El artista italiano Iller Incerti muestra en Cartagena a una mujer liberada de la violencia y convertida en diosa

CARTAGENA. "Volverá el día y volverá la noche, y después el miedo". Las palabras son como la lluvia, caen en cualquier lugar". "No tenemos miedo de hablar ni de callar". Frases como estas acompañan la exposición El silencio envenena el alma, que el artista italiano Iller Incerti expone en la Sala Dora Catarineu de Cartagena, situada en la calle Ronda, hasta el 20 de octubre.

Las mujeres liberadas de la violencia son las absolutas protagonistas de esta muestra, compuesta por obras digitales impresas en lona y forex, instalaciones realizadas con diferentes materiales y videoarte. Técnicas todas ellas que le sirven al creador para romper las cadenas de las mujeres y mostrarlas como "criaturas maravillosas que son detenidas en la realización de su existencia llena de sueños, proyectos y esperanzas", según señala la comisaria de la exposición, la crítica Carla Bertone

Señala Iller Incerti, quien suele encontrar su inspiración en su compromiso social hacia los problemas sociales, que la violencia de género sigue siendo un tema extremadamente actual, aunque siempre haya estado presente en una historia en la que se ha repetido el dominio del hombre sobre la mujer. Incerti se rebela contra esa realidad y empodera a la mujer en estas imágenes, al tiempo que la escritura le sirve para llevar a cabo discurso paralelo que impacta igualmente en el espectador. Y es que los mismos títulos de las obras componen una narración que subraya el pensamiento del artista.

En El silencio envenena el alma se reflexiona sobre la creencia de que un ser humano estará verdaderamente muerto cuando una última persona haya pronunciado su nombre. Es por ello, que para el artista italiano el silencio es la primera causa de muerte, particularmente, cuando el hombre consigue la subyugación y la anulación psicológica de la pareja. "Ahora ha llegado el tiempo en el que las mujeres se liberen de la violencia. Se trata de una violencia solapada de la que es muy difícil salir, sobre todo si está enterrada en el silencio", se apunta en el texto que acompaña a la exposición.

Nacido en Montecchio Emilia(Italia) en 1955 y graduado en la Academia de Bellas Artes de Bolonia, el artista italiano pone la atención con este trabajo en la figura femenina y en su belleza. "Endiosándola, a través del gesto artístico, le otorga una dimensión inmortal". 

Las mujeres de Incerti, por estos motivos, presentan en ocasiones "colores azulados, luminiscentes, que las transmutan en criatura angélicas, espirituales, gracias a una técnica que transforma los colores en psicodélicos con varios niveles de gamas cromáticas. Se trata de imágenes reelaboradas digitalmente. Son iconos sin tiempo, congelados por el artista en el flujo de la historia humana y de la historia del arte. Son subrayadas, en su importancia, con una intervención gestual de signos, con una escritura simbólica que las convierte en documento, narración, diario emocional".