el pasico del aparecido / OPINIÓN

El retorno de los druidas: la ILP del Mar Menor

19/03/2022 - 

CARTAGENA. Cuando el precio del megavatio-hora, tras subir un 7%, se puso en 70 euros, el líder podemita Pablo Iglesias pidió en el Congreso que los diputados guardasen un minuto de silencio por "las víctimas de la pobreza energética causadas por la crueldad del Gobierno de Rajoy"; ahora ese valor se ha elevado a más de 200 euros, pero los gobernantes podemitas siguen ocupando impertérritos sus sillones ministeriales, desde donde nos recomiendan no cambiar de móvil, viajar en bicicleta y usar ropa de segunda mano para reducir el consumo de energía. 

En tiempos pasados el dirigente separatista Puigdemont concedió una entrevista al diario oficialista ruso Pravda, que significa Verdad, en la que apoyaba la anexión de Crimea, la independencia de la regiones prorrusas y la postura rusa sobre Armenia, a la vez que solicitaba apoyo ruso para la separación de Cataluña; ahora sus sucesores dicen que la conexión rusa de los separatistas de Puigdemont es una invención  de "las cloacas del Estado" y que el también separatista Rufián, de IRC, se ha inspirado en Mortadelo y Filemón para denunciar esa conexión, hecho por el cual, dice la propagandista Rahola, ha cometido "una imperdonable traición". 

Antaño los diputados socialistas despenalizaron la violencia ejercida por los piquetes de los sindicatos que hubiesen convocado una huelga con el argumento de que así protegían "la libertad de información sindical"; hoy, cuando los trasportistas se han declarado en huelga porque la política energética propiciada por la ministra ecosocialista Ribera los ha conducido a perder dinero al trabajar, la ministra socialista Raquel Sánchez afirma que las actuaciones de los piquetes de trasportistas suponen "una violencia inaceptable" y anda indagando "las posibles consecuencias penales" de esas actuaciones. En el pasado los dos sindicatos mayoritarios, uno de inspiración socialista y el otro comunista, declararon dos huelgas generales contra el gobierno de Rajoy por "la insufrible carestía de la vida"; ahora, que la carestía es mucho mayor, esos dos sindicatos han convocado una manifestación masiva "para apoyar al gobierno y exigir que no rebaje los impuestos".

"la Región sería la primera que ABRIRÍA paso a los druidas, aquellos magos celtas que adoraban a los árboles y creían que cada bosque poseía su propio espíritu"

Alejándose de ese doble rasero, el Aparecido no cambiará su opinión sobre la ILP para dotar de personalidad jurídica al Mar Menor, que sigue considerando inaceptable. No ignora que su mejor amiga en la Región, votante asidua del PP, firmó a favor de esa ILP, ni que el presidente regional Miras, que también vota al PP, la ha apoyado públicamente; no obstante, el Aparecido piensa que tanto su amiga, motivada por una reacción emocional primaria a favor del Mar Menor, y el presidente regional, motivado por el temor a perder votos si hiciese otra cosa, se equivocan en ese punto. Y no es un error cualquiera, sino uno muy grave porque creará un precedente a escala europea. De ese modo, nuestra Región no solo será conocida por haber sido incapaz de prevenir el deterioro estético del Mar Menor, sino, todavía peor, por haber sido la primera zona europea que abrió el paso al retorno de los druidas, aquellos magos celtas, previos al cristianismo, al islamismo y la Ilustración, que adoraban a los árboles y los ríos, y creían que cada bosque poseía su propio espíritu.

En esa ILP se mezclan tres asuntos, el Mar Menor, la racionalidad jurídica y la democracia representativa, y en los tres comete graves errores. Respecto del Mar Menor sostiene ideas previas a la teoría de la evolución por selección natural, presentada por Wallace y Darwin en 1858. Así, nos habla de "la armonía de la Naturaleza", una noción druídica puramente ficticia: en la Naturaleza lo que hay es un incesante intento por reproducirse, tras haber sobrevivido a los constantes cambios ambientales y a las ubicuas agresiones de los depredadores y los parásitos. No hay tal armonía en la Naturaleza, sino una omnipresente selección natural sustentada por variaciones hereditarias "en todas las direcciones", la mayoría de las cuales estropean la siempre provisional e incompleta adaptación al ambiente. De hecho, la inmensa mayoría de las especies que aparecieron se han extinguido, lo que choca de bruces con esa supuesta "armonía".

