Fotos: David Frutos / José Filemón
MURCIA. Imaginen unas vistas mágicas del Puerto de Mazarrón, que se puedan contemplar desde el salón... pero también desde la cama, la terraza, la cocina e, incluso, la bañera. Y es que esta casa es como una gaviota que planea sobre un paisaje idílico; a la que la visión del mar acompaña en cualquiera de sus rincones.
Pero no es solo eso, ya que su diseño evoca y potencia la personalidad inicial de esta vivienda mazarronera, pero desde una visión contemporánea que juega con elementos sorprendentes y con volúmenes que le aportan dinamismo al tiempo que separan espacios. Se trata de una intervención llevada a cabo por los arquitectos Manuel Acosta Sánchez y Miguel Fernández Vallés.
Cabe destacar que Casa Gaviota, a pesar de su privilegiada ubicación, llevaba deshabitada bastante años. Para que se convirtiera en una vivienda perfecta para pasar las vacaciones, los arquitectos apostaron por potenciar la luz natural y por la contemplación del mar desde cualquiera de sus dependencias. Porque las vistas que envuelven a sus moradores lo merecen.
Los arquitectos no querían que se perdiera "el alma de la casa original", por lo que preservaron al máximo la construcción existente. En este sentido, por ejemplo, la fachada de mortero blanca, típica de muchas zonas de playa, conserva un aire tradicional que no augura las soluciones originales que se podrán encontrar en el interior.
Así, una vez dentro de Casa Gaviota, destaca que el material principal que se ha utilizado es una pieza cerámica, con un marcado carácter mediterráneo, que genera unos espacios neutros donde el protagonista principal es el Puerto y el mar de Mazarrón.
Es el material de suelo, pero también cubre parte de las paredes (como el azulejo en construcciones tradicionales), como elemento de color; así como los muros que separan creando espacios con entidad propia y hasta el cuarto de baño que es prolongación del dormitorio principal. Allí, desde la bañera elevada que hace de cabezal de la cama, también se puede contemplar el mar mientras uno se relaja.
Además, la vivienda cuenta con una piscina infinita, que directamente se funde con el paisaje, y donde es posible hasta imaginar que se vuela como una gaviota... para hacer honor al nombre de la casa.