MURCIA. El OT 2020, con el murciano Flavio como uno de los aspirantes a la gran final, ha logrado mantener viva la llama del talent show más famoso en España. Una hazaña en la que tanto concursantes, magistralmente seleccionados de nuevo por Noemí Galera, como profesores y jurado han puesto de su parte para mantener vivo un formato que ya es historia de la televisión en España.
No es sencillo mantener el éxito en televisión con un formato más o menos estanco. Incluso las series de televisión, con un argumento que se va desarrollando, creando nuevas tramas, añadiendo y quitando personajes, pierden con el tiempo el magnetismo que hizo de ellas un producto de éxito. Sucedió con Operación Triunfo, cuando al boom de la edición de los Bisbal, Rosa, Chenoa y compañía le sucedieron dos ediciones que paulatinamente fueron apagando el fulgor de aquella irrupción que creo todo un fenómeno de masas desconocido no sólo en la televisión sino en la propia industria musical.
El formato vivió una segunda vida en Telecinco, donde a la primera edición en la cadena privada, con relativo éxito y un personaje que despertaba filias y fobias como Risto Mejide, le secundaron cuatro ediciones que poco a poco fue desenganchando a la audiencia hasta el punto de que se acortó más de lo previsto pese al regreso de la mítica Nina como directora de la Academia. Era un formato que había tocado techo. Así lo entendió la productora del concurso musical, Gestmusic, que dejó el formato en el olvido.
No fue hasta el documental OT: el reencuentro, dividido en tres capítulos, cuando desde la productora vieron que la llama seguía viva y se decidieron a retomar el formato, sin saber muy bien que éxito tendría 16 años después. El resultado fue un éxito rotundo gracias al excelente casting realizado por Noemí Galera y su equipo. Sin embargo, pese a que los Aitana, Cepeda o Ana Guerra fueron los ingredientes principales del nuevo fenómeno de masas, la marca OT tuvo varios cambios que permitieron volver a llegar a público de todas las edades, y fidelizar especialmente a la gente joven, que percibe la tele convencional como un elemento decorativo.
Entendieron desde Gestmusic que uno de sus fuertes debía estar en las redes sociales. El Canal 24h, en abierto en Youtube, ha permitido que se pueda seguir sin obstáculos el aprendizaje de los concursantes, de forma que se genera a lo largo del día una gran cantidad de contenido. Esta novedad, pese a que el fenómeno ha perdido gas respecto a la edición de 2017, ha permitido que el programa sea tendencia cada día en las redes sociales, señal de que el público del programa lo sigue a diario. No es raro ver más de 80.000 visualizaciones en directo en los pases de micro, ensayos generales de las canciones que defenderán posteriormente en la gala del domingo.
En la edición de 2020, no sólo han acertado con el casting, muy preparados musicalmente la mayoría de ellos, incluso con carreras profesionales de cierto tiempo. Además, han logrado sin perder la esencia, dar una vuelta al formato para hacerlo impredecible. El favorito ya no es inmune a la nominación, puede haber más de cuatro nominados, y los profesores no tienen por qué salvar a algún concursante, como venía sucediendo hasta ahora. Pequeñas modificaciones que han permitido darle más emoción a un concurso que sigue pregonando valores como la superación, la libertad y el respeto a través de la música.
En el actual concurso, también ha cambiado el jurado con gran acierto. Pese a que el formado por Joe Pérez-Orive, Manuel Martos y Ana Torra o Mónica Naranjo logró conectar con el público, para esta edición, sin acuerdo con Universal (productora de los discos de los triunfitos hasta ahora), se ha recuperado a la anterior directora. Nina ha vuelto al concurso que la elevó al foco mediático para juzgar las actuaciones de los aspirantes. Junto a ella, Natalia Jiménez (de La Quinta Estación), Javier Llanos (Cadena 100), o el productor Portu forman un cuarteto que, hasta el momento, y polémicas al margen (la explicación de la nominación a Samantha fue poco afortunada), ha logrado hacer olvidar al anterior jurado. Diecinueve años después, OT sigue vigente. La enésima reinvención de un formato icónico.