LORCA. La intérprete lorquina afincada en Madrid, Fátima Plazas, ha triunfado en su faceta como actriz teatral. Sin embargo, ahora se embarca en su primer largometraje que, dadas las dificultades actuales para estrenar en las salas, será estrenado por la plataforma FILMIN el próximo 28 de agosto. Este primer proyecto de cine, Maquis, es un trabajo del artista Rubén Buren, que busca recuperar la memoria histórica de las mujeres que sufrieron las duras consecuencias de la posguerra en nuestro país. La actriz, también profesora de filosofía, cuenta a Murcia Plaza qué esconde de especial esta cinta y las dificultades que guarda el mundo de la interpretación.
¿Cómo empezó la andadura en el mundo de la interpretación?
He hecho sobre todo teatro y cortometrajes, mi formación y mi experiencia es principalmente teatral. Empecé en el Teatro Universitario, gané bastantes premios, vi que estaba bien y me decidí a seguir probando por ahí. Esta es en realidad mi segunda dedicación porque soy profesora de filosofía. Además, he sido profesora de teatro y también hemos ganado premios en el certamen escolar del Ayuntamiento de Madrid. Mi formación ha sido aquí en Madrid, en Lorca hice danza con Raquel María López, que ahora es profesora en el conservatorio, pero fue en Madrid cuando empecé a hacer teatro.
¿Vislumbras la interpretación como tu dedicación principal?
Puede ser una dedicación principal, pero en España es muy difícil y me parecería pecar un poco de engancharme a una utopía. Además, mi trabajo como profesora de filosofía me encanta y no entiendo una cosa sin la otra. La filosofía explica qué es el mundo y su porqué, y encarnar a un personaje también explica el porqué de esa persona y su historia.
En España dedicarse al cine, como decías, es un tanto complicado…
Hablar de industria del cine en España ya es complicado, no se puede hablar de industria como se hace en Estados Unidos. Esto es un mecanismo de muchísima gente: fotografía, vestuario, maquillaje, sonido, etc. Algo que no se termina de entender en nuestro país.
Y, ¿las nuevas plataformas están ayudando a que se escalen un poco las dificultades?
En el caso concreto de FILMIN, yo ya era una usuario de la plataforma antes de la película, y para mí estrenar aquí es el primer premio que hemos ganado. Además, esta plataforma cuida mucho el cine de autor, el cine de cinéfilos, no solo tiene cine de entretenimiento.
Creo que estamos un poco saturados del mundo audiovisual pero también tenemos que tener capacidad crítica para elegir y discernir qué es lo que queremos ver. El sector artístico lo esta pasando muy mal, y más ahora que hay reducción de aforo y demás, va a ser muy complicado.
Precisamente estas plataformas también abren la puerta a películas que se escapan de lo comercial…
En Madrid sí hay cines para defender el cine de autor como los cines Renoir o los Cines Embajadores, que luchan por defenderlo, pero es mucho más difícil dar a conocer producciones que no son comerciales, el público es diferente. El target que pueda ver Maquis también está en FILMIN, además tiene una función como de videoclub antiguo y te permite alquilar solo la película que te interese.
¿Qué tiene Maquis que no tenga otra película de posguerra?
En primer lugar, es una película solo con reparto femenino y esa decisión es para defender a las olvidadas de los olvidados, para ver cómo sufrieron las mujeres el conflicto. Te permite incluirte en ese mundo exclusivamente de las mujeres.
También, tiene mucho de imparcialidad, de autocrítica en todos los sentidos. Es importante, y cada vez se ve menos en el panorama político, hacer el esfuerzo por saber qué sienten los que no piensan como nosotros. Esta película intenta dejar poso en el espectador para que conozcan cómo sintieron esas personas, sin argumentar quién es bueno y quién es malo, para que entiendan la complejidad del conflicto y cuántos conflictos hay dentro del conflicto.
Independientemente de que haya hechos en la historia muy evidentes y muy consumados, hay que entender el sentido de la tolerancia y hacer un esfuerzo por comprender la complejidad del asunto. Además, mucha gente se vio abocada a tomar decisiones que poco tuvieron que ver con un hecho político o histórico, si te matan a un hijo te duele que te lo hayan matado sin importar quién haya sido. Creo que nos llenamos la boca y nos posicionamos sin saber demasiado.
¿Puede que trabajos como este ayuden a enterrar y disolver el conflicto de las dos Españas y los odios descontextualizados que emergen los políticos?
