MURCIA. A pesar del momento de respiro en las bodegas de la Denominación de Origen de Jumilla (DOP) tras el cambio de opinión del ejecutivo estadounidense sobre la subida de los aranceles a los productos agrícolas españoles, la realidad es que esta medida adoptada les supondrá un coste de hasta un millón de euros en 2020, según los datos de las importaciones a Estados Unidos (EE UU) en 2018, que ascendieron hasta los cinco millones de euros.
En concreto, esta imposición realizada en octubre del año anterior regula que los vinos (excepto los espumosos) con una graduación alcohólica inferior o igual al 14% y en envases de dos litros o menos procedentes de España, Francia, Alemania y Reino Unidos se ven gravados con un arancel adicional del 25 por ciento.
Cuando se aplicaron estos aranceles el efecto fue “notable” en las bodegas de la DOP de Jumilla, pues el mercado de EE UU es uno de sus principales mercados. Sin embargo, el porcentaje de vinos afectados no fue muy importante ya que la mayoría de ellos tienen más de 14 grados, por lo que no se vieron sujetos a este 25% adicional. También han podido esquivar las imposiciones aquellos que se envasaron en recipientes de más de dos litros, que también es una parte importante de las exportaciones a Estados Unidos.
Respecto al pago de los aranceles en Jumilla, en la mayoría de los casos fueron las bodegas las que asumieron el incremento en su totalidad, aunque en algunos casos, los menos, los distribuidores estadounidenses contribuyeron a hacer frente a esta tasa.
El mercado en el país americano representa el 20% de las exportaciones totales de la DOP, el 10% de su producción total, por lo que se trata de un mercado relevante para el municipio murciano. Estos datos se asemejan a los del mercado vinícola nacional, en el que Estados Unidos se sitúa como el segundo destino más destacado, el primero fuera de la Unión Europea, con casi 324 millones de euros y un 22,3% del total vendido.
Sin embargo, según los últimos datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), el país ha reducido notablemente sus importaciones de vino envasado español desde la introducción de los aranceles, y especialmente en marzo (34,2%) abril (22,8%) y mayo (20,8%) coincidiendo con la crisis del coronavirus.
En este respecto se ha pronunciado también la Federación Española del Vino (FEV), que ha recordado cómo las imposiciones ya impuestas en octubre resultan en un grave perjuicio para las bodegas españolas.