llegando así a liderar el ranking de España y representándola en numerosos países” cuenta en su biografía.
Además de participar en competiciones, Merino se postula en el mundo FPV llevándolo a grabaciones espectaculares, como volar pegado a la tabla de Gisela Pulido o perseguir a Marc Márquez a más de 200 km/h.
Pero también los hay que se empeñan en poner el uso de los drones al alcance de cualquiera. Es el caso de la startup Linking Drones, donde han desarrollado un dron autovolador que transporta artículos que no sobrepasen los tres kilos de peso - incluyendo el dron- o el equivalente a cinco litros. Se trata de un dron completamente automatizado y controlado de forma sencilla desde una aplicación móvil, para hacer que la entrega legal por drones sea más eficiente, accesible y rentable.
Una vez introducida la carga en el vehículo, el usuario de la aplicación móvil sólo tiene que dar a la opción de enviar a la dirección previamente determinada por las coordenadas enviadas por el receptor del contenido a una distancia máxima de cinco kilómetros. El destinatario espera en el lugar convenido y, una vez extraído el contenido, cierra el dron que regresa automáticamente el punto de partida. Es pues el primer dron para delivery de uso particular que no necesita piloto, se orienta con GPS y se alimenta con una batería recargable evitando así desplazamientos innecesarios.
El prototipo actual tiene una autonomía de 10 km (5 ida 5 vuelta) y confían en alcanzar pronto los 20 km. El producto, fabricado con plástico inyectado, saldrá al mercado por un precio asequible “para la gente corriente” y podrá adquirirse a través de la web de Linking Drones, startup fundada por César Serrano (CEO), Alberto Núñez (CTO), Andrés Martínez (Chairman) y Simón Hancock (Head of Software).
Teniendo en cuenta que se trata de uno de los sectores más regulados, la solución de Linking Drones solo se dirige, por el momento, a personas que habitan en zonas de montaña y que se conocen entre sí en espera de que la legislación autorice el uso masivo de este tipo de vehículos.