MURCIA. ¿Se acuerdan de la historia? No había botes salvavidas para todos y los usaron los pasajeros de primera clase, mujeres y hombres, niños o viejos, pero de primera clase... y las ratas. Y luego ya, los demás. Salvo el capitán y la orquesta que se quedaron en el barco hasta el final.
Me pregunto en con qué grupo se identifican todos esos políticos y altos cargos que aprovechando su posición privilegiada se han vacunado de covid-19 'a codazos', empujando a sanitarios en activo, ancianos y dependientes.
"el capitán cede su sitio al último de los pasajeros porque no es imprescindible"
Al final la cobardía es una fuerza muy poderosa y el cobarde no se puede resistir. La cobardía está por encima de todas las consideraciones y de cualquier otra virtud. Es más fuerte que la piedad, más fuerte que la responsabilidad, y no digo más fuerte que la valentía porque el cobarde no es valiente nunca, sería un oxímoron, así que el cobarde tarde o temprano se retrata. Pero el capitán tiene que ser valiente.
El capitán no puede ser el primero en saltar del barco. No hay excusas posibles, el capitán cede su sitio al último de los pasajeros porque no es imprescindible, nadie es imprescindible.
Y lo triste es que esa es la principal excusa que están poniendo todos esos 'capitanes' que se han vacunado antes que su pasaje: que se vacunan porque no pueden enfermar, tiene que dirigir y gestionar. ¡Ja! Para estar protegidos de contagio no tenían más que seguir sus propias recomendaciones, esas con las que nos machacan al resto de los ciudadanos: mascarilla, lavado de manos, teletrabajo, salidas imprescindibles, núcleo de convivencia, toque de queda. Para lo que hacen, no necesitan más. Yo no he visto a consejeros, ni alcaldes, ni funcionarios de ordenador y teclado paseándose por los centros sanitarios, o por las residencias de ancianos, o por las casas de los dependientes, a ver qué necesitan.
Así que, por favor, que no nos cuenten milongas que no somos tontos, se han vacunado porque son unos cobardes y han puesto como excusa que son imprescindibles, pero no lo son.