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Cómo convertirte en empresaria y no morir en el intento

7/07/2024 - 

MURCIA. Mi nombre es Antonia y lidero una empresa que actualmente es un referente en el sector eléctrico y la automatización industrial. Lo cierto es que jamás me hubiera imaginado en este lugar; fueron circunstancias personales las que me trajeron hasta aquí.

Fue un profundo deseo de salvar aquella empresa y a las familias que dependían de ella, incluida la mía. Un deseo indescriptible e inimaginable de devolver al fundador todo lo que él nos dio a nosotros. Fue una cuestión de honor y respeto hacia tanto sacrificio y dedicación.

Sin saber nada de aquel sector y mucho menos de gestión empresarial, me embarqué en aquel gran buque que iba a la deriva tras perder a su capitán en la peor tormenta conocida: la crisis financiera de 2011.

"una empresa se compone de muchas pequeñas anécdotas que, cual puzle, configuran su historia"

La vida de una empresa de gran trayectoria se compone de muchas pequeñas anécdotas que, como en un puzle, configuran su historia. Quiero contaros cómo, de una idea absurda, casi infantil, encontré la solución que salvó nuestra empresa. Tratando de aprender lo máximo posible, además de formarme, acudía a eventos empresariales para escuchar a los expertos. ¿Qué había que hacer para salvar a las empresas del desastre? Solo escuchaba una palabra, como si de un mantra se tratara: internacionalización. Aquello me desesperaba aún más; somos una empresa de servicios y no veía la forma de externalizarnos.

Una tarde de invierno fría y lluviosa, en la que el sofá, la mantita y un reportaje del National Geographic eran la sobremesa perfecta, el canto del viento soplando entre las hojas de las palmeras y el melancólico susurro de las olas llegando a la playa fácilmente me llevaron a aquel entre sueño en el que a veces estaba y otra desaparecía. Cuando vi caer unos cocos en la arena, aquellos eran arrastrados por la marea y llevados por las corrientes a otras islas, donde depositaban las semillas incrustadas en su corteza peluda para polinizar la nueva tierra.

De repente abrí los ojos incorporándome bruscamente. Ya sabía cómo nos íbamos a internacionalizar: ¡¡Montados en cocos!!

Llegado el momento, convoqué al equipo técnico para comunicarles mi gran idea. Es difícil que os podáis imaginar la estupefacción que se dibujó en sus caras. Les expliqué que lo que teníamos que hacer era contactar con empresas que estuvieran trabajando en el extranjero y ofrecerles nuestros servicios como partner; ellos serían nuestros "cocos".

Y así fue. Fuimos desde el norte hasta el sur con nuestra presentación, explicando a constructoras y otras empresas lo que podíamos ofrecerles para ayudarlos en sus proyectos fuera de España. Y lo conseguimos. La primera empresa que confió en nosotros nos llevó a Brasil. Después llegó Israel y Argelia de la mano de grandes empresas nacionales.

Hoy este buque navega con las velas al viento en el horizonte, un océano azul lleno de oportunidades y nuevas aventuras por vivir. Gracias al sacrificio y el compromiso de su tripulación, os puedo asegurar que siento un gran orgullo de ser su capitana.


Antonia Griñán 

Gerente de TESSAI, SL


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