MURCIA. Las infecciones urinarias son las más frecuentes en los hospitales y ocupan el segundo lugar de las adquiridas en la comunidad. Así, podemos señalar que el 20% de todas las mujeres tienen a lo largo de su vida uno o diversos episodios de las mismas. Todo ello se traduce en un aumento de su morbi-mortalidad, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas evolucionadas, que desarrollan infecciones urinarias graves. Por otra parte, representan la segunda causa más frecuente de insuficiencia renal crónica que conduce al trasplante renal. Finalmente, su conocimiento médico es limitado; se asocia con un mayor número de consultas y, en nuestra experiencia, con una más larga hospitalización con elevación del costo sanitario y menor calidad de vida.
Se pueden definir como el resultado de la invasión microbiana del aparato urinario al sobrepasar la capacidad defensiva del huésped. Se distinguen:
a) Infecciones de vías bajas (Cistitis), que se manifiestan con síndrome de molestias urinarias, sin fiebre la mayor parte de los casos y de predominio en mujeres.
b) Infecciones del parénquima renal (Pielonefritis, Prostatitis), que se caracterizan por dolor renal y fiebre, con o sin molestias urinarias. En los casos de fiebre elevada con escalofríos y afectación general, podemos decir nos encontramos ante una sepsis, un proceso de la mayor gravedad y que precisa de una atención urgente.
La etiología más frecuente es E. coli en 80%-85% de los casos.
Se pueden clasificar como No Complicadas, especialmente en mujeres jóvenes con relaciones sexuales y Complicadas en los pacientes con patología de base, especialmente diabetes, litiasis renal (cálculos) con o sin obstrucción, anomalías renales, atrofia renal unilateral, quistes renales, cistocele con residuo postmiccional, fístulas vesico-vaginales, prostatismo obstructivo o no obstructivo, neoplasias renales o de vías, tratamiento inmunospupresor, quimioterapia y en muchos casos, con el antecedente de sondaje vesical y uso previo de antibióticos. Otros factores predisponentes y que favorecen las recidivas son: reflujo en niños, embarazo y vejiga neurógena.
Como mecanismos protectores, tenemos:
1.- Beber abundantes líquidos al día se asocia con una disminución de la concentración bacteriana en la orina.
2.- No aguantarse la micción cuando tienes necesidad de orinar, sino hacerla en su momento, para que el vaciamiento de la vejiga sea correcto evitando el residuo post-miccional, causa frecuente de sus recidivas.
3.- Acidificar el pH de la orina para inhibir el crecimiento bacteriano.
4.- Inhibir los mecanismos de adherencia vesical de E. coli con agentes del grupo de arandanos.
5.- Apertura adecuada del esfínter vesico-uretral, especialmente en los casos de residuo postmiccional o impronta prostática con agente alfa-liticos.
6.- Eliminar focos de infecciones vaginales por hongos (Candida albicans), ya que atraen a las bacterias (E. coli).
Su diagnóstico se basa a través de la clínica, a la presencia en el sedimento urinario de >12 leucocitos por campo junto con urocultivo positivo >100.000 uFc/mL del microorganismo aislado. Una menor concentración puede considerarse colonización y siempre será la clínica la que defina la situación, ya que los urocultivos solo son positivos entre 30-40%. Así, en las personas mayores que tienen fiebre y alteraciones cerebrales (mareos, perdida de memoria aguda, trastornos de conocimiento etc,) pueden estar explicados por infecciones del tracto urinario, muchas veces complicadas, con apenas trastornos locales de la micción (síndrome miccional).
El tratamiento de elección son los antibióticos seleccionados según tipo de paciente, tipo de infección, gravedad clínica y microorganismo aislado; es decir, según los criterios históricos del uso razonado de antibióticos (Common Sense-1984). Sin embargo, existen un porcentaje significativo de casos de infecciones complicadas o recidivantes, que no responden bien al tratamiento antibiótico.
Las infecciones que comprometen los diversos aparatos del organismo humano (respiratorio, digestivo, urinario, cerebral, partes blandas etc) producen un síndrome inflamatorio severo asociado al mismo frente al cual el tratamiento antibiótico no es útil y su eficacia está muy limitada.
¿Cuál es el tratamiento no antimicrobiano que actúa limitando el síndrome de respuesta inflamatoria aguda y posibilita la mejor respuesta y curación del proceso infeccioso complicado?
Esto le ha sucedido a un histórico y gran amigo de estudios científicos y congresos durante muchos años. Como antecedentes presentaba prostatismo con retención vesical obstructiva en dos ocasiones previas que precisaron de sonda vesical. Ante ello fue intervenido quirúrgicamente con resección transuretral y retirada de sonda días más tarde con tratamiento antibiótico previo. Poco después, mantenía dolor en hipogastrio con mucha dificultad para orinar, saliendo solo gotas y quedando con muchas molestias. No fiebre. El sedimento de orina mostro >100 leucocitos por campo y el Urocultivo era negativo.
Ante la persistencia de sus síntomas como serio problema para su vida normal, comentamos realizar mi esquema de tratamiento en estos casos. Es decir, asociar al tratamiento antibiótico mas adecuado y eficaz, 6-metilprednisolona (corticoides), con el cual se consigue una mejor y más precoz respuesta, con remisión más completa del proceso. En su caso tomo Urbason de 16 mg 2 comprimidos diarios durante 4-5 días, quedando casi asintomático al cuarto día y después ha ido disminuyendo la dosis poco a poco, hasta remisión completa de su afectación clínica.
El fundamento de su eficacia, reside en que el proceso inflamatorio severo que acompaña a las infecciones complicadas o no complicadas, pero con afectación estado general, se encuentra relacionado con el aumento de la producción de citoquinas como la interleukina VI y el único agente que inhibe su producción son los corticoides. Este mecanismo es idéntico al producido por la COVID-19, por lo que su utilización en fase inicial (marzo 2000) era de gran importancia para disminuir su mortalidad, como indiqué en abril-mayo 2000 (Murcia Plaza).
En Patología Infecciosa, los cuadros clínicos con afectación sistémica. Especialmente los que presentan escalofríos se asocian con un síndrome inflamatorio de mayor o menor grado, según la gravedad del tipo de infección y la inmunidad (defensas) de la persona enferma. En estos casos la combinación del antibiótico más eficaz, junto con el corticoide antes señalado, en mi experiencia de >40 años, con estudios de investigación publicados a nivel nacional y señalados en nuestros libros de los Grandes Síndromes Infecciosos 2003-2013(Ergon Eds), 2018 (edit.um), y de los Antimicrobianos en la Clínica Práctica (2014, 2017 edit-um), encontrándolo que influía significativamente, con una mejor y más precoz respuesta clínica con disminución de su morbi-mortalidad.
La Medicina no solo es ciencia, sino que además es un arte: el arte de utilizar los agentes terapéuticos adaptados a cada paciente, para cumplir su objetivo fundamental que es su curación física y psíquica y siempre, teniendo al médico junto a la cabecera del paciente y NO del ordenador.
Joaquín Gómez Gómez
Profesor Emérito de Infecciosas del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia