Foto: Ayuntamiento de Murcia
MURCIA. Si una ciudad quiere proteger su futuro debe empezar por cuidar su pasado. Y Murcia está tomando ejemplo con el impulso arqueológico en las albercas de Larache y Molino Armero, situadas en el Conjunto Monumental del Sitio Histórico de Monteagudo-Cabezo de Torres, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Con una subvención de 400.000 euros de la Comunidad Autónoma se están realizando excavaciones en estos yacimientos, además de en el Castillejo de Monteagudo, donde se realizan las primeras prospecciones desde los años 20 del siglo XX.
"El objetivo es realizar un diagnóstico del estado de conservación de los restos, para luego poder establecer la hoja de ruta para su puesta en valor y futura explotación turística y cultural. Con estas actuaciones, toma impulso el proyecto estratégico del Ayuntamiento de Murcia 'Las Fortalezas del Rey Lobo'", como informan fuentes municipales.
Mientras, las excavaciones del Castillejo de Monteagudo o palacio del Rey Lobo Ibn Mardanis ya han comenzado. Se trata de una gran edificación fortificada de recreo de planta rectangular, con torres poco salientes muy próximas entre sí y dobles reentrantes en las esquinas. En menos de dos años será visitable tras las obras de restauración, que serán visitables.
Los trabajos permitirán la apertura y acondicionamiento de un itinerario peatonal que posibilitará que el público pueda visitar las obras para contemplar la excavación arqueológica que se está realizando en todo el conjunto. El plazo de ejecución de las obras es de 18 meses, por lo que se espera que estén concluidas durante el último trimestre del año 2024
En la Alberca de Larache, ubicada en la pedanía de Monteagudo y próxima a la fortaleza del mismo nombre, y en la del Molino Armero, cercana al Castillo de Cabezo de Torres, se están llevando a cabo "trabajos de limpieza y desbroce, con supervisión arqueológica, tanto en el interior de las balsas como en sus respectivos entornos inmediatos. Se pretende la retirada del material acumulado y la vegetación, con el objetivo de dejar preparada la superficie para proceder a la intervención".
Durante estas tareas de limpieza, se identifican las estructuras contemporáneas y/o distorsionantes, incluyendo elementos añadidos ajenos al proyecto original que entorpezcan la puesta en valor y el estudio de la alberca de época islámica.
Asimismo, se están limpiando las paredes de las balsas y se están recuperando los derramadores originales en el perímetro de estas, realizando también catas parietales en los muros. Todo ello bajo la supervisión del equipo de arqueólogos que trabaja en el proyecto.