Para zanjar no creo porque tiene que pasar por muchos más asuntos y es algo más complejo. Sí creo que puede servir para recapacitar y para despojarse de viejos odios y viejos términos que se usan en política actual, totalmente descontextualizada y con una población desinformada.
No pasa por un análisis revisionista y una memoria histórica por parte de todos, hay que analizar la historia y ser críticos desde todas las partes. Esta película puede servir para seguir informándose y ver la complejidad de la posguerra y de la guerra civil, algo que fue anteayer en España. Parece algo ya muy abstracto pero encarnando a mi personaje me he dado cuenta de lo difícil que ha debido ser el conflicto, espero que la pandemia ayude a entender la complejidad que tienen las cosas.
Una película con las mujeres como protagonistas, ¿necesitamos más mujeres en el cine?
Creo que es muy necesario y las mujeres como espectadoras estamos interesadas en nuestras historias y en nuestros conflictos, creo que es muy positivo. Directores como Rubén lo consiguen, aunque él sea hombre, escribe con un conocimiento femenino muy profundo y para nosotras poder hacer sus personajes es todo un regalo porque sus mujeres son muy poliédricas y hay detrás mucha construcción del personaje.
Necesitamos como mujeres en general tener esas referencias y conocer las historias, también nos interesa como consumidoras ver qué nos pasa y qué hacen las mujeres. Queremos saber más sobre la vida de las mujeres.
¿Hay algún autor o algún proyecto en concreto con el que te gustaría trabajar?
Un autor en concreto no te sabría decir porque tengo a mucha gente en mente, pero por esta incapacidad mía de separar filosofía de arte dramático me decanto por los papeles que hacen pensar, que me hacen pensar como actriz, que son complejos y me hacen introducirme en el pensamiento de alguna mujer que me resulte interesante.
Me gusta que no sean maniqueos ni estereotipos, que intenten cambiar un poco las cosas, precisamente el objetivo del arte es hacer reflexionar. También, me gustaría trabajar por allí (en la Región de Murcia), veo que salen muchos proyectos en Murcia, al estar en Madrid te ves como desligada pero me encantaría, hay muchísimo talento en la Región.
Te gustan los personajes con complejidades, pero ¿te ves en la comedia?
La comedia es muy difícil y puede ser muy profunda, al contrario de lo que puedan pensar. Yo no critico lo comercial, sonaría un poco snob si lo hiciera. Para mí es un regalo cualquier papel solo por el hecho de que te hace ser otra persona y, por supuesto, que me veo en otros papeles de tinte cómico, respeto muchísimo la comedia.
Algunas televisiones autonómicas lanzan proyectos audiovisuales centrados en temas de sus regiones, ¿crees que resultaría interesante algún trabajo sobre la Región interpretado por artistas murcianos en la televisión regional?
Sería interesantísimo y muy positivo. Todo lo que sea crear y contar nuestras propias historias, vender lo nuestro, hay historias mucho más cercanas que las de Netflix, además de espacios increíbles. Está comprobado que funciona, otras comunidades tienen formatos en sus televisiones regionales que han conseguido éxito y se exportan a nivel nacional o incluso internacional.
Lorca podría explotarse para contar muchas historias, pero ya no solo el espacio, hay conflictos cercanos que podríamos contar. ¿Por qué no nos puede interesar la historia de un agricultor o de la vida en la Huerta? Yo soy una enamorada de la Región, pero tenemos una humildad muy mal entendida, y deberíamos poner en valor nuestras historias. Por supuesto, también nuestras ubicaciones y el talento de nuestros artistas podría exprimirse mucho más.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiera iniciarse en el mundo de la interpretación?
Aunque suena muy típico, he aprendido con los años y con la experiencia que hay que permitirse soñar grande. Siempre se puede encontrar la manera de complementarnos o redirigirnos, pero si es lo que te gusta y lo que te llama, persigue ese sueño.
Otro valor muy importante es el trabajo en equipo, que para mí es sagrado. Aunque hablábamos de las dificultades de que haya una industria en general, el trabajo en equipo con todos, la humildad, ser generoso y saber trabajar con el resto de piezas es fundamental.
¿Próximos proyectos a la vista?
Teníamos varios proyectos encima de la mesa. Estaba la idea de adaptar una obra de teatro pequeñita, por la que nos premiaron, al cine. De momento, estamos con la segunda película de Rubén Buren, la historia de Melchor Rodríguez, estamos inmersos en su preproducción. De esta historia ya se hizo una obra, La entrega de Madrid, y también se escribió una novela junto con Joaquín Leguina, Os salvaré la vida.