La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. Foto: RAFAEL GONZÁLEZ (EP)CARTAGENA. En el Pasico del pasado sábado el Aparecido hizo una primera predicción sobre el Real Decreto-Ley 32/2021 sobre "medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado laboral", que debería llamarse de "obtención de los fondos europeos". En concreto, la predicción era que, si los que elevaron a Sánchez a la Presidencia del Gobierno español, o sea IRC, Reunirse y PNV, no la apoyasen, lo que sobriamente suelen llamar la "reforma laboral" podría ser aprobada con los votos de Ciudadanos (9) y la larga ristra de partidos con uno o dos diputados.
"Desafortunada la comparación de Garamendi para congraciarse con Casado: uno sería John Lennon y el otro, Yoko Ono"
A fecha de hoy, va cumpliéndose. Es la única esperanza de aprobarla que el PSOE conserva, visto que el PNV insiste en que prevalezca el convenio autonómico, IRC exige encarecer el despido y volver a la autorización previa de los acuerdos de despido, y Reunirse pide, bajo cuerda, liberar los doscientos presos de ETA. Mientras que el sector socialista no tendría ningún inconveniente en salvar la reforma con los votos de Cs, el podemita se niega: sigue negociando con ERC, está dispuesto a introducir algunas modificaciones en el Congreso, y el secretario de Estado de Trabajo compareció en la Sexta para decirnos que Cs debería votar en contra porque esta reforma es lo opuesto a los planteamientos liberales que ese partido dice defender. Lo nunca visto: un secretario de Estado pidiendo que no le voten, por lo menos en solitario, su propuesta. Por otra parte, llevaba razón: la reforma no es liberal. No obstante, Cs la apoyaría si el PSOE no la modificase a petición de IRC y Reunirse. También lógico, desde su punto de vista. Desafortunada la comparación de Garamendi, el de CEOE, para congraciarse con Casado: uno sería John Lennon y el otro, Yoko Ono. Los amantes de los Beatles atribuimos a Yoko buena parte de la culpa de que nuestra banda musical favorita se disolviese.
El Aparecido introdujo su segunda predicción al lunes siguiente (ahora, el lunes pasado): la reforma causaría problemas a las universidades porque, al haber derogado los contratos de obra y servicio, y demás tipos previstos en la Ley de la Ciencia y en la ley de las Universidades, se dejaba sin cobertura a miles de investigadores jóvenes. También se ha cumplido.
Los acontecimientos se han desarrollado a un ritmo creciente después de aquel Pasico. No es que el Aparecido padezca el delirio de creer que esa explosión informativa se produjo a raíz de su Pasico; sabe que pensar así sería caer en un ridículo ejemplo de falacia del consecuente: "después de, luego a causa de". Lo que sí piensa es que la filtración y el Pasico tuvieron el mismo origen: la inquietud de los rectores había llegado antes a los responsables políticos.
Sea como sea, el martes el Gobierno filtró al diario El País que la nueva redacción de la ley de la Ciencia, preparada por el ministro Duque y perfeccionada por la ministra Morant, contemplaba un nuevo tipo de contrato indefinido para investigadores, contrato que no estaría sujeto a las restricciones de las tasas de reposición y que no requeriría autorización previa. También se nos hablaba de un contrato de entre tres y seis años de duración, con una evaluación intermedia a efectos de estabilización, para los investigadores. Por un lado, contrato indefinido; por otro, prueba de estabilización. Curioso. Para colmo, la misma norma preveía una indemnización para los investigadores predoctorales a los que se le acabase el contrato.
"el Gobierno considera aceptable dar los briefings a unos medios y a otros no. Al Aparecido no le gusta"
Solo cabía concluir dos cosas. Primero, cabe decir que la filtración a El País era un pelín confusa. Lo malo de distinguir entre medios afectos y desafectos, como hacía el franquismo y empieza hacer el actual Gobierno español, va en perjuicio de la calidad de la información, aunque solo sea por aquello de dos ojos ven más que uno. Pero no solo: el desafecto suele prestar más atención a las pegas de lo que le dicen, lo cual ayuda a todos a afinar la información. Así, la iniciativa de filtrar esta historia solo a un medio, que fue seguida de la más grave de excluir a varios diarios, como El Mundo, ABC, La Razón y Ok Diario, de la comunicación sobre el reparto de los fondos europeos que hizo el Gobierno, representa un retroceso en la trasparencia informativa que ese mismo Gobierno, y en particular Podemos, anunció que mejoraría. Aún se acuerda mucha gente del escándalo que se montaba cada vez que Vox excluía a un medio de comunicación de sus ruedas de prensa; bueno, pues ahora el Gobierno considera aceptable dar los briefings a unos medios y a otros no. Al Aparecido no le gusta.
En segundo lugar, cabe decir que el borrador de la ley de la Ciencia había previsto la eliminación de los contratos de obra y servicio implantada en la reforma, por lo que el Aparecido se ve en la obligación moral de rectificar: bromeó con la idea de que la ministra de Ciencia no había hecho nada desde que tomó posesión y resultó que había estado trabajando discretamente en la ley de la Ciencia. Rectificado queda (Ha sido más sencillo reconocerlo que echarle la culpa al traductor del Guardian).
"es necesario potenciar, que no dificultar, nuestro sistema de investigación: 25.000 contratos son demasiados para restar importancia al asunto"
El jueves, el diario La Verdad incluía un excelente y documentado artículo de Fuensanta Carreres, experta en estos temas, sobre el impacto de la reforma laboral en los contratos universitarios de investigación. Según el rector Luján, candidato único a la reelección en estos momentos, es notable que el decreto de reforma sí haya previsto no aplicar la derogación a los proyectos de investigación financiados con fondos europeos. ¿Por qué no también a los fondos españoles? Se nota la calidad del rector. Además, iba acompañado de un agudo análisis del problema de Luis Javier Lozano, vicerrector de la UPCT. Entre ambas aportaciones, el asunto quedaba perfectamente centrado.
La propia Fuensanta (nombre murciano donde los haya) evaluaba en unos 600 los contratos afectados en la UMU y unos 200 en la UPCT, lo que coincide con los datos del Aparecido. Habida cuenta de los tamaños respectivos de esas universidades, cabe inducir que está afectando proporcionalmente más a la UPCT. Y hay una razón: los contratos con empresas se ven afectados de lleno por la derogación. O sea, no solo dificultará la investigación básica, sino también la aplicada y la innovación.
El viernes, la CRUE emitió su propia estimación: se verían afectados unos 25.000 contratos. Eso cuadra con el dato de que la investigación en nuestra región representa cerca del 3,5% de la nacional, lo que indica que está un poquito mejor que otros indicadores regionales. Esperanzador, pero insuficiente. Sigue siendo necesario potenciar, que no dificultar, nuestro sistema de investigación. En cualquier caso, 25.000 contratos son demasiados para restar importancia al asunto.
A pesar de la diligencia de la ministra Morant, el problema subiste en la medida que podría ocurrir que la Reforma laboral se aprobase antes que la nueva ley de la Ciencia. En opinión del Aparecido, sería aconsejable alguna moratoria en el decreto de la Reforma que remitiese todo esto a la futura ley de la Ciencia, lo que evitaría una confusa situación intermedia.
JR Medina Precioso
