CARTAGENA. El próximo mes de marzo se cumplirá un año desde que llegó el último barco turístico a Cartagena. La pandemia y el estado de alarma decretado a mediados de ese mes supuso el cierre de fronteras al movimiento de embarcaciones crucerísticas. A punto de cumplirse la fecha, el deseo del regreso de los cruceros se convierte en decepción, a tenor de cómo están transcurriendo los acontecimientos y del nulo movimiento turístico en este sector en España.
La presidenta de la Autoridad Portuaria de Cartagena, Yolanda Muñoz, indicaba a finales del pasado mes de diciembre que las expectativas les hacían pensar que el regreso de los cruceristas se podría producir a partir de la primavera de este 2021.
Es más, muchas son las navieras que han previsto para finales de marzo y comienzos de abril su vuelta al trabajo, pero nada que ver tienen estas expectativas con la realidad que nos ha tocado vivir.
En el calendario de regreso de las navieras a la actividad, podemos ver cómo algunas de las que suelen hacer escala en la ciudad portuaria han arrancado de forma tímida. Tal es el caso de Tui Cruises, que propuso reanudar su actividad en España, con unos cruceros entre islas en Canarias el pasado mes de noviembre y con una duración de siete días. Pero ha sido ésta su única opción de trabajar, porque el resto de los puertos españoles están cerrados a cal y canto.
Costa Cruceros y MSC Cruceros -otras dos navieras que han visitado con periodicidad el puerto de Cartagena otros años-, mantienen, a priori, sus planes de vuelta el próximo febrero, pero tienen el mismo impedimento: la evolución galopante del coronavirus en España resta cualquier intento de apertura por pequeña que sea. Por último, Fred Olsen planificaba su regreso al trabajo en abril.
Todas ellas cuentan con el crucerista alemán y el inglés como su principal cliente, pero solo basta con echar un vistazo a la prensa internacional para ver que en Alemania, el confinamiento se podría "mantener durante mucho tiempo”, decía días atrás el ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz.
Según informa el diario Bild, que cita a fuentes del partido de Angela Merkel (CDU), la canciller quiere prolongar el cierre de la vida pública. "Necesitamos otras ocho o diez semanas de medidas duras", subrayó esta misma semana Merkel. Eso sería hasta finales de marzo.
Por el momento, en los puntos del país con mayor incidencia no está permitido desplazarse a más de 15 kilómetros del lugar de residencia sin una razón de peso.
A principios de este mes, el primer ministro británico Boris Johnson anunció un nuevo confinamiento para Inglaterra -el tercero-, con el cierre indefinido de todas las escuelas hasta por lo menos bien entrado febrero, y tal vez hasta que se haya vacunado a la mitad de la población.
La aceleración en los procesos de vacunación se convierten ahora en la única esperanza posible para las operadoras turísticas en un intento de que la actividad regrese al menos en verano, no antes.
El presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes, Carlos Garrido, explicó esta semana al portal especializado en turismo Nexotour que la mayoría de los ciudadanos deben de estar inmunizados entre Semana Santa y verano, alegando que “son potenciales viajeros la reactivación está ligada al ritmo de vacunación". Perder la temporada de verano supondría un varapalo para el sector, por lo que piden a que se acelere el ritmo para que se inicie la reactivación cuanto antes.