MURCIA.
—Yo nunca dejo tirada a mi gente. Tú no puedes decir lo mismo.
Quién diría que este reproche se pronunció entre compañeros de partido; quién diría que, durante muchos años, el autor de esta frase y el receptor fueron el escudero y su líder mientras ambos defendían las mismas siglas.
Los dos aspirantes a liderar el PSRM-PSOE mostraron sus cartas ante la militancia durante 40 minutos. Y lo hicieron a tumba abierta, en ocasiones sin cuartel y con ajustes de cuentas, como si por un momento fueran dos representantes de formaciones distintas, como si nunca hubiesen sido uña y carne. Moderados por la periodista de Onda Regional Lucía Hernández, Francisco Lucas y Diego Conesa confrontaron sus ideas y sus propuestas en un debate que empezó con un retraso de casi una hora porque el diputado murciano sufrió un accidente de tráfico. Lucas, que confesó sentirse "mareado y con dolor de cabeza", no quiso aplazar la contienda porque "merece la pena". Ironías de la política, no era la primera vez que ambos se veían en un cara a cara, pues ya protagonizaron en 2017 un debate a tres (junto con María González Veracruz, hoy aliada de Lucas). Esta vez el contexto es muy distinto: Lucas, entonces un desconocido de la política regional, es ahora el gran favorito, a tenor de los avales recabados (más del doble que su adversario), mientras que Conesa, a la sazón alcalde de Alhama de Murcia, quiere volver a dar la campanada y alzarse de nuevo con la Secretaría General que ostentó entre 2017 y 2021.
Lucas se mostró mucho más incisivo y guerrillero, buscando el cuerpo a cuerpo y cortando incluso a su oponente. "No abarco mucho, compañero Diego". Le recriminó que "se quiera poner un sueldo" si es elegido secretario general y no dudó en dirigirle dardos envenenados: "Yo nunca dejo tirada a mi gente. Tú creo que no puedes decir lo mismo". Quien en su día fue un escudero de Conesa y pese a que remarcó que "el adversario no es Diego ni está en el PSRM", se lanzó en tromba contra su antiguo jefe de filas y le acusó de "abandonar el barco" en 2021, cuando dejó el cargo. "La frustración de la militancia comienza y se consolida cuando tú, compañero Diego, decides poner fin a un proyecto político y abandonar el barco. Por eso es bueno hacer un ejercicio de memoria y no reescribir la historia", adujo, enfatizando que su candidatura "pone fin al pasado". Y ojo, porque el calificativo de "abandonar el barco" no fue gratuito, sino que lo repitió en tres ocasiones. "Yo fui el último en estar contigo. Y te lo dije en su día: Diego, dale una vuelta. Tienes a mucha gente que te apoya. A la militancia hay que mirarles a los ojos y decirle la verdad".
El alhameño, más comedido, contestó esquivando los reproches mientras, con sutileza, le instaba a limar "las asperezas" de las bases en "San Javier, La Unión, Albudeite, Pliego...". Pero minutos después, tal vez harto de las pullas, contraatacó e ironizó que se alegraba de que Lucas "hubiera aprendido de los errores" en la elaboración de las listas electorales municipales de Murcia en 2019 y 2023. "Me alegro de que hayas aprendido de los errores, porque llevas mucho tiempo en la organización". También le afeó que había "faltado a la verdad" por esgrimir que un líder debía compatibilizar su cargo orgánico con un puesto institucional: "No te voy a decir que mientes, pero has faltado a la verdad: el mejor tiempo de Rafael González Tovar fue desde 2012 hasta 2015, cuando se dedicó en cuerpo y alma al partido y ayudó mucho. Deberías tener en cuenta ese dato", expuso al tiempo que revelaba "el sueldo que pueda tener en el partido será inferior al de Tovar". También Conesa supo interrumpir a Lucas y cuando este último anunciaba que no seguirá al frente del liderazgo de la Agrupación Murcia Gran Ciudad -es incompatible con el liderazgo del PSOE regional-, le replicaba: "Acaba de anunciar que dejará tirado al partido". Y le preguntó igualmente a bocajarro: "¿Te vas a presentar como candidato a la Comunidad. Yo sí". ¿Insinuaba Conesa que Lucas no será el candidato a la Presidencia cuando llegue el momento? Ahí quedó en el aire.
Lucas quiere poner fin al 'Juego de Tronos': "Demasiados enfrentamientos, demasiadas guerras"
"Me llamo Francisco Lucas y nací en El Raal, en el seno de una familia trabajadora". Así arrancaba el debate, sin esconder el acento de esta pedanía murciana. Él no necesita presentación: diputado murciano en el Congreso y número uno en la candidatura de las últimas elecciones generales, es el actual secretario general del PSOE del municipio de Murcia (la agrupación más numerosa del PSRM) y ha ocupado un sinfín de responsabilidades orgánicas e institucionales, desde alcalde pedáneo de su pueblo (donde desbancó al PP tras 26 años, como así lo recordó) y portavoz de una ejecutiva precisamente encabezada por Conesa hasta secretario federal en Ferraz, pasando por la Portavocía parlamentaria en la Asamblea Regional, entre otros. "Desde pequeño mis padres me transmitieron los valores del PSOE, como son el esfuerzo", rememoró, evocando que estudió Derecho en la universidad pública mientras trabajaba de camarero. "Con 23 años decidí hacerme autónomo y atender a mis primeros clientes en la casa de mi padre", contó el hoy abogado, al frente de un despacho con ocho trabajadores. Ahora se presenta al cargo más importante del partido porque el PSRM "necesita un cambio de rumbo y un nuevo impulso": "Para hacer las cosas de otra manera", alegó.
