Cientos de aficionados disfrutan de Alcaraz en el Cagigal y en El Palmar y alargan el día con España

MURCIA. Varios centenares de aficionados disfrutaron siguiendo las evoluciones de Carlos Alcaraz Garfia en la final del torneo de Wimbledon que el joven tenista murciano ganó ante el serbio Novak Djokovic y celebraron por todo lo alto esa victoria tanto en el pabellón José María Cagigal de Murcia como en la Real Sociedad Club de Campo de El Palmar, donde Carlitos dio sus primeros raquetazos. 

El triunfo de Carlos, más plácido de lo que en general se podía esperar a pesar de las complicaciones que surgieron en el tercer y último set (6-2, 6-2 y 7-6 (4) en 2 horas y 27 minutos), fue proyectado a través de pantallas de grandes dimensiones en el pabellón murciano y en el club en el que se inició el actual número 3 del mundo en la práctica del tenis y en el que su padre, Carlos Alcaraz González, dirige desde hace 32 años la MET Carlos Alcaraz Tennis Academy by Reina.

La iniciativa del Ayuntamiento de Murcia y la junta municipal de El Palmar, por un lado, y la de la directiva de la RSCC, por otro, reunieron a seguidores de la figura del tenis en su partido frente al jugador más laureado de la ATP. Alcaraz consiguió su cuarto entorchado de Grand Slam -el Abierto de Estados Unidos 2022, el de Wimbledon 2023 y el de Roland Garros 2024 son los otros tres- ante un adversario que buscaba el vigésimo quinto y octavo en Londres. 

A diferencia de lo ocurrido en otras quedadas similares, como la de la reciente en París, donde Alcaraz venció al alemán Alexander Zverev en cinco sets, la seguridad con la que jugó el murciano, sin prácticamente dar opción a Djokovic, hizo que no se pasaran tantos nervios por lo que sucedía en el All England Lawn Tennis and Croquet Club de Londres.

Fue el primer plato de un menú que tuvo un segundo cuyas imágenes se vieron en esos mismos lugares y en muchos otros de la Región y de España con pantallas gigantes. La disputa de la final de la Eurocopa de fútbol entre las selecciones de España e Inglaterra, fijada para las nueve de la noche en el Estadio Olímpico de Berlín también reunión a aficionados en masa en busca de completar el domingo deportivo.