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El objetivo es que comparta al menos dos años con el S-81, que, a priori, debería estar plenamente activo para el próximo 2025

El S-71 Galerna mantiene a flote a la Armada mientras se dilata la construcción de los nuevos submarinos S-80

19/09/2024 - 

CARTAGENA. A cada visita de la ministra de Defensa, Margarita Robles, a Cartagena los dirigentes de la factoría Navantia en la ciudad portuaria se echan a temblar. En sus dos últimas reuniones les ha presionado para que el trabajo en la construcción de los tres submarinos que faltan por entregar de la Serie S80 acelere y en vez de dilatar los plazos, como hacen cada vez que hay una reunión, aceleren para que la Armada pueda contar cuanto antes con los nuevos sumergibles para la defensa de España. Mientras, tiene que ser una nave con más de 40 años de vida la que mantenga a flote a la Armada, el submarino Galerna, de la denominada Clase Agosta, fabricado en los astilleros Bazán y botado hace la friolera de 43 años.

La titular de Defensa se encuentra con una situación que, pese a esperarla, la enfrenta a una dura realidad. El programa de los nuevos submarinos se ha retrasado demasiado en el tiempo, tanto que la Armada tuvo que dilatar la vida de uno de sus submarinos de la clase anterior para no quedarse sin, al menos, una de estas naves operativas. Es el Galerna, un barco que tiene una vida útil de 40 años, el que está dando un plus más para evitar este descalabro y la sonrojante explicación que debería dar Defensa a sus militares si no se hubiera extendido en casi diez años su operatividad.

El submarino S-71, en servicio desde 1983 y que debía acabar su vida útil en 2018, fue sometido a una renovación exhaustiva con la que la Armada podrá contar con un submarino totalmente renovado, actualizado y operativo hasta 2027. El objetivo es que comparta al menos dos años con el S-81, que, a priori, debería estar plenamente activo para el próximo 2025.

El Galerna volvió a la actividad a finales de 2022, tras una gran carena de 5 años, en la que se introdujeron mejoras en sus sistemas de propulsión, control de fuego, y sensores, principalmente. Gracias a esa enorme revisión, la Armada dispone de un submarino operativo al menos hasta 2027, sin descartarse que puede ampliarse aún más su vida operativa. Navantia desmontó y montó de nuevo los más de 15.000 elementos que tiene el submarino y efectuó una inspección minuciosa del casco resistente, casco exterior y elementos estructurales no desmontables, con unos requisitos extremadamente exigentes.

A finales del pasado año se integró en la operación Sea Guardian, una misión de la OTAN contra el terrorismo cuya área de operaciones se desarrolla en las aguas internacionales del Mar Mediterráneo y aproximaciones del Estrecho de Gibraltar. Este verano ha participado en el ejercicio CARTAGO, una simulación que planteaba un incidente con uno de los nuevos y modernos submarinos de la serie 80 con los que se va a renovar la flotilla.  

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