primavera en la cámara / OPINIÓN

Elogio a la matemática contra un hombre bueno

26/03/2021 - 

MURCIA. 101.065: este el número de votos que suman Ciudadanos, PSOE y Podemos, frente a los 72.389 sufragios que logró el Partido Popular en la candidatura liderada por un caballeroso José Ballesta. Bajo esta suma, exenta de toda moral y congruencia política, un quimérico bloque de izquierdas se hace con la Alcaldía del Ayuntamiento de Murcia.

Esta suma, que no refleja ni se adhiere a las voluntades de los votantes, ha sido motivo suficiente para volver socialista el ayuntamiento de la capital. No hubo lugar en las livianas mentes que razonaron este argumento para pensar en las segundas preferencias de los votantes que un día tuvo Ciudadanos, algo que sí ocurre en otros sistemas electorales, que reflejan de una mejor manera la conducta que deben seguir sus gobernantes.

"El propio PP habrá de sentar cabeza y comenzar un ciclo interno capaz de hacer despegar a un nuevo líder cuya misión es recuperar el poder en MURCIA"

Así, Ciudadanos ha vuelto a ser clave para decidir hacia qué lugar se decanta la balanza, pero es un Ciudadanos que hoy se encuentra lejos de aquel proyecto de centro que pudo haber liderado y por el que obtuvo unos resultados electorales positivos en el primer semestre de 2019. Hoy, esa extinta amalgama, prófuga de sus propios electores, se ha escondido para darle a la izquierda el bastón de mando de la capital regional.

Aquellos mismos que propugnaban por la transparencia y la rendición de cuentas son los que han huido de los murcianos, escondiéndose en Madrid entre cuatro lujosas paredes de hotel, y los mismos que han salido por la puerta de atrás del Consistorio en la mañana de jueves 25. Mientras los hosteleros siguen sin amparo, los jóvenes continúan sin fe en su futuro y las familias se mantienen alejadas, estos mismos ediles han escapado de la soberanía que representa el pueblo que les dio el poder que ahora tienen.

Las últimas encuestas arrojan una información clave: siete de cada diez votantes de Ciudadanos rechazan a la izquierda. Significa, pues, que el grueso mayoritario del votante liberal, que en noviembre de 2019 huyó despavorido ante una deriva náufraga, otorgó su voto a Mario Gómez y sus lacayos para ser partícipes de un gobierno de centro-derecha, capaz de mirar al mañana desde la moderación y el buen gobierno.

Sin embargo, ese sueño frustrado en el que muchos creímos como ciudadanos, defensores ingenuamente de la buena fe de la política, se ha convertido en un desgarrador escenario: su propia muerte, su aniquilación a golpe de ambición desmedida y ególatra, encarnada en unos ladinos y zascandiles alevines de la política.

Las encuestas más recientes, que sentencian a muerte a Ciudadanos, evidencian un prematuro bibloquismo que otorga al Partido Popular una victoria aún mayor en los próximos comicios municipales, quien dependería de Vox para gobernar, no habiendo margen para una alternativa de PSOE y Podemos. El propio PP habrá de sentar cabeza y comenzar un ciclo interno capaz de hacer despegar a un nuevo líder cuya misión es recuperar el poder en la milenaria ciudad de Murcia.

No habrá de olvidar el nuevo alcalde, que lo es gracias a que Ana Martínez Vidal creyó ingenuamente que ella, con el 12% de los votos, sería presidenta de la Región de Murcia, que en su nuca sufrirá el aliento de un Podemos dependiente y un Ciudadanos traidor. Ellos no son Judas, que se suicidó al traicionar a Cristo y con ello acabó su obra, sino unos pícaros que sobreviven en el límite de la moral y cuyo alimento es el dolor ajeno, provenga de donde provenga.

Toda esta inmundicia se ha saldado con un hombre bueno, José Ballesta, conocido por ser alguien sabio y humilde, apasionado y prudente. El triunfo de la mediocridad desemboca en que Murcia pierda un capital político único, un representante que miraba al mañana conociendo el ayer y posándose sobre el hoy.  Su corazón late con la misma ferviente fuerza con la que latía el corazón de Alfonso X al poner los pies sobre esta ciudad, dejando su corazón eternamente aquí. Hoy, alcalde Ballesta, muchos sentimos su latido en nuestros corazones.

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