La almunia de Ibn Mardanish hallada en Monteagudo permitirá conocer cómo era la vida palaciega a mediados del siglo XII
MURCIA. Poco podía imaginar a mediados del siglo XII Muhammad ben Sad Ibn Mardanish, el Rey Lobo, cuando paseaba por su almunia o finca de recreo situada en el actual Monteagudo que la alberca, el palacio y los jardines que tanto disfrutaba saldrían de nuevo a la luz casi 900 años después y tras varios siglos enterrada bajo los arbustos y limoneros que últimamente ocuparon lo que fue una de sus flamantes residencias.
Y es que las excavaciones que se realizan por fases y que están dirigidas por Julio Navarro Palazón, responsable del grupo de investigación ‘Laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad’ de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, han reflotado una joya patrimonial de una época en la que Murcia fue una de las capitales más poderosas de Occidente.
Las nuevas construcciones descubiertas (siglos XII y XIII) están bajo la ladera del Castillejo de Monteagudo, un antiguo recinto palatino andalusí que se encuentra situado a unos 5 kilómetros al noreste de la ciudad y que Ibn Mardanish construyó para dar muestra de su gran poder. La nueva zona palatina forma parte de una almunia con jardines repartidos en torno a una gran alberca, contaba con acequias que la nutrían y andenes que delimitaban distintos espacios verdes para complementar un vergel de una impresionante belleza.
También propiciará que se conozca mucho más sobre la vida en Murcia en la época de la Segunda Taifa (1145-1172). A pie de campo y en una visita de Murcia Plaza encontramos al arqueólogo Juan Antonio Ramírez, uno de los investigadores que está interviniendo en los trabajos y que remarca la importancia de que se amplíe la zona donde se está trabajando para "sacar a la luz el palacio completo". Actualmente sólo uno de los propietarios de los terrenos donde se ha hallado esta joya ha permitido que se realicen allí las excavaciones. El problema es que aún quedan más parcelas que siguen en uso agrícola y donde no se puede actuar.
“Estamos ante lo que se podría calificar como la Medina Azahara del siglo XII”, proclamaba por su parte el propio Julio Navarro. Salvando las distancias, la equivalencia con la gloriosa ciudad palatina que mandó edificar el primer califa de Córdoba, Abderramán III, en el siglo X, sitúa a la almunia del Rey Lobo como una auténtica joya ejemplo del esplendor del mandatario y, sobre todo, de su poder
se puede comparar "con la Medina Azahara de Córdoba", según Julio Navarro, director de las excavaciones
"Se trata de un modelo de residencia abierta a grandes áreas ajardinadas cuya apariencia se puede comparar con la Medina Azahara cordobesa. La exhumación completa de la alberca y de parte del edificio residencial nos ha animado a examinar de nuevo las fotografías aéreas (1929) de Ruiz de Alda, lo que nos ha ayudado a descubrir que existió un eje este-oeste en cuyos extremos existieron núcleos residenciales articulados por el jardín de crucero", remarca Navarro. El investigador está convencido de que "es posible que este gran espacio cultivado fuera cuadrado y anexo a la gran alberca meridional de la finca" y explica que “futuras excavaciones nos permitirán conocer los detalles de esta propuesta. Lo que no cabe duda es que estamos ante un hallazgo excepcional que nos aporta un ejemplo único que rellena, en gran medida, el vacío de conocimiento de la postcalifal de los siglos XI al XIII”.
Los vestigios de la época de esplendor del mundo árabe en la actual Región de Murcia siguen vivos y asoman la cabeza de vez en cuando para recordarnos que el patrimonio histórico hay que cuidarlo. Esta finca de recreo del Rey Lobo, que tenía su residencia permanente en el Alcázar Seguir (convento de las Claras) y que convirtió a Murcia en capital de una gran taifa extendida por los territorios orientales de al-Ándalus, es uno de los palacios que disfrutaba Ibn Mardanish.
Aunque los trabajos están en las primeras fases, el equipo del CSIC espera que haya presupuesto para nuevas campañas y el estudio completo de las estructuras descubiertas les permita conocer más en profundidad cómo era la vida en las almunias andalusíes. El agua y la vegetación de una fértil huerta eran los ejes de un recinto que nada tiene que envidiar a otras almunias de gran tamaño y espectacularidad como el Agdal, la finca real situada en Marrakech (Marruecos), que es de época posterior y podría haberse inspirado en la del Rey Lobo.
Tras años de una fama en estado latente, la figura del Rey Lobo ha resurgido con fuerza en la ciudad de Murcia con una exposición que ha tenido gran repercusión social. La muestra 'Rey Lobo. El Legado de Ibn Mardanish' se puede visitar hasta el 1 de diciembre en el Museo Arqueológico de Murcia, en el Museo de Santa Clara y el conjunto de San Juan de Dios, estos dos últimos vinculados directamente al mandatario. Comisariada por el arqueólogo Jorge Eiroa, divulga, a través de más de 250 piezas, el contexto, los fundamentos ideológicos y económicos del proyecto político de esta figura histórica.
Una colección de monedas acuñadas en Murcia durante el periodo almorávide y que circularon por el Mediterráneo en el siglo XII, una lápida de un familiar del Rey Lobo y restos extraídos de las excavaciones realizadas en el Castillejo de Monteagudo en 1925 son parte de lo que el visitante se puede encontrar.