MURCIA. Desde la incorporación de la agenda 2030 a las acciones políticas de la UE se están promoviendo campañas para restringir la superficie cultivada, reducir las explotaciones ganaderas y demonizar la agricultura. Se carga sobre la actividad agrícola y ganadera en suelo europeo la responsabilidad del deterioro medioambiental.
La normativa comunitaria y nacional, en lugar de favorecer una actividad agraria eficiente, sostenible e inteligente que suponga una mejora de la calidad de vida y renta de la población rural, reduce o imposibilita la producción agropecuaria. Medidas y controles cada día más estrictos para quienes viven en Europa, mientras se incrementa la permisividad para la producción de otros países.
"La falta de apoyo al campo provoca una despoblación generalizada"
La falta de apoyo al campo está provocando una despoblación generalizada y la ausencia del relevo generacional ya que los jóvenes no encuentran atractiva la vida en los ámbitos rurales. La falta de servicios básicos como educación, transporte, sanidad, financieros o el acceso a internet repele a los jóvenes a asentarse en los pueblos pequeños.
El desmantelamiento de la producción agrícola y ganadera está ocasionando un desmesurado incremento de los precios de los alimentos, pérdida de empleo o empleo precario y la dependencia de otros países, con el riesgo de desabastecimientos en caso de crisis como ya hemos tenido la oportunidad de sufrir recientemente.
El mundo rural europeo se levanta cansado de aparecer como esquilmadores de los recursos naturales. Organizaciones agrarias de diferentes países no quieren permanecer resignadas ante la injusticia y la persecución. Quieren ser respetados y seguir produciendo alimentos de calidad y seguros.
El hartazgo de la población ante el incremento de nuevas normas legales que imponen cambios sustanciales en nuestra forma de vida, sin una transición adecuada ni alternativas económicamente viables, está provocando la aparición de movimientos ciudadanos para poder tener presencia en las instituciones.
"Se legisla de espaldas a la realidad causando el abandono del cultivo y el cierre de granjas"
Los movimientos ciudadanos agrarios están proliferando en diferentes países como respuesta al abandono de las fuerzas políticas tradicionales que han adoptado la agenda 2030 como guía política olvidando la realidad de quienes sufren sus consecuencias.
Se legisla de espaldas a la realidad provocando el abandono del cultivo y el cierre de granjas. Están convirtiendo la transición ecológica para preservar nuestro ecosistema y los recursos naturales en un castigo injusto para los más débiles y que menos tienen.
SOS Rural, plataforma independiente española que surgió a principios de año con el apoyo de cientos de organizaciones rurales, ha lanzado una campaña de recogida de firmas para presentar junto a homólogos de diferentes países como Alemania, Polonia, Holanda o Rumanía una Iniciativa Legislativa Popular con objeto de defender nuestra producción agrícola contra la competencia desleal de terceros países, el uso prioritario de las tierras agrícolas para la producción de alimentos, la protección del regadío como base de la producción de alimentos y dar preferencia a las cadenas de suministro locales.
Además, manifiestan la necesidad de una reforma de la política de aguas europea que favorezca el desarrollo socioeconómico y agroalimentario, combata la sequía e inundaciones y garantice los caudales destinados a riego; así como una reformulación de la vigilancia sobre la contaminación de las aguas en base a criterios científicos independientes y no ideológicos.
La Europa rural despierta ante las próximas elecciones europeas ya que supone una oportunidad para defender el campo europeo y recuperar la justicia en la transición ecológica.
Se trata de defender la agricultura nacional y europea contra la competencia desleal de terceros países y promover la aprobación de normas que garanticen la soberanía y seguridad alimentarias.
Si la voz del campo no encuentra quien se comprometa en defenderla, Holanda podría haber marcado el camino a seguir.
Miguel Ángel Cámara Botía