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PINTURA LIGADA A LA VIVIENDA EN MURCIA

Cuando el museo está en tu portal: el arte más cotidiano

9/02/2020 - 

MURCIA. No todas las obras de arte se encuentran en los museos. Sólo hay que pararse y mirar. Porque si se hace, el caminante curioso podrá descubrir auténticos tesoros que han dejado, a la vista de todos, algunos de los pintores más emblemáticos de la Región de Murcia. En consejerías, en sucursales bancarias, en hospitales, en estaciones de tren, en colegios e institutos, en clubes deportivos… y hasta puede que en tu propio portal.

Este artículo se va a centrar en estos últimos, los portales, que convierte el hallazgo artístico en el acto más cotidiano que puede llevar a cabo el observador. Y es que no son pocos los edificios de la ciudad de Murcia que reciben a sus vecinos y visitantes cada día con obras firmadas nada menos que por Mariano Ballester, Molina Sánchez, Muñoz Barberán, Hernández Carpe, José María Falgas, Manuel Avellaneda, Pina Nortes, Martínez Valcárcel y un largo etcétera, entre los que destaca José María Párraga; sobre todo Párraga.

Hubo una estudiosa que hace unos años realizó este ejercicio, el de mirar al caminar, y se maravilló tanto con los descubrimientos que iba realizando es sus incursiones por la ciudad de Murcia, que lo que empezó siendo una tesina se convirtió en el tema de su tesis doctoral en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Murcia. Ella es la alicantina Gema Carbonell Lloreda, profesora de artes plásticas, artista y galerista, quien recibió un sobresaliente cum laudem por aquel trabajo, titulado Pintura vinculada a la arquitectura durante la segunda mitad del siglo XX en la ciudad de Murcia, dirigido por María Victoria Santiago Godos.

Un Avellaneda en la calle Sierra del Espartal

“En ese momento también estaba estudiante Historia del Arte. Eran los años de la crisis y como no era el mejor momento para encontrar trabajo aproveché para estudiar todo lo que pude. Para la tesis de Bellas Artes, no quería encerrarme en un archivo y me planteé hacer un trabajo de campo”. Eso hizo, durante un año: caminar, mirar, documentarse, charlar con los vecinos… De tal forma que elaboró un catálogo de la pintura ligada a la arquitectura tanto en el ámbito público como en el privado, siendo este último el que está relacionado con esos portales de Murcia que esconden auténticos hallazgos pictóricos.

Gema Carbonell documentó esas pinturas destacadas que se encuentran en las entradas de edificios, situados principalmente por la zona de la Gran Vía, Alfonso X, Ronda de Levante, barrio de Santa Eulalia o Ronda Norte. Por descontado, no está todas las que son, ya que en algunos casos las obras se han perdido por las propias reformas realizadas en los inmuebles o directamente no han tenido cabida en el estudio, que parte de lo que fue "casi una moda" en la llamada época del desarrollismo (años 40-60). En este sentido, la autora explica que “después de la posguerra, se impulsó la construcción de grandes vías en las ciudades, nuevas barriadas y, por lo tanto, la creación de viviendas. Los pisos dejaban atrás las conocidas como ‘casas de habitación’. Es por ello, que surge un afán por el decorativismo, heredero de los antiguos portales isabelinos característicos del siglo XIX”.

Este Hernández Carpe se encuentra en un portal deJaime I El Conquistador


Carbonell señala que con estas pinturas se querían hacer más atractivas las nuevas viviendas, que eran sinónimo de progreso y del buen nivel económico de sus habitantes. Así, “surgen los encargos a artistas que debido a la época de posguerra habían tenido dificultades económicas, algunos incluso teniendo que exiliarse del país. Este tipo de obras ligadas a la arquitectura no debieron ser demasiado costosas y a los artistas les venía bien desde el punto de vista de la publicidad”, añade. En este sentido, destaca que “es de elogiar que los propios constructores se preocupasen de contratar a los pintores para embellecer sus construcciones”.

Fueron muchos los artistas que en ese momento dejaron su impronta en los portales murcianos, teniendo algunos de ellos las mismas inquietudes artísticas y siendo integrantes de algunos colectivos, como era el caso del grupo Puente, que se dividió en dos generaciones: la primera fue conocida como Artistas Independientes de la Generación Puente (Hernández Carpe, Mariano Ballester, Muñoz Barberán y Molina Sánchez, entre otros), derivando más tarde en el grupo Puente Nuevo, fundado por Ballester; y a la segunda la llamaron Generación del Medio Siglo (con Manuel Avellaneda, Pina Nortes y Párraga). Después nacería otro grupo, Aunar, del que fueron integrantes Párraga y Avellaneda, además de otros artistas murcianos.

Cien pesetas por un mural

Este Párraga recibe a los vecinos de un edificio de Ronda Norte 

“Algunos vecinos me contaron que en su momento se pagaron sólo cien pesetas de entonces a algún pintor de renombre por decorar el portal”, señala Gema Carbonell, quien destaca la numerosa obra de José María Párraga que se puede encontrar en edificios murcianos. Uno de los muchos ejemplos de la obra de este artista es la pintura que se encuentra en la fachada de la que fuera la tasca El Candil, junto al mercado de abastos Saavedra Fajardo, que ha sido protegida por el Ayuntamiento con metacrilato, así como el interior de una vivienda cercana que cuenta con un largo friso en madera tallado por el artista, con motivos de pájaros, que recorre una de las paredes del portal, entre otros muchos.

La autora de este estudio recuerda, igualmente, que “me llamó mucho la atención la decoración de las paredes de un portal de la Gran Vía, inspirada en la pintura china, que me gustó muchísimo y que fue realizada por un pintor de brocha gorda del que nadie me supo decir el nombre”. No obstante, confiesa su especial predilección por Muñoz Barberán, del que destaca su estilo impresionista y su tendencia por pintar hechos históricos, como el de la batalla de Lepanto que se puede contemplar en un portal de la calle Escultor Roque López.

La mayoría de estas obras están adheridas al muro y la temática desarrollada es muy variada, “soliendo ser de carácter desenfadado, en la mayoría de los casos preciosista y predominando los motivos paisajísticos, escenas típicas de la huerta, bodegones, y representaciones de tipo histórico narrativo, todo ello de carácter alegre y muy decorativo”, detalla Gema Carbonell. Añade que se utilizaron diferentes tendencias artísticas, como la figuración, la abstracción o las formas cubistas e impresionistas, entre otras. Y que se emplearon distintos procedimientos, como acrílicos, óleo, temple, guache, esmaltes sintéticos o encáustica.

“Hubo un tiempo en el que se miraba al caminar", escribe en su tesis Gema Carbonell, quien concibió este estudio "como un mapa del tesoro para aquellos que deseen mirar al caminar”.

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