MURCIA. El sueño en los animales depende de su condición evolutiva, según un artículo publicado en la revista del Colegio de Veterinarios Información Veterinaria por el profesor de la Universidad de Murcia (UMU) Salvador Ruiz, que ha dedicado parte de su docencia al estudio de la neurofisiología en los animales.
Según el artículo, la duración y fase del sueño de los animales dependen de su hábitat y especie. La mayoría de los animales que son considerados depredadores pueden llegar a la fase REM del sueño, es decir, que pueden tener un sueño profundo y dormir con más tranquilidad durante mucho tiempo. Sin embargo, los que resultan cazados no pueden tener ese mismo descanso debido a su condición vulnerable.
El catedrático ejemplifica que "los elefantes y las jirafas llegan a dormir solo tres o cuatro horas para que en caso de ataque puedan escapar con rapidez", informaron fuentes de la UMU en un comunicado.
El sueño REM, que en inglés significa 'movimientos oculares rápidos', sucede con los párpados cerrados y supone además contracciones musculares. Ruiz ha explicado que durante esta fase "hay ondas cerebrales similares a las que se producen durante la vigilia, cuando uno está despierto", y agrega que "la domesticación ha modificado hábitos de sueño en los animales".
Las posturas que se adoptan a la hora de dormir son otros condicionantes para conciliar el sueño. El investigador detalla que las vacas pueden masticar durante mucho tiempo al día y "deben estar acostadas en recumbencia esternal", con las patas bajo su cuerpo, para que incluso en la fase de sueño ligero puedan rumiar, "porque la posición ayuda a que el contenido desde el rumen vaya de nuevo a la boca para que se mastique otra vez".
Otros de los ejemplos que añade el catedrático es sobre los caballos, que tienen la capacidad de dormir de pie la mayor parte del tiempo: "Utilizando lo que se denomina el bloqueo rotuliano, es decir, una inmovilización de la articulación de la rodilla a nivel de las extremidades posteriores", ha comentado.
Por otra parte, ha descrito que las aves son las únicas que pueden mantener un perfecto equilibrio. "Duermen en percha", pues son capaces de dormir sobre un alambre.
Existen diferentes hipótesis sobre cómo se produce el sueño. Ruiz certifica que podría tratarse de una acción química resultante del "incremento de ciertas hormonas o metabolitos en sangre y líquido cefalorraquídeo".
También podría deberse a la disminución de los estímulos o señales que percibe el cerebro, esto es, a una falta de "aferencias externas", o bien por un proceso neuronal activo con la intervención de ciertas estructuras del sistema nervioso que ayudarían a inducir el sueño.
Otro de los fundamentos que explican el sueño de los animales es la temperatura corporal; su descenso, aunque sea unas décimas, actúa como "una especie de mecanismo de restauración metabólica para que la energía vuelva otra vez a activarse", comenta el profesor de la UMU.
En su artículo recalca la importancia de dormir puesto que cuando el cuerpo descansa se produce una recarga neuronal para poder "repensar" todo lo que ha acontecido durante el día.
La falta de sueño es peligrosa, ya que puede desencadenar un deterioro mental. El investigador advierte que en los animales pueden ser frecuentes y tener consecuencias graves y que "se han realizado estudios que afirman alteraciones neurodegenerativas que pueden llegar a ser mortales si se reiteran periodos de falta de sueño prolongados de 24 o 48 horas".
Ruiz ha hecho referencia a la narcolepsia en animales, frecuente especialmente en perros. Estos ataques de sueño repentinos suelen estar relacionados, entre otras causas, con la ansiedad que desarrolla el animal por la comida.