CARTAGENA. El mercadillo municipal de Cabo de Palos es el más frecuentado del municipio, atrayendo a turistas de la zona, visitantes que aprovechan para conocer el entorno costero, clientes de localidades limítrofes y a la población de su área de influencia.
Hace unos días la concejala de Comercio, Belén Romero, alertaba de la división existente entre las diferentes asociaciones de vendedores ambulantes de las que forman parte los mercadilleros de Cabo de Palos. Aunque la edil anunció que se podrían trasladar de la ubicación actual, que es provisional, a la anterior, junto al CC Las Dunas, algunos de ellos alertaron de que no querían moverse de su sitio. Las obras de reurbanización del área de Las Dunas obligó al Ayuntamiento a buscar una alternativa de instalación con carácter provisional.
La situación nada ha cambiado, a excepción de que el Ayuntamiento está sondeando diferentes opciones, tanto de mantener la ubicación actual, junto al Upper, como de regresar a Las Dunas, pero en otras condiciones menos ventajosas de espacio para los autónomos que ponen sus puestos. De ahí que el emplazamiento definitivo, a medio plazo, sea a día de hoy una auténtica incógnita. Eso sí, Comercio trata de buscar el consenso entre todas las asociaciones para llegar a un acuerdo definitivo y que no existan más diferencias, tanto si se quedan donde están desde hace año y medio como si vuelven a Las Dunas.
"Nosotros hemos apostado por mantener el sitio donde estamos ahora, no marcharnos a Las Dunas donde el espacio va a ser mucho menor ya que Mercadona no tardará en levantar su nuevo supermercado", subraya Pedro Furió representante de la Asociación de Comercio Ambulante de la Región de Murcia (Venam), quien añade que "no debemos ir a ningún sitio que sea más pequeño y, además, pueda cambiar las condiciones por las obras posteriores que llevará a cabo Mercadona".
"Nuestra voluntad es que ellos nos digan qué quieren hacer, pero si nos movemos debemos pensar que tiene que ser una solución, un espacio o una ubicación definitiva y no un cambio para un periodo de tiempo relativamente corto", apostilla la edil Belén Romero.
La gran parte de los mercadilleros han expresado su decisión de que nada cambie de momento y todo se mantenga en su sitio, aunque reconocen que hay cerca de 35 puestos que deberían ser reubicados porque al estar en la zona más alta del mercadillo se encuentran en peores condiciones tanto de accesibilidad como de venta. "Hemos propuesto que bajen a la explanada donde están el resto. Hay sitio para poder acondicionar espacio para gran parte de ellos y el problema se solucionaría rápido", explica Pedro Furió.
En concreto, la idea era reubicar hasta 36 puestos que están en la zona más alta del mercadillo y bajarlos a una zona de mejor accesibilidad. Con la reubicación de estos puestos se ganaba una zona diáfana, en un área arbolada donde se tenía intención d crear la zona de dinamización gastronómica, que finalmente no se ha llevado a cabo. Por ello, algunos de los ambulantes se están movilizando para que les den una solución definitiva o, por el contrario, no descartan plantarse en la mitad del mercadillo e impedir su instalación. "Creo que lo primero es buscar una solución inmediata a esta gente que está en condiciones precarias y yo estaré allí apoyándoles", añade Furió.