Cinco recomendaciones para lograr escapar de las temidas corrientes de retorno

MURCIA. Los últimos días de verano se caracterizan no solo por el inevitable fin de las vacaciones, sino también por la aparición de cierta inestabilidad atmosférica tras dos meses en los que el sol y las altas temperaturas son los indiscutibles protagonistas del cielo. El viento es uno de los actores que va reclamando protagonismo conforme se acortan los días. Y es su aparición la que suele provocar más complicaciones, especialmente en la costa. Es en esta zona donde el oleaje puede convertir el último baño del año en una experiencia muy desagradable e incluso peligrosa. De hecho, es frecuente que, en las playas más expuestas a la fuerza del levante, se formen lo que se conoce popularmente como ‘chupones’, ‘canaletas’ o corrientes de retorno: flujos perpendiculares a la línea de costa donde el agua empuja con gran fuerza hacia mar adentro.

En España, la primera causa de mortalidad en las playas son precisamente los ahogamientos provocados por las corrientes de retorno, por lo que las campañas de prevención y educación en este sentido son muy necesarias. De hecho, son muchas las playas que ya cuentan con balizas específicas de advertencia o de prohibición de baño en esas zonas, unas señales que hay que respetar y acatar sin excusas para evitar situaciones de alto riesgo. Además de ello, siempre es muy recomendable estar pendiente de las evidencias que se pueden detectar a simple vista, como las áreas libres de olas o el color del agua —mucho más marrón, debido al arrastre de arena—, que indican la existencia de una de esas posibles corrientes de retorno.

Para evitar complicaciones indeseadas en los chapuzones finales del estío, desde el departamento de Protección Civil y Emergencias de UNIVERSAE lanzan una serie de recomendaciones orientadas a evitar y lograr escapar de estas temidas canaletas:

• En primer lugar, obedecer las advertencias de los socorristas relacionadas con el baño. Con bandera roja, lo mejor es simplemente no adentrarse en el mar; con bandera amarilla se debe permanecer muy atento a las corrientes y mantenerse en zonas en las que se haga pie.
• Si, por desgracia, nos vemos atrapados en uno de esos ‘chupones’, lo mejor es no luchar contra la corriente. “Esto nos puede fatigar rápidamente y es difícil avanzar hasta la orilla cuando se va en contra de una de estas ‘canaletas’. Lo más recomendable, en un principio, es nadar paralelo a la costa e intentar escapar por uno de los laterales de estas corrientes”, indican desde UNIVERSAE
• Mantener la calma. Controlar los nervios en una situación tan agobiante es crucial para mantenerse a flote y poder orientarse correctamente. Si los nervios afloran, es probable que nos desorientemos, que nos agotemos rápidamente y que nos cueste respirar como es debido.
• Aprovechar el oleaje. Aunque la corriente puede ser un enemigo peligroso, las olas se pueden convertir en nuestro mejor aliado. Una opción aconsejable para quienes nadan aceptablemente bien es que se dejen arrastrar por la corriente hacia dentro, sin presentar resistencia, y una vez que la corriente de retorno pierda fuerza, hay que salir por uno de los laterales, nadando en paralelo a la línea de costa, y ya fuera de la canaleta, tratar de beneficiarse del empuje de las olas para acercarse a la orilla.
• Pedir ayuda si es necesario. Si la situación se agrava por la pérdida de fuerza o por que el bañista no logra salir de la corriente o acercarse a la orilla, lo mejor es pedir ayuda gritando fuertemente y agitando los brazos para que se nos pueda localizar más fácilmente.