"un enfoque brilla por su ausencia en la ILP: aplicación masiva de la ciencia y la tecnología para descontaminar y oxigenar"

También nos habla esa ley de "volver a la armonía entre los hombres y la Naturaleza", otra tesis druídica anterior a la teoría evolucionista del origen de los humanos, presentada entre 1864 y 1871 por, sucesivamente, Huxley, Wallace y Darwin, Tal armonía nunca existió. Por el contrario, de la más de 30 especies del género Homo que surgieron en la evolución ya solo pervive la nuestra, Homo sapiens, y ha perdurado precisamente por su componente sapiens: nuestra especie ha basado su estrategia adaptativa en la colaboración social, el trabajo manual, el lenguaje simbólico y el avance de los conocimientos. Pues bien, todos esos factores se confabularon para independizarnos de la Naturaleza, sin lo cual habríamos sucumbido como nuestros antecesores y parientes evolutivos. No está el Aparecido en contra de mejorar el aspecto del Mar Menor, adecuándolo a los gustos estéticos de nuestra especie, pero cree que hay que hacerlo por los mismos métodos que nos han convertido en la especie dominante: aplicación masiva de la ciencia y la tecnología para descontaminar y oxigenar, un enfoque que brilla por su ausencia en la ILP.

Pero no es eso lo más grave, sino las aberraciones jurídicas que propicia. Dicen sus promotores que la legislación ambiental se ha mostrado incapaz de preservar el Mar Menor, una solemne tontería: ninguna legislación por sí sola protege nada si la única especie capaz a aplicarla, la nuestra, la deja en las estanterías sin llevarla a la práctica. El problema del Mar Menor no proviene de ninguna insuficiencia de la legislación ambiental, sino del deficiente uso de esa legislación por parte de los gobernantes regionales peperos y los gobernantes nacionales socialistas. En toda España hay ecosistemas preservados gracias a esa legislación, lo que sería imposible si fuese insuficiente.  

Para defender su postura, los promotores nos señalan los precedentes: sendos ríos de Perú y Colombia, así como un enclave neozelandés. Afirman que también hay otro en Estados Unidos, pero se equivocan: los tribunales no tardaron en declararlo ilegal. Los únicos vigentes están vinculados a tribus indígenas que, ajenas a la Ilustración, todavía conservan creencias similares a las druídicas sobre el carácter sagrado y personalizado de los ecosistemas. ¿Vamos ahora a creernos que Perú y Colombia, que no Francia o el Reino Unido, constituyen la vanguardia del pensamiento jurídico? No será el Aparecido quien se sume a ese retroceso a la etapa precientífica de la Humanidad.

Peor todavía: la ILP propone que el Mar Menor pasea ser un sujeto detentador de derechos subjetivos, una total aberración druídica. Ningún ecosistema posee nada parecido a una subjetividad dotada de una voluntad capaz de reclamar derechos y de ejercerlos. Y, claro, como eso es imposible, la ley prevé nada menor que tres comités, todos ellos constituidos por humanos sapientes, para ejercer los derechos de su cliente: el Mar Menor. Tiene guasa: al final se trata de ceder el control del Mar Menor a una serie de ilustres ciudadanos que nunca ganan las elecciones. Un truco que nos lleva a la tercera dimensión de la ILP: su ataque a la democracia representativa.

He aquí una estremecedora frase de uno de los promotores de la ILP: "Espero que los diputados no toquen ni una coma de esta ley, que la ha hecho el pueblo". Esa contraposición entre "el pueblo" y "los diputados" podría ser atribuida a un perfecto fascista si no fuese porque se parece demasiado al "no nos representan" de los del movimiento 15-M, que luego supieron capitalizar los de Podemos. Más prudente, el abogado ambientalista encargado de defender la ILP se ha limitado a pedir que "el Congreso no desnaturalice demasiado esta ley". 

Pues bien, habrá que decirle a ambos lo mismo que a los separatistas catalanes que, con la complicidad del PSC, hicieron un Estatuto de Autonomía inconstitucional: el Congreso representa la soberanía de la nación española y, por tanto, tiene el derecho y el deber de modificar esa ley todo lo necesario para ajustarla a nuestra Constitución y, es más, a la voluntad mayoritaria de los diputados en el momento de abordarla. No cabe contraponer la voluntad de los más de 600.000 firmantes de esa ILP a la voluntad de los diputados, porque eso sería dinamitar el mismo fundamento de nuestra democracia representativa. Es más, también sería antidemocrático hurtar el control del Mar Menor a los únicos legitimados para ejercerlo: los concejales, diputados regionales y diputados nacionales, que pueden ocuparse directamente o a través de los alcaldes, el presidente regional y el presidente nacional, que ellos eligen. En ese sentido, habrá que estar pendientes de cómo y quién designará a los miembros de esos tres comités previstos en la ILP.

En suma, para arreglar el Mar Menor bastaría con aplicar decididamente la legislación ambiental y, si se quiere, la ciencia y la tecnología disponible. Por eso, mi amiga y el presidente regional yerran al apoyar esta ILP. Lo siento: el Aparecido se debe a la verdad; puede equivocarse, pero no quiere mentir ni adular, que ya es muy viejo para eso.

JR Medina Precioso

jrmedinaprecioso@gmail.com

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