MURCIA. (EP) Unión de Uniones ha denunciado que en 2022 cerraron casi dos granjas de leche al día y ha calificado de "año nefasto" para el sector productor lácteo, con un incremento de costes sin precedentes que no se ha traducido en un precio justo por su trabajo.
En concreto, la organización agraria ha denunciado esta situación tras haber analizado los datos publicados por parte del Ministerio de Agricultura del sector vacuno, ovino y caprino de leche de diciembre de 2022. La Unió Llauradora i Ramadera ha denunciado en un comunicado la "debacle" en la Comunitat Valenciana con un cierre de granjas superior a las cifras habituales, y cifrada en el 50% en ovino, el 20% en caprino y cercana al 18% en vacuno de leche.
En ovino de leche el territorio más afectado de España es la Comunitat Valenciana donde mientras en diciembre de 2021 había ocho granjas que entregaron leche, en diciembre del pasado ya solo hubo cuatro, por lo que se redujeron a la mitad. En vacuno, repite la Comunitat Valenciana en todo el Estado como una de las que más explotaciones perdió solo por detrás de La Rioja, un total de tres, tras pasar de 17 en 2021 a 14 en 2022, lo que representa un descenso del 17,6%. Por último, el sector caprino, ha pasado de 74 granjas en 2021 a 59 en 2022 (-15), lo que supone un 20,3% menos.
Según los resultados, Unión de Uniones ha cifrado que en el mes de diciembre quedaban en España 10.665 granjas de vacuno, 2.667 granjas de ovino y 3.851 granjas de caprino de leche, habiendo descendido su número en vacuno en 782 granjas (-7% con 2,1 granjas menos al día); ovino: 258 (-9%, con 0,7 granjas menos al día) y caprino: 602 (-14%, con 1,6 granjas menos al día).
La organización agraria ha precisado que los datos muestran una mala situación en todo el territorio, pero que algunas regiones han sufrido en mayor medida esta reducción de ganaderos.
De esta forma, en ovino de leche los territorios más afectados son la Comunitat Valenciana, Aragón, la comunidad de Madrid, Cantabria y País Vasco, con caídas de entre un 50% y 25% de las granjas. Los territorios productores, como Castilla y León, ha perdido al 9% de sus granjas, mientras que en Castilla-La Mancha habría registrado en diciembre de este año algunos más ganaderos que en diciembre de 2021.
En vacuno, repite la Comunitat Valenciana, que junto con La Rioja y Extremadura han perdido entre un 17 y un 22% de sus granjas. Si bien las regiones tradicionalmente productoras, como la Cornisa y Castilla y León, han soportado un cierre de más del 7% de sus granjas.
Por último, el sector caprino, que es el que más ha sufrido las pérdidas de ganaderos, ha tenido una mayor proporción de cierre de granjas en Baleares, Madrid, Aragón, Comunitat Valenciana y Extremadura. En este caso, las regiones de importancia en la producción (Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia, Canarias, Extremadura y Castilla y León) han registrado caídas importantes como el 17% en Extremadura, el 13% en Castilla-La Mancha, el 11% en Canarias y Andalucía o el 8% en Castilla y León.
Unión de Uniones ha indicado que fruto de esta crisis en el eslabón productor se ha dado una fuerte caída en la producción que se ha trasladado hasta el consumidor. En total se han producido 60.000 toneladas menos de leche, con una caída en la producción respecto al año pasado del 1,8% de leche de oveja, 2,2% de leche de vaca y 2,2% de leche de cabra.
La organización ha destacado que en 2022 se han incrementado considerablemente los costes de producción, principalmente de los piensos, de entorno al 40%-30% respecto de 2021, cifra que se eleva hasta un 50% si se compara con 2020, a lo que habría que añadir los aumentos en costes de electricidad, mano de obra, gasóleo o productos veterinarios.
Unión de Uniones critica que la industria solo ha considerado subidas razonables de precio demasiado tarde, cuando la leche comenzaba a escasear, lo que no sólo ha provocado los cierres, sino que a las pocas explotaciones que siguen no les salgan los números.
"Todos vemos espléndidas campañas de promoción que dicen lo importante que son las granjas para mantener un medio rural vivo, un paisaje de calidad, los esfuerzos que hacemos los ganaderos en mejorar el bienestar de nuestros animales y mejorar nuestro impacto en el medio ambiente, pero detrás de esas campañas se esconde esta realidad, la de un sector que en muchos casos no logra rentabilidad, y que en los pocos casos en los que lo hace, no es suficiente para tener una vida digna para que haya un relevo suficiente en el sector. Antes de una publicidad bonita tiene que venir la remuneración justa", han reclamado.