El día después

Hace ya algún tiempo que se empieza a hablarse de este Día D, el día después.

En los entornos empresariales he empezado a sentir más que miedo, preocupación, pero déjeme que le diga que lo que debemos hacer es lo que escuché a la ministra Maroto: planificarlo, planificar ese día, saber qué acciones hay que desarrollar para poner en marcha el Día D.

Estoy seguro de que será ‘bisual’, ¿y porqué con B? De Bi-visual.

Por un lado, hemos aprendido a ver nuestra vida personal. La familia, los amigos, hasta los compañeros y colegas de trabajo se han trasformado en ese ámbito personal. Este día lo llevamos bastante tiempo meditando con este prisma: ¿qué será lo que haga este día después? Pero quiero preguntarles: ¿qué no dejaré de hacer, de lo que en estos más de 40 días de ‘cuaresma’ particular he puesto en valor? Para mí, el humanismo. La esperanza de nuevo en el ser humano colectivo, en la solidaridad real. Y luego, obviamente, la cervecita con las amigas... Que todos deseamos.

El otro prisma, el de color rosa, es el que ahora se ve como alerta roja. Debemos sosegarlo y pensar en que en esta pausa forzada, las empresas, el Estado, los enfermos…, deberán centrarse en recobrar la salud, primero, y potenciar el talento, después.

La tecnología va a ser fundamental, principalmente para abrir las ventas a todo tipo de canales. Las empresas volverán a invertir, al tiempo que es preciso que reinventemos una actividad económica más allá del sol y la playa; porque España es también agroalimentaria, sanitaria e industrial... España es un país de gente valiente.

Y aquí es donde lanzo la última pregunta, ¿quién quiere ser valiente para vivir ese día después?

Quien no se haga amigo del coraje no superará los retos que nos toca afrontar. El coraje será ese punto de apoyo, que nos hará llegar más lejos que con nuestros propios pies.

Mi día de después es obvio y empieza hoy, suéñelo, planifíquelo, y luego vívalo.

Macarena Perona es abogada y consultora estratégica

@perguimaky