crónicas de una región misteriosa

Fantasmas de mascotas: el caso de la niña diabética a la que su perro fallecido salvó la vida en La Manga

10/12/2023 - 

MURCIA. Es muy posible que alguna vez hayas escuchado a algún familiar o amigo  hablar de apariciones en su casa, de sombras que se mueven en mitad de la noche en sus aposentos o que se le ha aparecido algún ser querido, ya fallecido, ante sus ojos. Tal vez incluso seas tú el testigo de este tipo de experiencias. Pero existen una serie de casos que apenas se le da importancia, con una serie de testigos que no han querido manifestarse por el rechazo social. Esos casos son los que relacionamos con nuestros animales, nuestras mascotas, esos seres que pasan su vida con nosotros y que en muchas familias son un miembro más.

Para mantener la privacidad del testimonio cambiaremos los nombres y las fechas, pero no así los hechos. Nos encontramos en Cartagena, en uno de sus barrios, en donde una familia tiene que enfrentarse a un cambio radical en la vida de uno de sus hijos. La hija pequeña, con tan sólo 12 años, es diagnosticada con diabetes tipo 1, lo cual implica que su vida, sus hábitos, su dieta e incluso sus relaciones se van a ver afectadas, pues, aunque a día de hoy se puede realizar una vida normal siguiendo una serie de normas alimenticias, vida sana y mucho ejercicio, más la inyecta de insulina cuando sea necesaria, en el momento en el que nos situamos la realidad era un poco más compleja, allá por 1995.

Vial de insulina

La cuestión es que normalmente eres diagnosticado como diabético tras un proceso bastante traumático, en donde la segregación de insulina por parte del organismo es deficitaria, lo cual se manifiesta en una subida brusca de azúcar o una bajada considerable; en ambos casos se puede dar la muerte y de ahí la asistencia hospitalaria donde se estabiliza a nuestra protagonista, Silvia, y se le dan las pautas que ha de seguir por el resto de su vida.

Este momento tan 'especial' es conocido como 'debut' y a Silvia le produjo en parte un estado alterado de ansiedad durante bastantes semanas, hasta que acepta su nueva situación vital. 

Y Tobi llegó a sus vidas

Caniche (Idealización)

Es por ello por lo que sus padres decidieron adoptar una mascota. Un perrito al que llamó Tobi y que en muy poco tiempo fueron inseparables. El animal aprendió sin ayuda de nadie a distinguir cuando Silvia tenía subidas y bajadas comúnmente llamadas "de azúcar" por lo que la avisaba con ladridos y movimientos que tanto ella como cualquier miembro de su familia sabían interpretar. Incluso si la niña estaba durmiendo el animal buscaba a alguien de la casa que estuviera despierto para indicar la situación anómala de Silvia.

Todos hemos escuchado la expresión "los animales huelen el miedo"; sin ser del todo cierto puesto que no tiene nada que ver con el miedo sino con las sustancias químicas que nuestro cuerpo genera en diversas situaciones de nuestra vida así como que pueden escuchar la velocidad de nuestro riego sanguíneo por ejemplo, los animales y en los perros en definitiva sí pueden percibir la realidad de una manera más detalla que nosotros los humanos. En este sentido Tobi en más de una ocasión le salvó la vida, estando en este mundo o no.

Y es en este punto donde queremos referenciar este caso, pues este animal fallece a los 4 años, el 5 Julio de  1999. La familia se encontraba en una vivienda alquilada por el entorno del Faro del Cabo de Palos cuando el perrito se escapa de casa y es atropellado, teniendo que ser sacrificado en manos de la propia Silvia pocas horas después del accidente. Este hecho le volvió a producir un estado de estrés y ansiedad a la entonces adolescente.

La 'muerte dulce'

Faro de Cabo Palos

Para intentar sobrellevar de alguna forma la pérdida se decide pasar una semana en uno de los hoteles de la Manga del Mar Menor, en donde se alquilan varias habitaciones contiguas, una para los padres de Silvia y otra para ella. Estamos en pleno mes de agosto en una zona en donde los ruidos y los gritos eran constantes. La madrugada del 13 de agosto algo sucedió muy extraño.

En mitad de la noche este matrimonio comienza a escuchar a lo lejos ladrar a un perro; estaban medio despiertos ya en un estado de vigilia pero no le hacían demasiado casi a esos ladridos que no cesaban y que podían escucharlos claramente por encima de los sonidos propios de la zona. De repente empiezan a escucharlos dentro de su habitación, como si el can estuviera allí con ellos. Se levantan de la cama medio aturdidos y asustados, se miran a los ojos preguntándose si era cierto lo que ambos habían escuchado, buscan por la habitación pero no ven nada. Es cierto que tenían la sensación de que esos ladridos eran muy parecidos a los de Tobi, pero era imposible puesto que el animal había muerto hacía unas semanas.

Vuelven a escuchar claramente esos ladridos en la habitación de al lado, donde estaba su hija. Rápidamente, con una segunda llave abren la habitación de Silvia, que la pidieron al hotel para emergencias. Cuando entran se ven a nuestra protagonista aparentemente durmiendo, vuelven a escuchar un ladrido más similar al de su mascota muerta y se acercan a su hija, que no responde a sus intentos por despertarla. Llaman a los servicios sanitarios de urgencia quienes diagnostican a Silvia como "muerte dulce", ya que como consecuencia de la diabetes existe la posibilidad de caer en coma durmiendo, sueño del que nunca despertarás.

Le volvió a salvar la vida

La Manga del Mar Menor (Foto: Ayuntamiento Cartagena)

Por suerte en este caso se llegó a tiempo y Silvia no había sobrepasado este umbral, dando una lectura de glucosa en sangre de 0.25. Los sanitarios pudieron estabilizarla en el mismo lugar y al poco pudo despertarse muy aturdida y sin saber qué es lo que había pasado.

Cuando le cuentan esta historia empezó a llorar y desde entonces, tanto ella como su familia creen firmemente que quien salvó la vida de Silvia no fueron sus padres, ni siquiera los servicios sanitarios. Quien salvó la vida de Silvia fue, una vez más, su perro Tobi, fallecido días antes.

Aunque en ocasiones nos cueste creerlo hemos de pensar que los animales son seres con alma, hecho reconocido desde el Concilio Vaticano II, y, en consecuencia, ese alma puede manifestarse de la misma manera que hacen nuestros familiares y seres queridos.

¿Y tú?¿Has tenido o has conocido alguna experiencia similar?

* Santi García es responsable de Rutas Misteriosas y autor del libro 'Murcia, Región Sobrenatural'

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