MURCIA. El 'coqueteo' con la modernidad de cuatro pintores murcianos -Bonafé, Gaya, Garay y Flores- protagoniza en el Museo Ramón Gaya -hasta el 4 de voviembre- la exposición Murcia vanguardista, "una pequeña muestra -breve, pero intensa- que, gracias a la generosidad de coleccionistas privados y el Museo de la Ciudad de Murcia, reúne algunas obras experimentales de este grupo de amigos", señalan desde el museo.
Recuerdan, igualmente, que una generación de pintores murcianos de principios del siglo XX reaccionó contra "la pintura adocenada y de un realismo mísero que hacían aquellos pintores nacidos en el siglo XIX, y que llenaban el ambiente regional", según diría el propio Ramón Gaya.
Se produjo, así, un cambio notable en la pintura murciana, por una necesidad de renovación y en parte gracias a la llegada de unos pintores ingleses a la ciudad que influyeron de manera notable en esos jóvenes artistas. "Estos ingleses -convalecientes de la Primera Guerra Mundial- llegaron en torno a los años 20. Eran Darsie Japp, Cristóbal Hall y Wyndham Tryon. Ellos trajeron las primeras noticias de las vanguardias y con ellos llegaron los primeros libros y revistas, no solo de los impresionistas o de los post-impresionistas, sino también de Pablo Picasso, George Braque, Henry Matisse, André Derain y de todos aquellos movimientos de vanguardia que se simultaneaban en París, centro mundial de novedades".
Así, gracias a las revistas y reproducciones que trajeron los ingleses, la pintura de los artistas murcianos comenzó a teñirse de las tendencias vanguardistas.
Luis Garay tuvo un acercamiento muy tímido. "Garay tendía poco a la vanguardia; era un pintor más bien local, diría yo", comenta Ramón Gaya. Flores, sin embargo, estaba obsesionado con la idea de ser un pintor de la 'Escuela de París'. En la exposición Murcia vanguardista está el ya icónico cuadro Cojico de Yeste, un símbolo de la modernidad donde se aprecia la búsqueda formal que ha emprendido el pintor . "El cuadro de Pedro Flores -dirá Gaya- conocido como El Cojico; con todo, es superior al Matisse de donde parece haber partido, ya que el cuadro francés es desde luego más superficial y decorativesco".
En la muestra se podrá ver también también una obra de Juan Bonafé, el menos 'atrevido' de todos, pero con algunas pequeñas concesiones a la modernidad más difíciles de localizar en el conjunto de su obra.
Resulta paradójico -continúan reseñando desde el museo murciano- que Ramón Gaya, el pintor más joven del grupo (y posteriormente el más crítico con la vanguardia) fuera el más 'moderno', el que experimenta más cambios: "Sufrí y pasé por casi todos los 'ismos', salvo el surrealismo, que no me pareció nunca un material pictórico, sino más bien poético". Todos esos cambios formales de su etapa de juventud se aprecian en las obras donde hay clara influencia de Cézanne, el cubismo y post-cubismo, Picasso...
Sin embargo, esa incursión en la vanguardia o esa "búsqueda formal ingenua" (como la definió Gaya) la abandonarán muy pronto todos a excepción de Flores. Tras viajar los tres a París y ver en vivo las vanguardias, conocer en persona a Picasso, exponer con éxito... Garay y Gaya -decepcionados- vuelven a Murcia, haciendo una pintura anclada en la realidad en contraposición a Pedro Flores, que a partir de entonces residirá en París, muy atento a la actualidad.