CARTAGENA. El precio de la vivienda en alquiler en la Región sigue sin dar tregua a aquellos que, sin poder acceder a la compra de una vivienda, optan por la opción de una vivienda. En los últimos doce meses ha aumentado un 7,1%, situándose el metro cuadrado en 7 euros al mes. Durante el último trimestre, en cambio, el precio descendió un 6,5%.
Así se desprende del último informe de precios elaborado por el portal Inmobiliario idealista, que refleja que la ciudad de Murcia cerró el último año con una subida del 3,7%, que dejó el precio del metro cuadrado en 7,5 euros. Cartagena, en cambio, tiene el metro cuadrado del alquiler a 6,7 euros, pese a un incremento del 8,8% respecto a diciembre de 2021. La mayor subida interanual se ha registrado en Águilas (20,8%), seguida por el incremento del 14,7% de Los Alcázares. Las menores subidas se han producido en Torre-Pacheco (3,3%), San Javier (4,5%) y Mazarrón (5,3%). La Manga del Mar Menor (9,4 euros por metro cuadrado) es el mercado más exclusivo de la región. Lorca, en cambio, ofrece las rentas más económicas (5,1 euros por metro cuadrado).
Para el portavoz de idealista, Francisco Iñareta, el problema del alquiler es la falta de oferta. "El principal problema que ha tenido el alquiler en 2022 es el eje sobre el que se vertebrará su evolución en 2023: la falta de oferta disponible. A la fuerza creciente de la demanda se le une una oferta menguante que no encuentra reposición. La inseguridad que sienten los propietarios frente a desahucios y ocupaciones, y las medidas que se toman o anuncian desde el gobierno, lejos de fomentar la aparición de nuevo producto en el mercado están provocando la drástica reducción del parque inmobiliario del alquiler", señala. "La ecuación es sencilla. Menos viviendas y más demandantes tienen como resultado tensión en los precios", añade. "Es probable que la tendencia continue durante los próximos doce meses, aunque el nivel de precios alcanzado en algunos mercados y la merma de la capacidad adquisitiva de los inquilinos podría enfriar la sangría de la oferta y la escalada en los precios", según Iñareta.
El último informe sobre la demanda de vivienda en la Región de Murcia revela que el alquiler es, para la gran mayoría, un plan 'B' cuando no es posible comprar una vivienda. Así lo revela el estudio, que registra que un 46,7% de los que declaran vivir de alquiler tienen como principal razón no poder hacer frente al pago de una vivienda en propiedad. Es decir, la vivienda en propiedad se sitúa como la primera preferencia, siendo el alquiler un régimen de tenencia supletorio por no tener los ingresos suficientes como para afrontar un pago. Este dato se da en todos los grupos de población, aunque es más evidente para las clases sociales bajas y medio-bajas. Como segunda razón, más de la cuarta parte de la población (27%) considera que el alquiler se trata de una situación provisional o transitoria hasta que puedan comprar una vivienda. La provisionalidad en el régimen de alquiler es más fuerte entre los jóvenes de 18 a 29 años (32,7%), así como entre los que se ubican en las clases medias (31,3%), medias-altas (44,4%) y las clases altas (66,7%).
Entre los jóvenes prima como motivo el no poder hacer frente al pago de la vivienda (44,9%), mientras que en las clases medias y medias-altas, el motivo dominante es la transitoriedad. Es decir, en el primer caso, el alquiler es la única opción viable, en el segundo, el alquiler dará paso, en algún momento, a la compra en propiedad.
Históricamente, España ha sido un país en el que la propiedad de una vivienda siempre ha tenido aparejado un sentimiento de estabilidad. La Región no es ajena a este aspecto tan tradicional de la cultura social española. Aunque el modo de vida de los años noventa poco tiene que ver con el actual, la propiedad inmobiliaria sigue siendo considerada como un gran activo económico. No solo ya como inversión sino, especialmente, como activo de seguridad económica. Un 73,4% de los ciudadanos de la Región vive en una vivienda en propiedad, mientras que el 18,3% lo hace en una vivienda alquilada.