CARTAGENA. A 37 metros de profundidad y a 1,2 millas de la costa, justo en la entrada de los barcos al puerto de Cartagena, el barco Olé, que acabó hundiéndose en cuestión de minutos el pasado domingo no supone un riesgo para la navegación, entrada y salida de embarcaciones de la zona portuaria de Cartagena. Está balizado y activado el aviso a navegantes.
Recordemos que la embarcación turística se partía en dos pasadas las cuatro de la tarde del domingo, con 33 pasajeros a bordo. Inmediatamente se activó un plan de rescate, al que acudieron Salvamento Marítimo y todas las embarcaciones de la zona que pudieron presenciar o fueron avisadas de lo sucedido.
Como posibles causas del accidente, y durante los primeros instantes tras su hundimiento, se indicaba que la estructura de la embarcación podría haberse ido deteriorando hasta provocar su colapso, algo que la investigación determinará. En aquel momento, el Capitán Marítimo, Óscar Villar, confirmaba que el buque tenía todos los permisos en regla y explicaba que una de las posibles causas del hundimiento era el mencionado. "El barco se ha partido por la mitad y es como si la estructura hubiera colapsado por en medio. Ha sido muy rápido y parte de los pasajeros han caído al agua". Todos los pasajeros fueron rescatados sanos y salvo, aunque 14 de ellos fueron trasladados al hospital por los golpes y la hipotermia sufrida tras permanecer en el agua hasta ser rescatados.
Ahora se ha abierto una investigación para aclarar las causas de lo ocurrido, aunque desde la Autoridad Portuaria de Cartagena ya han indicado que se exigirá a los dueños la retirada del catamarán hundido. No se hará de forma inmediata, explican fuentes de la APC, puesto que el lugar donde está hundido no afecta a la actividad portuaria, ni constituye un riesgo grave para las personas o para el medio ambiente y con objeto de no interferir dicha investigación.