En el PSOE de Cartagena concebimos la política al lado de la gente, compartiendo todos los momentos, la felicidad, pero también el dolor y los dramas. Con el único fin de ser una herramienta útil que contribuya a cambiar, a mejorar sus vidas. Por ello desde el inicio del confinamiento tuvimos clara cuál iba a ser nuestra labor.
Detectamos que para muchas familias el acceso a medios digitales, para que sus hijos pudieran realizar las tareas que mandaban los profesores, suponía una barrera insalvable. Por ello, con la ayuda de asociaciones y colectivos vecinales puse en marcha un servicio de entrega de tareas a domicilio impresas en papel. Los primeros días fueron una locura: cada colegio tenía unas tareas distintas, un sistema distinto, una web distinta, y un largo etcétera de cosas distintas.
Pese a ello desde el primer día empecé a repartir tareas, y hasta esta semana que ha terminado el curso de manera oficial he repartido más de dos mil a familias que, de otra manera, les hubiera sido muy difícil conseguirlas y así sus hijos han podido terminar el curso, aunque haya sido de esta atípica forma.
Estuve junto a familias, que con la paralización de la actividad económica vieron reducidos a cero sus ingresos. Familias que hasta entonces tenían una vida normal, vivían al día. Pero de la noche a la mañana se quedaron sin trabajo, y por tanto sin sustento económico. Por ello colaboramos con colectivos sociales en la entrega de alimentos a las familias más necesitadas. Además, procuré comida caliente (más de 300 comidas) de forma totalmente gratuita, gracias a la inestimable colaboración de un restaurante que abrió sus cocinas para poder realizarlas.
Durante la fase más dura de la pandemia, no nos olvidamos del Hospital del Rosell, ese hospital que tiene el mandato de la Asamblea Regional de ser abierto al 100% desde el año 2016 el cual el Partido Popular se niega a cumplir y que, en un intento de conseguir rédito político, fue utilizado por el gobierno municipal para anunciar, a bombo y platillo con toda la parafernalia habitual del actual equipo de gobierno, que un ‘empresario anónimo’ iba a donar 100 camas, que resultaron ser catres, para ponerlo en funcionamiento. ¿Cómo es posible que se permita esto? ¿Cómo se entiende que quien debe acatar la ley no lo haga y permita que se utilice el Hospital del Rosell para una burda operación de lavado de imagen?
Una vez que comenzamos la desescalada y empezaron a abrirse servicios, nos llegaron multitud de quejas de vecinos y vecinas que no podían utilizar el transporte público porque este no volvía a la normalidad según las instrucciones del Gobierno de España. De nuevo comprobamos como el gobierno local desatendía sus obligaciones y no se sentaba con la empresa concesionaria para adaptar el transporte a la nueva situación. Junto a varios compañeros de la ejecutiva municipal comprobamos que las frecuencias de paso no eran suficientes y estaban ancladas en las marcadas al inicio del confinamiento. Vimos cómo se quedaban personas en las paradas al ir los autobuses llenos. Y lo denunciamos públicamente. De nuevo el gobierno local nos escuchó e instó a la concesionaria a subsanar estas incidencias.
Con el gobierno municipal nos sucede algo curioso: no nos quieren ver, pero nos escuchan. Se han negado en repetidas ocasiones a atender nuestros ofrecimientos de ayuda y colaboración, pero sin embargo suelen estar muy atentos a solucionar todos aquellos asuntos que denunciamos públicamente. Esta situación, cuanto menos, es atípica.
En estos días el Gobierno de España ha aprobado el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Es una de las grandes decisiones históricas de este país. Primero fueron la Seguridad Social y las pensiones con Felipe González, la sanidad gratuita como derecho ciudadano con Ernest Lluch, la ley de Dependencia con Rodríguez Zapatero y ahora es el Ingreso Mínimo Vital, que significa la erradicación de la pobreza extrema y la dignidad de la gente, con Pedro Sánchez. Todos estos grandes avances sociales se consiguieron con gobiernos socialistas y es algo para estar muy orgullosos.
Por ello hemos puesto en marcha un servicio de ayuda para la solicitud de esta prestación de forma totalmente gratuita. Desde nuestra sede en la calle Salitre, se ha puesto en servicio un teléfono de contacto (968 12 41 61) para que cualquier persona que lo requiera nos solicite cita previa y de esta manera podamos ayudarle en la tramitación de esta prestación. Además, se ha habilitado un canal de WhatsApp (636 31 54 91) para también poder solicitar por este medio la cita previa.
Estamos recibiendo cientos de llamadas de personas que necesitan ayuda. Solo con las citas previas concertadas en los primeros cuatro días del servicio, hemos llenado más de quince días de citas presenciales, lo que demuestra la gran aceptación que ha tenido la iniciativa.
También hemos decidido acercar aún más este servicio, iniciando una campaña itinerante que, de la mano de nuestras agrupaciones de distrito, recorrerán los distintos barrios y diputaciones, en colaboración con las asociaciones de vecinos y las juntas vecinales. Las dos primeras citas tuvieron lugar el pasado miércoles en Villalba y ayer viernes en Los Dolores.
Todo esto no hace más que reafirmar lo que es nuestra razón de ser, que no es otra que la de que los vecinos y vecinas del municipio tengan presente que estamos aquí para ayudarlos.
Manuel Torres es secretario general del PSOE en Cartagena