Conesa vuelve con "más madurez, experiencia y resiliencia"
Conesa empezó agradeciendo a su familia y, sobre todo, acordándose de su hermana Mati, quien se está recuperando de una grave enfermedad. El ex delegado del Gobierno (2018-2019) tardó muy poco en sacar su principal arma: la victoria de 2019. Tiene motivos de sobra para sacar pecho, pues es el único socialista de toda la Región de Murcia que sabe lo que es ganar unas elecciones autonómicas en las últimas tres décadas. "En verano de 2017 tuve una experiencia vital con la militancia", iniciaba el alhameño. "Me comprometí a trabajar en una dinámica y sobre todo a ganar, algo que hicimos en 2019 tras 28 años en los comicios autonómicos". Ahora el que fuera líder del PSRM-PSOE entre 2017 y 2021, que se apoya en 1.495 avales (según sus números, pues el partido censó 1.029 frente a los 2.172 de su contrincante), regresa a la primera línea con más "experiencia y madurez, resiliencia y determinación" y dispuesto a volcarse en el partido para "reconstruir un proyecto de Región": "Me presento con la ambición de volver a ganar", afirmó, tajante.
El parlamentario de El Raal, que ha formado parte de la primera línea del PSRM, aseveró conocer y compartir el "sentimiento generalizado" de los militantes: "Me hago cargo de la frustración y la desilusión de los compañeros", admitió. "Demasiados enfrentamientos, demasiadas guerras, demasiadas derrotas". E insistió: "Nunca los voy a dejar tirados, necesitamos talento y experiencia, no un mesías". Abogó por un "nuevo tiempo" que deje atrás "los recuerdos melancólicos y los sentimientos de venganza", convencido de que la oportunidad es "histórica": "Muchos compañeros nos hemos reencontrado. Hemos puesto un punto final a las viejas dinámicas a corrientes familiares que se parecían a Juego de Tronos que a la vida de una democrática".
El excandidato a la Comunidad, por su parte, se mostró partidario de esbozar un "buen diagnóstico" en un momento en el que el paciente "necesita mucho mimo y atención", lo que requiere "dedicar mucho tiempo a las agrupaciones" y por eso se comprometió a celebrar "cuatro sesiones de trabajo a la semana", es decir, 300 sesiones de trabajo entre 2025 y 2026, "recogiendo el capital humano de la organización", para "ganar y gobernar en 2027". Anunció que crearía la secretaría de Recursos Humanos y pondría en marcha 10 comités regionales para "hablar de las grandes cuestiones" de la Región, como la vivienda.
Minuto de oro
Lucas, que insistió en la unidad, reivindicó que sale de su "zona de confort" pues se encuentra en su "mejor momento", con la confianza de Pedro Sánchez, que le volvió a incluir en al ejecutiva federal, y padre de un hijo de ocho meses. Pidió hacer autocrítica y reconoció que la ciudadanía no percibe al partido como una opción real de gobierno. "El PSRM tiene un problema". Abogó por "unir a la izquierda" y avanzó que su secretario de Empleo "será un compañero de UGT" —a lo que Conesa espetó: "yo no voy a ir repartiendo cargos"—. También prometió la figura del Defensor del Militante y apostó por tener influencia en Madrid, cual Salvador Illa con el PSC. Y en su minuto de oro, habló de una oportunidad histórica y defendió la apuesta por un relevo generacional: "Os pido el voto para que el PSRM deje de mirar al pasado y mire al futuro".
Conesa reflexionó sobre la importancia de los "liderazgo compartidos", apuntó que su objetivo era el 40-45% de los votos —él logró el 33% en 2019—, reclamó que se visibilice mejor las inversiones del Gobierno de España y su defensa, dejando a entrever que esta tarea no se está haciendo actualmente, y se comprometió a ofrecer "empatía, cercanía, y espacios" con los afiliados para que se sientan valorados en cada barrio. Rescató el plan de formación en 2021 en convenio con la Universidad de Murcia, una de las asignaturas pendientes de su anterior etapa. El candidato, que cerró el debate, reivindicó que el futuro del partido "no está en un despacho", sino que se decide en el "voto libre, directo y secreto de los militantes" e hizo un llamamiento a votar "con ilusión".
Ambos coincidieron en la unidad, pero si algo dejó claro el debate es que ambos candidatos no olvidan sus cuentas pendientes y no han cicatrizado sus heridas. La militancia tiene la última palabra.