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como ayer / OPINIÓN

Fatiguitas ferroviarias de todos los tiempos: un siglo del tren Cieza-Altiplano

22/04/2021 - 

MURCIA. Si el seguidor de esto escritos se toma la molestia de utilizar el buscador de Murcia Plaza para indagar sobre trenes, encontrará, por desgracia, más noticias negativas que positivas. Que si nos quedamos tres meses sin conexión directa con Madrid por Cieza debido a unas obras; que si no está nada claro el tiempo que vamos a tener que desplazarnos a Orihuela o a Albacete para viajar en AVE; que si la llegada del la alta velocidad a Cartagena o a Lorca avanza a paso de tortuga reumática; que si la conexión con Andalucía lleva cerrada 36 años… y los que quedan, etc.

En suma: que una Región con un millón y medio de habitantes, presunto destino turístico, y que cuenta con la séptima ciudad más poblada de España, dispone de unos servicios ferroviarios de otro siglo. Que en algunos aspectos no ha de ser, necesariamente, el XX.

"hubo un tiempo en que se abrían nuevas conexiones, aunque fuera a trompicones"

Esto no es de ahora, claro. Pero hubo un tiempo en que se abrían nuevas conexiones, aunque fuera a trompicones. Porque esa particularidad nos persigue desde los tiempos lejanos en que se inauguró de forma regia (Isabel II) el ferrocarril Madrid-Cartagena, que en realidad no funcionó entre Murcia y la ciudad portuaria hasta más de dos meses después y sólo llegó hasta la capital de España dos años y medio más tarde.

Hace estos días un siglo justo, el 17 de abril de 1921, se anunció el estreno de la línea que ponía en conexión el siempre alejado y aislado Altiplano con Cieza y, por ende, con las principales ciudades del resto de la Región. Un itinerario férreo cuyo origen hay que buscarlo en la concesión por el Gobierno, casi 40 años antes, de la explotación de un ferrocarril económico que partiendo de Villena, y con un ramal a Yecla, se dirigiese a Alcoy, y desde el punto más conveniente de este trazado, a enlazar con la línea de Almansa a Valencia en Alcudia de Crespins. Había nacido el que se llamó "tren chicharra".

Para hacerlo posible, se constituyó la Compañía Anónima de Ferrocarriles Económicos de Villena, Alcoy, Yecla y Alcudia de Crespins, conocida como VAYA, encargada de materializar la conexión de la industriosa comarca alcoyana y el Altiplano, por su interés vinícola, con las líneas ferroviarias Madrid-Alicante, en Villena, y Almansa-Valencia, en Alcudia.

El primer tramo construido fue el de Villena a Bañeres, inaugurado en 1884, y el segundo el que llegaba a Bocairente, en 1885. Y en lo que interesa a nuestra Región, en 1887 se alcanzó Yecla desde Villena, lo que permitía a los habitantes del municipio ir en adelante en tren, el más rápido y cómodo medio de locomoción de la época, hasta Villena, y desde allí enlazar con la línea Madrid-Alicante.

Tras no pocas vicisitudes por parte de la compañía, que entró en suspensión de pagos, los problemas surgidos por el anuncio del establecimiento de otra línea ferroviaria entre Alcoy y Gandía, y la incautación por el Estado, en 1902 llegó el resurgir, con la rehabilitación de la concesión, aunque con cambios respecto a los proyectos originales. Y uno de ellos consistió en llegar hasta Jumilla buscando el transporte de vinos, algo que sucedió en 1905.

La ampliación de Jumilla a Cieza fue llevada a cabo por otra compañía diferente, la del Sud de España, muy ligada a la que con la supresión del tramo de Alcudia había quedado en VAY, y con intereses en las actividades vinícolas y de esparto de la zona. La explotación de este ramal comenzó, como quedó señalado al principio, en 1921, aunque no conectó con la estación de Cieza hasta cuatro años después, sirviéndose mientras tanto de un apeadero situado a cierta distancia de la localidad.

"con las invitaciones para la inauguración cursadas, el acto oficial fue anulado por las autoridadeS"

Esto ocasionó una situación curiosa, pues fue la causa de que, con las invitaciones para la inauguración cursadas, el acto oficial previsto fuera anulado por las autoridades. Contaba El Liberal el 19 de abril de 1921 que "parece ser que el motivo principal fue el de no estar terminada la línea, puesto que faltan 4 o 6 kilómetros de construcción para llegar a Cieza". Y añadía más adelante: "Ciertamente que es un defecto, y no escaso, el que la línea no llegue a Cieza, por el trasbordo tan molesto que han de originar los 6 kilómetros de distancia a recorrer hasta llegar al apeadero de Cieza (La Corredera), sobre todo en días de fríos y temporales de aguas. Pero en cambio, con defecto y todo, se acortan, cuanto antes, las distancias entre Murcia, Jumilla y Yecla; y más cuando los horarios establecidos son un acierto".

Los trenes del nuevo ramal enlazarían en Cieza con los mixtos de Andalucía (ascendente y descendente). De manera que saliendo de Murcia a las 13’55 se llegaría a Cieza a las 15’50; a las 17’10 saldría el tren del apeadero de la nueva línea, con llegada a Jumilla a las 18’15 y a Yecla a las 19’39. De modo que en “sólo” 5 horas y 44 minutos se plantaba el viajero en la ciudad del Altiplano. 4 horas y 49 minutos en sentido contrario, por ser el enlace en Cieza más breve.

En 1965, FEVE se hizo cargo del ferrocarril, manteniendo servicios y vehículos, pero con escasas labores de mantenimiento. Y el Gobierno decidió la clausura de la línea el 7 de febrero de 1969, aprobando el cierre a partir de las 00 horas del 1 de julio de ese año. En ese momento, los servicios en vigor eran de dos trenes de Alcoy a Villena, uno de Alcoy a Cieza, uno de Alcoy a Jumilla, dos de Villena a Yecla y uno de Villena a Cieza.

La última expedición del tren chicharra fue un gran acontecimiento, con la participación de los alcaldes de Cieza, Jumilla y Yecla y el accidental de Villena. En la estación yeclana hubo cohetes, aplausos, vivas… y algunas lágrimas. Y en todas las localidades, la esperanza de que a la vía estrecha le sucediera muy pronto la ancha, con un ferrocarril mejor, más moderno, más del siglo XX. Porque, en todos los discursos, los intervinientes vinieron a expresar, como indicaba la crónica de Línea que suprimir el ferrocarril era como quitarles “una vía de progreso, un lazo de unión y una parte de nuestro futuro”. De aquello hace 52 años. Del tren nunca más se supo. Al menos, las obras de la autovía están mucho más cerca de concluir. O eso dicen.

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