CARTAGENA. La vivienda de segunda mano sigue sin 'tener' frío. Según datos ofrecidos por el INE, en el tercer trimestre este tipo de vivienda ha visto como su precio se incrementaba un 7,4%. A nivel general, la vivienda ha subido un 7%, mientras que la vivienda nueva ha aumentado su precio un 4,8%. La escasez de oferta y la alta demanda por la compra de una vivienda siguen estresando al mercado.
Algo que evidencia la querencia de la Región por la propiedad inmobiliaria. Y es que un 73,4% de los ciudadanos de la Región vive en una vivienda en propiedad, mientras que el 18,3% lo hace en una vivienda alquilada. La estructura de tenencia de la Región de Murcia se muestra similar a la del conjunto del país, que cuenta con un 69,5% de ciudadanos con viviendas en propiedad y un 19% con viviendas alquiladas, según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas. La propiedad de una vivienda requiere de estabilidad económica, como muestra que el perfil de aquellos que viven en una vivienda de su propiedad es, principalmente, el de personas mayores de 30 años, siendo los mayores de 65 años la que cuenta con un mayor número de propietarios (85,6%). Por el contrario, aquellos que afirman residir en una vivienda alquilada son principalmente jóvenes, que suelen tener un menor nivel de renta y una mayor inestabilidad laboral.
Los efectos de la renta no solo se notan entre los menores de 30 años. Esta relación se da también en toda la población. El porcentaje de ciudadanos que viven en alquiler disminuye conforme va aumentando el salario, siendo son las clases medias, medias-altas y altas las que poseen una mayor tasa de propiedad (81% viven como propietarios), frente a las clases medias-bajas y bajas que apenas llegan al 65%, ocupando los encuestados que así se ubican hasta seis puntos más en la tasa de vivienda alquilada (24,6%).
Con los altos precios inmobiliarios, la emancipación sigue siendo uno de los problemas en materia de vivienda que sigue sin solventar la Región. No obstante, es un problema que se extiende a prácticamente toda España. Las condiciones más precarias respecto al siglo pasado en las que acceden los jóvenes al mundo laboral dificultan la adquisición de una vivienda propia. Una tormenta perfecta que sigue sin tener solución.
Según un estudio sobre la demanda de la vivienda en la Región, elaborado por la Consejería de Fomento junto con la Universidad de Murcia, los jóvenes entre 18 y 29 años son quienes en menor medida tienen acceso a una vivienda propia: el 41,9% afirma vivir en casa de sus padres y un 12,4% declara que comparte piso. Unas cifras que refleja la tendencia social dominante en España de emancipación tardía de los jóvenes. Sin embargo, conforme aumentan los segmentos de edad también lo hacen las posibilidades de acceder a su propia vivienda, bien sea comprada o en alquiler, y es que 8 de cada 10 encuestados (79,5%) se encuentran en esta situación, llegando a alcanzar el valor más alto entre los mayores de 65 años (93,1%). En cuanto al estado civil, la residencia en una casa propia se concentra entre aquellos que se encuentran casados, alcanzando una proporción del 94%. Este porcentaje desciende hasta el 63,6% en el resto situaciones (soltero/a, viudo/a, separado/a o divorciado/a). Subyace a estos resultados una lógica que vincula el matrimonio y la familia a la estabilidad habitacional y domiciliaria.