MURCIA. Vivimos una época confusa, como te dije en el artículo anterior.
Nos encontramos presenciando un cambio de paradigma, en el que las emociones, la lógica humana y la manera consciente de ver el mundo están cobrando mayor importancia que el clásico sometimiento social a la fuerza bruta de toda la vida.
El nuevo paradigma al cual está virando la comunidad humana es más del tipo El arte de la seducción o como el imprescindible Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, libro que deberían enseñar en el primer grado de las escuelas públicas.
"El pez pequeño está perdiendo la guerra"
Efectivamente convivimos con el antiguo paradigma, reconocible porque es el que está imperando en la Europa del Este, siguiendo todos los pasos al pie de la letra del best seller de Sun-Tzu El arte de la guerra, en su versión más visceral, instintiva y básica del ser humano. Utilizar estrategias y planes probados de la forma más efectiva de matar para robar. Volvemos a las cavernas, señores, de las que algunos no deberían haber salido.
No veo la tele más que unos minutos cada dos o tres días, para ver más o menos por dónde van los tiros (…), evitando contaminar mi opinión con inclinaciones pagadas con dinero público o privado. Y veo que el pez pequeño está perdiendo la guerra. Dar palmaditas en la espalda al hombre heroico que está siendo invadido por el gigante al que nadie se atreve a lanzar la piedra, no sirve en absoluto más que para llenar contenidos repetidos en los medios, como una peli de sobremesa.
Me recuerda un poco a la guerra de Secesión americana, en Lo que el Viento se Llevó, cuando en Los Doce Robles los sureños se daban golpes de pecho, presumiendo de su hombría y Ret Butler dijo que en todo el sur no había ni una sola fábrica de cañones. Y eso que la tierra es lo único que importa.
"Señores, la guerra no es honor; no se roba con honor, no se mata con honor"
Señores, la guerra no es honor, no se roba con honor, no se mata con honor. No hay ningún orgullo en sacar de la cama a niños enfermos en plena noche y huir. No se hace en nombre de nada, más que de robar lo que no puedes conseguir con diplomacia y persuasión. La guerra es el reconocimiento de la ineptitud de los gobernantes al carecer del Arte de la Seducción, necesario para persuadir al dueño de lo que quieren, en un consentido win-win.
Las guerras son muy literarias y místicas, dan lugar a infinitas historias de valor, gloria y conquista... cuando no las vives en primera persona. Cuando no somos capaces de empatizar con los daños colaterales. Cuando no nos pasa a nosotros. Cuando no estamos del lado conquistado o ni siquiera entendemos su letra.
Seamos conscientes de la absurda brutalidad que estamos viviendo, y de la falta de recursos diplomáticos de los que deben decidir sobre nuestra protección personal. Debemos despertar y hacer lo único que nos dejan hacer: apoyar y ayudar activamente a las víctimas de este sinsentido, y rezar todo lo que sepamos para que mañana no nos toque a nosotros.
No hay camino para la paz, la paz es el camino.
Ingeniera en Telemática. Docente de Formación Profesional
Especialista en Comunicación y Marketing Digital