EL GATO EN LA TALEGA / OPINIÓN

El carácter espontáneo

23/08/2023 - 

Iba a escribir sobre otras cosas, más agradables, más inspiradoras. Incluso algunas de ellas, siendo críticas o denuncias, podrían considerarse más amables. También sopesé no incidir en un tema que casi seguro coparía redes sociales y espacios periodísticos, dada mi alergia a la repetición de enunciados, las cantinelas y la gente cansina en sus cuatro ideas. Ninguno de estos propósitos fue posible cuando mi indignación salió a pacer, como dicen por aquí al referirse a los animales. Probablemente porque es una indignación que tiene algo de animal, tal es su impulso.

En el maravilloso contexto en el que España es campeona del mundo de fútbol femenino, el de siempre y al que todo se le disculpa, tuvo que estar dando la nota. El tipo en cuestión alardea de ser poseedor de "un carácter espontáneo", lo que le lleva a morrearse, palpar traseros, dar abrazos de oso amoroso y festejar con las manos en su epicentro varonil aquellas cosas relacionadas con las victorias femeninas de fútbol español. El asunto tiene la envergadura de tratarse de un representante oficial, al parecer sólidamente respaldado, con lo que hay que tragarlo en cada victoria y derrota, que lleva unida a su persona la polémica con diversos temas futbolísticos y de su gestión como todo el mundo ha podido leer en diversas fuentes informativas. La cuestión es que, a mi modo de entender la evolución de la mujer no sólo en el fútbol, sino en las diferentes profesiones, que veamos a un directivo con las características que luce el citado, resulta ser una contradicción, por no decir un lastre.

De lo que hay que hablar es de que se ha escrito a fuego en la historia esta victoria femenina plural, y es una lástima que una sola letra tenga que ir a la llamada de atención de comportamientos fuera de lugar llevados a cabo por un hombre que sujeta, además, el techo de cristal. Alguien debería explicarle lo que se espera de él, y lo que no. 

El protocolo, que tanto aborrecemos en muchos casos, es necesario en eventos de masas a los que asisten personalidades, más que nada por poner un orden y llegar a realizar el evento en cuestión sin mayores contratiempos. Precisamente, se resalta en las noticias vinculadas al feliz momento de la victoria, que la Reina se saltó el protocolo, incluso la Infanta Sofía, pero lo hicieron de tal modo en el que solo cabe aplaudir; el modo inteligente que suma a una victoria que se intuye colectiva para todas las mujeres y, aún más, para las que somos españolas. 

No solo el traje de chaqueta rojo fue una declaración de intenciones, sino esa bandera que colgaba del brazo de su hija menor. Con elegancia y naturalidad, con altura y saber estar, como si fuese un bolso o un foulard bonito, bien a la vista, la bandera de España ondeaba incontestable en un mástil inaudito, pero, a la vez, tan propio.

Por eso me fastidia sobremanera que unos pasos más allá andaba dando la nota el individuo, estropeando esos abrazos de mujer a mujer que hablan de superación y respeto, con la incontinencia propia de quien, o es demasiado listo, o lo contrario. El siguiente paso en la selección es una seleccionadora, y no por meter en el mismo saco al seleccionador que al del carácter espontáneo, sino porque del mismo modo que no vemos seleccionadoras en equipos masculinos, ya va siendo hora de que las mujeres también configuren un equipo y dirijan su juego. Visto lo visto, qué bien hubiese quedado contar con una presidenta de la Federación de Fútbol.

Como con todos los episodios esperpénticos, nunca se pierde la esperanza de superar el disparate, así que, en posteriores declaraciones, el sujeto trasladó a los medios de comunicación que se sentía "apenado" porque la polémica por su gesto, que a su entender visto desde fuera ha formado revuelo y que no tuvo mala fe "por ninguna de las dos partes", y porque desviaba la atención de lo realmente importante; celebrar que somos campeonas del mundo. Inaudito, que este personaje no sepa cómo debe comportarse no solo en público, sino también en privado, y que encima, pluralice con lo de “por las dos partes”. 

Lo más curioso es que cree que la victoria se va a empañar por su espontaneidad, como si la gente fuese lerda y no tuviese claro que lo que sobra, porque es una especie de mosquito persistente que revolotea y a veces pica, ante el tremendo logro histórico que han conseguido estas chicas, es su firme tendencia a estar fuera de juego.

Menos mal que no pisó el escenario en el recibimiento en Madrid Río, porque hubiese sido posible unirlo a Camela y su impepinable son, logrando los viajes al pasado en tiempo récord. Menos mal que luego apareció Elena Farga y su “Está x venir”, cambiando el drama amoroso insufrible por la maravillosa cooperación entre mujeres. Hay que sacudirse la caspa hasta la última mota, hay que poner gente seria al frente, gente formada, actualizada, y para la que el respeto al cargo, a las personas y así mismo no sea negociable. 

La Selección Femenina de Fútbol, estas mujeres prodigiosas, ha logrado poner a España en primer plano del respeto a nivel mundial gracias al tesón, la profesionalidad y el compromiso. Se trata de que están escribiendo páginas de la Historia que queda impresa. Páginas en las que no tienen cabida ni los chistes costumbristas. El que no esté a la altura, que deje de dar por saco, de hacer el ridículo, y ceda el paso.    


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